DIOS AMA AL
QUE DA CON ALEGRÍA.
Vosotros sois
linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para
proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su
luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora
pueblo de Dios; vosotros, que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora
objeto de la misericordia de Dios. (1Pe
2, 9-10)
Todo
lo anterior es fruto de la Misericordia de Dios. Que tuvo compasión de los
hombres y nos envío a su Hijo para redimirnos y llevarnos al Reino del Hijo de
su Amor (Col 1, 13- 14) Jesus todo lo hizo por compasión y sin compasión no
hizo nada. Para Jesús la compasión es compadecerse de los hombres. Se
comprometió por ellos y los amo hasta el extremo (Jn 13, 1) La Misericordia se
encarnó en Jesús, se hizo hombre para amarnos con un corazón de hombre. Por eso
su Misericordia la encontramos en sus Palabras, en sus Parábolas, en sus
Milagros, en sus Exorcismos y de manera especial, en su Pasión y en su Muerte.
Todo
lo que Jesús hizo y dijo fue hecho con Misericordia: Nuestra conversión,
nuestra liberación, nuestra salvación y santificación, todo, fue hecho con
Misericordia. Jesús puede invitarnos a ser como él: Mansos, Humildes y
Misericordiosos (Col 3, 12) Como su Padre celestial es Misericordioso (cf Lc 6,
36) La Misericordia consiste en amar con el corazón al otro en su miseria, para
no juzgarlo ni condenarlo, (Mt 7, 1) sino, en cargar sus debilidades y aceptar
sus defectos. (cf Rm 15, 1)
Jesús
al darnos su Mandamiento Regio nos enseñó el arte de Amar que consiste en amar
por primero: "En esto consiste
el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos
envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó
de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros."(1 de Jn 4,
10- 11)
El segundo lugar nos enseñó amar a todos, sin hacer acepción de
personas: Porque tanto amó Dios al
mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino
que tenga vida eterna.(Jn 3, 16) Cristo vino por todos y murió por todos, Pero
no todos creyeron en él, muchos lo rechazaron y lo mataron (Jn 1, 11- 12) Pero
Jesús desde la Cruz oró por ellos: “Perdónalos Padre porque no saben lo que
hacen” (Lc 23, 34)
En
tercer lugar el arte de amar pide amar a los enemigos: «Pero yo os digo a los
que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien,
bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera
en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le
niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo
reclames.” (Lc 6, 27- 30)
En cuarto lugar hacerse uno con el otro. Lo que exige reconocerlo como
persona, aceptarlo como es, respetarlo de pensamiento, palabra y obra.
Aceptarlo como regalo de Dios y tú mismo eres un regalo para él. Lo antero
implica ver a Jesús en el otro, en el pobre, en el enfermo, en el preso, en el
desvalido. Jesús se identificó con ellos: "¿Cuándo te vimos forastero, y
te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel,
y fuimos a verte?" Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto
hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis."(Mt 25, 38- 40)
El
quito paso del arte de amar es el amor recíproco: Amarse mutuamente. Os doy un mandamiento
nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os
améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos
míos: si os tenéis amor los unos a los otros.»(Jn 13, 34- 35) Para poner en
práctica el Mandamiento Nuevo hay que primero guardar los diez Mandamiento,
para estar en comunión con Cristo.(cf Jn 15, 4).
El sexto paso del arte
de amar es el amar con otros. La fuerza está en la Unidad. Trabajar juntos,
caminar juntos, vivir juntos en sinodalidad. Hay que aprender a extender la
mano para intercambiar los dones con los demás (Mc 3, 1- 5) “Extiende tu mano”
es compartir lo que sabes, lo que tienes y lo que eres. Para no quedarse en el
peor enemigo: el Individualismo.
El séptimo paso del
arte de amar es consecuencia de los anteriores. Poner en práctica la Regla de
Oro. "«Por tanto, todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos;
porque ésta es la Ley y los Profetas." (Mt 7, 12) Hoy día se habla mucho
de calidad de vida y de excelencia de vida. Esto consiste en desear para los
otros todo lo bueno que quieres tener para Tí. Porque todos tienen derecho a
participar del bien común.
Este
“arte de amar” de Kiara Lublic, es el modo que hoy se le llama “Sinodalidad”
que viene de “Sínodo” que significa Caminar juntos. Nadie se realiza solo, necesitamos
de los demás y ellos necesitan de nosotros. Cristiano es aquel hombre o mujer
que se saben que son “Regalos de Dios para los demás” para intercambiar con
todos los dones que Dios nos ha dado para nuestra realización y para la
realización de los demás. No escondas tus dones debajo del tapete, que la luz
no se enciende y se pone debajo de la mesa, sino sobre lo alto para que ilumine
a todos los de la casa (cf Mt 5, 15)
La
Misericordia, al igual que todos los otros dones crecen con el uso de su ejercicio.
Recordemos las palabras del apóstol Pablo: "Mirad: el que siembra con
mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará
también en abundancia. Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala
gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría."(2 de Cor 9, 6- 7)
Hagamos
de nuestro corazón una tierra espaciosa que mane leche y miel, vino y pan para
muchos. (cf Ex 3, 8)
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