TENGAN LOS MISMOS SENTIMIENTOS DE CRISTO JESÚS.

 


TENGAN LOS MISMOS SENTIMIENTOS DE CRISTO JESÚS.

 

“Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen”. (Lc 6, 27)

 

Cristiano es el que escucha la Palabra de Dios y la obedece, la pone en práctica, es el hombre fiel y prudente que construye su casa sobre Roca (Mt 7, 24) Es aquel o aquella que hacen de la voluntad de Dios la delicia de su corazón. Ama a Dios, a su familia, a sus amigos, y más allá, ama a sus enemigos. Vence con amor al odio, lo echa fuera. Con la verdad echa fuera la mentira y con la vida echa fuera la muerte. Por eso habla bien de los que hablan mal de él, los bendice y hace oración por los que lo difaman o lo persiguen. Tiene los mismos sentimientos de Cristo.

 

“Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica”. (Lc 6, 29)  Con su mansedumbre vence la violencia y con la humildad vence la soberbia. Por eso puede evitar los problemas, los conflictos con los hombres, los pleitos, la enemistad y toda agresividad. Es una persona pacífica, es un verdadero hijo de Dios (Mt 5, 9)

 

A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. (Lc 6, 30) No está apegado a los bienes materiales, es un pobre de espíritu (Mt 5, 3)- Es desprendido, generoso y servicial, compasivo y misericordioso (Mt 5, 7) Su fe es sincera, porque confía en el Señor y lo obedece. “Haz el bien y rechaza el mal” (cf Rm 12. 9) Su alimento es la Palabra de Dios, tiene siempre presente el criterio de oro: “Haz a los demás el bien que quieres para ti (Mt 7, 12)

 

Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. (Lc 6, 32) El amor es paciente y servicial (1 de Cor 13, 4) El amor es la fuerza para superar la justicia de los fariseos (Mt 5, 20) Por que ama puede guardar los mandamientos de la Ley de Dios y poner en práctica la Palabra (1 de Jn 2, 3- 5) Con su amor se abre a todos porque ha hecho la “Opción Fundamental por Cristo”. Tiene presente las palabras de sanjuán: No amen al Mundo, amen al Señor Jesús (1 de Jn 2, 15)

 

Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! (Lc 6, 33) El amor no es fingido (cf Rm 12, 9) La verdad es la fuerza del bien, del amor que ama a todos, a pobres y a ricos, a judíos y a gentiles, a hombres y a mujeres, (Col 3, 11) y los ama por lo que son, no por lo que tienen, por su amor lo lleva a la verdad para no ser una “fachada”. No esperes que te hagan el bien que has hecho a otros.  Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. (Mt 6, 3- 4)

 

Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. (Lc 6, 34) Recuerda el proverbio: “El que al pobre le presta, al Señor le presta” (Prov 19, 17) No te dediques a ser prestamista, es una puerta para ir al infierno. Tú, más bien ten siempre, la disponibilidad de hacer la voluntad de Dios y la disponibilidad de salir fuera para ir al encuentro de los pobres y compartir con ellos tus bienes.

 

Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; (Lc 6, 35) Vuelve sobre lo mismo, el mensaje es muy importante; ama a tu enemigo si lo tienes, reza por él y vence con el bien al mal (Rm 12, 21) Así lo enseño Jesús y así lo hizo: Ámense los unos a los otros como yo los he amado (Jn 13, 34) “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34)

 

Y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los perversos. (Lc 6, 35 ) No esperes la recompensa de parte de los hombres, sino de Dios. No pongas tu confianza en el hombre por que te irá mal (Jer 17, 5) El que pone su confianza en Dios es bendito y recibe la vida de Dios (Jer 17, 7) “Es como un árbol plantado a la orilla de un río, sus raíces están siempre en el agua”.

 

«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo (Lc 6, 36) . “Sed perfecto como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48) “Sed Santo como vuestro Padre celestial es Santo” (1 de Pe 1, 15) El camino es la fe en Cristo, la escucha de la Palabra te lleva al Nuevo Nacimiento, a despojarte del hombre viejo, para que te revistas del hombre nuevo en justicia y en santidad (Ef 4, 23- 24) Ser hombre nuevo para estar con Jesus, caminar con él,  trabajar y servir con él (cf Jn 15, 4).

 

El cristiano es todo aquel o aquella que son portadores del amor y lo comparten. La fe cristiana es confianza y abandono en las manos de Dios y es darse, donarse y entregarse en caridad a los demás, a esto se le llama Servicio. Es el camino que Jesús nos dejó para vencer la prepotencia del Poder. Como también nos dejó el compartir, extendiendo la mano para hacer llegar a los otros nuestros bienes (Mt 20, 25- 27; Mc 3, 5)

 

Pablo nos deja unas características del amor: “Amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis”. (Rm 12, 10- 14)

 

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