ALGO SOBRE EL EVANGELIO DE
MATEO, EL QUE FUE PUBLICANO.
Ya no sois extranjeros ni
forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la
familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y
profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio
queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al
Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser
morada de Dios por el Espíritu. (Ef 2, 19-22)
Algo
para saber del evangelio:
En aquel tiempo, Jesús vio
a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le
dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba a
la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a
comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los
discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?"
Jesús los oyó y les dijo: "No son los sanos los que necesitan de médico,
sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero
misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino
a los pecadores".( Mt 9, 9-13)
Mateo, llamado con amor,
por amor y para amar nos presenta en su evangelio: “La Opción fundamental de
Jesús”. La Opción de Jesús no fue por los pobres, sino por todo lo humano: los
pobres y los ricos, los justos y los pecadores, por los hombres y por las mujeres,
por los débiles y los fuertes, por os judíos y por los gentiles. Y como todos
somos pecadores, tanto los justos como los buenos, también vino por ellos. Vino
por todos, a todos llama, a todos perdona, a todos salva y santifica, pero no a
fuerzas, no manipula, no engaña, no obliga, en su Mensaje hay una invitación:
si tu quieres. “Conmigo o contra mí, el que no junta desparrama (Mt 12, 30)
El Evangelio de Mateo es
fruto de la predicación oral, luego después de treinta años, más luego, lo puso
por escrito, cuando había todavía muchos testigos de los acontecimientos de lo
que había sucedido desde el principio. Para Mateo Jesús es Emmanuel. El el cumplimiento
de las promesas del Antiguo Testamento. Engendrado en el vientre de virginal de
María y que recibió el nombre de Jesús que significa: Dios salva (Mt 1, 20- 25)
Nos dice que Jesús nació en Belén de Judá y fue manifestado a los reyes magos
que conducidos por la Estrella encontraron al Niño y a su Madre y lo adoraron (Mt 2, 1-11) Después perseguido
por Herodes huye a Egipto, dejando atrás la matanza de los niños inocentes. (Mt
2, 16) Todo esto Mateo lo recibió de la misma Madre de Jesus, de María.
Luego nos habla del cumplimiento
de las profecías: Juan el Bautista, que habla en el desierto y predica un
bautismo para el arrepentimiento para preparar el camino de Cristo el Mesías que fue
bautizado por Juan. (Mt 3, 1ss) Después de su bautismo Jesús es llevado al
desierto para prepararse para su misión. Después de ser tentado por el diablo y
vencerlo, se va a invadir los terrenos del Maligno para liberar a los oprimidos
por el diablo y comienza su predicación diciendo: Desde entonces comenzó Jesús
a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.» (Mt
4, 17)
¿Quién
Jesús para Mateo?
Es Dios verdadero y es
hombre verdadero (Mt1, 2- 25) Es el Cristo, el Ungido con el Espíritu Santo (Mt
3, 16) Ungido para ser Salvador, Maestro y Señor de todos. (Mt 16, 16) Mateo
presenta la carta Magna de Jesús, donde encontramos el Ser y el actuar de
Jesús, el cómo vive Jesús y cómo deben vivir todos los discípulos del Señor: «Bienaventurados
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados
los mansos , porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los
que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. (Mt 5, 3- 11)
Enseguida habla de los
discípulos diciendo: “Ustedes son la sal de la tierra y la luz de mundo” (Mt 5,
13) La luz no debe de ser escondida, sino debe ponerse en la parte alta para
que alumbre a todos los de la casa (Mt 5, 15) Jesús, según Mateo, vivió
sometido a la Ley de Moisés, pero la superó (Mt 5, 17) Al mostrarnos el
verdadero sentido de la Ley: el amor y el servicio a Dios y a los hombres. (Mt
20, 25- 28) Y nos dejó sus Mandamientos como su legado (Mt 5, 19) Han oído que
se ha dicho: “No matarás”. Pero, Yo les digo… (Mt 5, 21) Y nos habla de la
importancia del amor y la reconciliación para el culto (Mt 5, 23) Pero dijo a
sus discípulos: Si vuestra justicia no supera la justicia de los fariseos, no
entrarán en el Reino de Dios” (Mt 5, 20). Jesús superó la ley de Moisés porque
es Dios con nosotros (Mt 1,23)
Para Mateo, Jesús se opuso
a la Ley del Talión y nos propuso la Ley del Amor (Mt 5, 38) Para Mateo, Jesús no se opuso a la Ley, sino a
los fariseos y a los escribas que se habían sentado en la cátedra de Moisés:
Dicen, pero, no hacen. (Mt 23, 1- 9) Son ciegos que guían a otros ciegos (cf Mt
15, 14) Se opuso rotundamente contra el divorcio, contra el adulterio y la
prostitución. (Mt 5, 27- 32) Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad
por los que os persigan, (Mt 5, 44) Porque Dios ama a justos y pecadores (Mt 5, 45) “Sed perfectos como
vuestro Padre celestial es perfecto”. (Mt 5, 48)
Jesús enseñaba las
tradiciones del pueblo sobre la limosna, la oración y el ayuno, las obras de
piedad: Háganlo, pero no para que los vean, sino para Dios; no para que los
vean la gente, porque la recompensa verdadera, sólo viene de Dios. Y enseñó a
sus discípulos el Padre Nuestro con sus siete peticiones, tres en referencia a
Dios y cuatro en referencia a nosotros mismos. (Mt, 6, 1- 13) Nos invita a
poner toda nuestra confianza en Dios y a buscar las cosas del Reino como una
primera prioridad (Mt 6, 25- 34).
Tanto Jesús, como Mateo
eran judíos y los dos conocían la ley de Moisés; conocían la historia de la
salvación al dedillo. Jesús no se oponía a la Ley, sólo la superaba, pero no la
contradecía, se oponía a la hipocresía de los fariseos que hacían de la Palabra
de Dios, sólo tradiciones humanas (Mt 15, 6) El Génesis nos habla de dos
árboles, (Gn 2, 17) Jesús habla de dos árboles (Mt 7, 16) Los profetas hablaron
de dos caminos: los de Dios y los de los hombres. (Is 55, 6) Jesús habla de dos
caminos: el ancho y el angosto (Mt 7, 16) El Deuteronomio nos habla elegir
entre el bien y el mal (Dt 30, 15) Jesús nos habla de la puerta estrecha o la
puerta ancha (Mt 7,13) Los profetas pelearon contra los falsos profetas (Amós
6) Jesús nos advierte: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
(Mt 7, 15- 16) Isaías habló contra el culto falso (Is 1, 16s) Jesús también se
opuso al decirnos: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el
Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos
me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y
entonces les declararé:"¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de
iniquidad!" (Mt 7, 21- 23)
El culto es inseparable de
la Moral: “Si, pues, al presentar tu
ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo
contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a
reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda”.(Mt 5, 23- 24)
Para Mateo la fe sincera es
la que escucha la Palabra y la obedece, equivale a los principios de la moral
en Isaías (Is 1, 16) Haz el bien, rechaza el mal y arrepiéntete: «Así pues,
todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el
hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los
torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella
no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras
mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su
casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos,
irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.» (Mt 7, 24- 27)
Así hablaron los profetas
como Miqueas y Jeremías: «Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que
Yahveh de ti reclama: tan sólo practicar la equidad, amar la piedad y caminar
humildemente con tu Dios.» (Mq 6, 8) “pues una doble maldad | ha cometido mi
pueblo: | me abandonaron a mí, | fuente de agua viva, | y se cavaron aljibes, |
aljibes agrietados | que no retienen agua”. (Jer 2, 13)
Jesús está de acuerdo con
Moisés, (La Ley) y los profetas (Elias) (Mt 17, 4). Todos hablan de lo que va a
pasar en Jerusalén: Jesús va padecer, va a sufrir y va a morir, pero al tercer día resucitará (16, 21)
Díceles Jesús:
«Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios vivo.» (Mt 16, 15- 16)
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