SENTADOS
A LA DERECHA DEL PADRE SOMOS VENCEDORES DEL PECADO Y DE LA MUERTE.
Estaba amaneciendo, cuando
Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús
les dijo: “Muchachos, ¿han pescado algo?” Ellos contestaron: “No”. Entonces él
les dijo: “Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces”. Así lo
hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados. (Jn 21,
1- 14)
Pescar o trabajar de noche
es en vano, sólo en Cristo, con Cristo y por Cristo podemos alcanzar los frutos
de la Redención. El mandato de Jesús es claro y preciso: “Echen las redes a la
derecha de la barca” ¿Qué significa en sentido religioso? Escuchemos a Jesús
decirnos: “Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre” (Jn 4, 34) Es amar,
hacer el bien, compartir, darse, donarse y entregarse en el Nombre del Señor.
Jesús murió, resucitó y se
sentó a la derecha del Padre, lo que significa estar sentado en su Trono como
Señor y como Dios. En esta vida el Trono de Jesús fue de humildad, de
ignominia: la Cruz desde donde venció el pecado y la muerte; resucitó para
nuestra justificación. Ahora es Hombre Nuevo, revestido en justicia y en
santidad (Ef 4, 24) Nosotros, los que hemos creído y nos hemos convertido, nos
hemos sentado a la derecha del Padre en unión con Jesús (Ef 2, 6) Hemos muerto,
sepultado y hemos resucitado con Cristo para sentarnos con él a su derecha (Rm
6, 4- 5).
¿Qué
significa estar sentados a la derecha del Padre?
Lo primero es estar en la Nueva Alianza como propiedad del Señor, amándolo y sirviéndolo. Con Palabras de Pablo: “Estar
crucificados con Cristo, muriendo al pecado y resucitando para Dios” (Gál 5,
24) El que está a la derecha de Cristo es “Hombre Nuevo” (Ef 4, 24) Se ha
despojado del traje de tinieblas y está revistiéndose de Luz (Rm 13, 14) Está
en proceso de conversión, sigue y ama a Cristo por eso guarda los Mandamientos
y pone por obra su Palabra (Jn 14, 21. 23) Camina en la Verdad que lo hace
libre de sus pecados (Jn 8, 32).
Significa caminar en la fe, en la luz, en el poder y en
la misericordia de Dios. Sabiendo que es pecador y peca, se arrepiente y avanza
en su conversión. Porque si no hay conversión no hay resurrección y se
encuentra es su sepultura, muerto al pecado, lejos de la Gracia de Dios.
Recordemos las palabras de Jesús mismo en san Mateo: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el
Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos
me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y
entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de
iniquidad!" (Mt 7, 21- 23). No basta con ser religiosos, hay que ser
discípulos de Jesús para revestirse de Cristo, estar en su Reino y hacer la
Voluntad de Dios (Mt 6, 9).
Estar sentados
a la derecha del Padre significa estar sentados a la Mesa del Señor comiendo el fruto del Árbol de la Vida que está en el Paraíso
de Dios (Apoc 2, 7) Mientras que estar a la izquierda significa dar la espalda
a Dios, no aceptar a Cristo y sentarse a la mesa de los Demonios. Comiendo de
los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal (Gn 2, 17) Expulsados del
Paraíso o del Cuerpo de Cristo (Apoc 3, 15) La razón es que no hay Fe, y sin fe
nadie le agrada a Dios (Heb 11, 6) Nuestro corazón está invadido por el pecado
que nos embota la mente, endurece el corazón, no hay Moral y nos lleva al
desenfreno de las pasiones (Ef 4, 17-18)
Estar a la derecha de Cristo significa tener una Fe viva y
santa para que sea agradable a Dios (Rm 12, 1) Significa luchar contra el pecado
usando la armadura de Dios, las Virtudes (Rm 13, 12) Qué hermosas las palabras
de Jesús resucitado: Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su
izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de
mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me
disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me
vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
(Mt 25, 33- 36)
El que está a la derecha de Cristo lleva una vida
resucitada, haciendo el bien y rechazando el mal, practica las obras de Misericordia.
Lucha y vence contra su propio pecado, y si tiene la desgracia de caer, se
arrepiente y pide perdón para apropiarse de los frutos de la Redención: el
perdón, la paz, la resurrección y el don del Espíritu Santo: la Gracia de Dios.
Mientras que los que están a la izquierda reciben otro
destino: Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve
hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era
forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en
la cárcel, y no me visitasteis." (Mt 25, 41- 43)
¿El cual bando
estás, en la derecha o en la izquierda? ¿Cuál voluntad estás haciendo, la tuya
o la de Cristo? Si es la tuya estás en la izquierda,
si estás a la derecha es que estás haciendo la voluntad de Dios. Escuchemos al profeta Isaías hablarnos desde
el Antiguo Testamento: Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos
por no veros. Aunque menudeéis la plegaria, yo no oigo. Vuestras manos están de
sangre llenas: lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi
vista, desistid de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad
sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda. Venid,
pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros pecados como la grana,
cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana
quedarán. Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra comeréis. (Is 1, 15- 19)
Jesús nos llama al arrepentimiento y a la conversión: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y
sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» ( Mt 11, 28- 30) El que escucha
está Palabra y la pone en práctica se sienta a la derecha de Cristo y camina
con Él. Lo sigue y lo ama, hace la Voluntad de Dios.
El yugo de Jesús es el Amor, padre de todas las Virtudes.
En el Encuentro con Cristo se da el intercambio: el Pecado y el Amor que “Dios
derrama en nuestro corazón, juntamente con el Espíritu Santo que él nos ha dado”
(Rm 5, 5)
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