El Catecismo de María.
María es ahora portadora de una Presencia que invade todo su ser. Al escuchar de parte del ángel que su pariente Isabel, la que llamaban estéril, está en su sexto mes de embarazo, no duda en ir a servirle y a compartir con ella la alegría de su maternidad. María, la primera evangelizada, es ahora la primera misionera de la alegría y la primera evangelizadora. El Catecismo de María lo podemos exponer en tres lecciones entresacadas del Encuentro con Isabel, representante del Antiguo Testamento y María, la nueva Eva, representante del Nuevo Testamento. Encuentro entre dos Alianzas.
“En aquellos días, se puso en camino María y se dirigió con prontitud a la región montañosa, a una población de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor” (Lc 40, 45).
Entra María en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos. La fuerza de la Palabra está en el contenido de la Verdad que nos descubre el ser y el quehacer de María.
1. Primera lección. María es
Bendita. “Bendita
tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno” María es bendita en
Cristo, al igual que todos nosotros (cfr Ef 1, 3). Cristo es su Bendición, por
eso es la “Llena de Gracia”. Es la llena de Cristo, la llena del Espíritu
Santo, la lleva de Virtudes y Valores, la llena de Carismas.
2. Segunda lección. María es
Madre del Señor. ¿Cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor? María es la Madre de Emmanuel que significa “Dios con nosotros” Por
eso la Iglesia la llama la Madre de Dios. Pues es la madre de Jesús, Jesús es
Cristo y Cristo es Dios.
3. Tercera lección: María es
mujer creyente. ¡Feliz
la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del
Señor!» ¿Qué es lo que María ha creído? Que sería
Madre, siendo Virgen. ¿Cómo es la fe de María? La fe de María es confianza y
abandono en las manos de Dios. Es donación, entrega y servicio, sin límites a la
Obra de su Hijo.
La fe de María es un don de Dios que en ella se hace amor, donación, entrega y servicio a la Obra de su Hijo. Por eso ella es la “Humilde Sierva”, no sólo en la Anunciación, sino también, a lo largo de su vida, y ahora en la eternidad, sigue siendo la Servidora, la Medianera, y la Abogada de la Iglesia. Ya que Dios, pudiendo salvarnos por cualquier otro camino, quiso salvarnos por medio de Cristo y quiso darnos a Cristo medio de María.
¿Cómo sería la fe de María?
La fe de María es la misma del Pueblo de Dios: una fe humilde que se ahonda sin cesar a través de las oscuridades y de las pruebas. Ella vive cada momento en una situación de no comprender todavía (Cfr. Lc 2, 19-51) con referencia a algo venidero que ha de traer solución y cumplimiento. Lo hace con fe profunda y confiada. En esa fe actúa la misma gracia que después, cuando llega la hora, trae la luz y la paz. Pero, al surgir, la luz se convierte en punto de partida para una nueva expectación creyente. Así María la Mujer creyente camina “de fe en fe” (Rm 1, 17); camina y responde a la Voluntad de Dios sin pedir cartas de recomendación, si pedir garantías ni privilegios, sencillamente obedece y espera.
María la Primera Redimida.
Redimida de un modo eminente, en atención a los futuros méritos de su Hijo y a El unida con estrecho e indisoluble vínculo, está enriquecida con esta suma prerrogativa y dignidad: ser la Madre de Dios Hijo y, por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu santo” (LG#55)
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