EL MAYOR ENTRE VOSOTROS SERÁ VUESTRO
SERVIDOR
Nosotros
conforme a la promesa del Señor esperamos cielos nuevos y tierra nueva, en los
que tiene su morada la santidad. Por eso, carísimos, mientras esperáis estos
acontecimientos, procurad con toda diligencia que él os encuentre en paz, sin
mancha e irreprensibles. Considerad esta paciente espera de nuestro Señor como
una oportunidad para alcanzar la salud. (2 Pe 3, 13-15ª)
Entonces
Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de
Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo
lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan
cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el
dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres;
se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren
el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que
se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí". Vosotros,
en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro
Maestro; y vosotros sois todos hermanos Ni llaméis a nadie "Padre"
vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni
tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro
Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. (Mt 23, 1-
11)
En
la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Son los amos y
señores de la religión: Dicen y no hacen, no los imitéis. Buscan en todo quedar
bien y que les vaya bien. Les gusta el dinero, los halagos y los aplausos. Ponen
cargas en los hombros de los hombres, pero ellos ni con el dedo la tocan.
Buscan los primeros asientos y lugares. Les gusta ser admirados por la gente y
que les llamen maestros… ¿Qué les faltaba? Les faltaba dos cosas: “Caridad y
Humildad”. Por eso Jesús dice a los suyos: “Porque os digo que, si
vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en
el Reino de los Cielos”. (Mt 5, 20) Luego nos revela las más hermosas verdades
que encontramos en la biblia: “Todos vosotros sois hijo de un mismo Padre y
todos vosotros sois hermanos y Cristo es su único Maestro”, déjense conducir
por él. ¿A dónde nos lleva? A su Pascua, a la Nueva Alianza que será sellada
con su misma vida:
Os
recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a
vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de
todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un
corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y
haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y
habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y
yo seré vuestro Dios. (Ez 36, 24-28).
Dios
será vuestro Padre y vosotros seréis hermanos, por que han sido justificados,
reconciliados, lavados y santificados: “El Dios que es fuente de esa paciencia
y de ese ánimo os conceda tener un mismo sentir entre vosotros según la mente
de Cristo Jesús. Así con un mismo corazón y una misma boca daréis gloria al
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por eso acogeos amigablemente unos a
otros, como Cristo os acogió para gloria de Dios”. (Rm 15, 5-7) Habrá
integridad, sinceridad y unidad para gloria de Dios.
Tengan
la misma manera de pensar de Cristo, Y no os acomodéis al mundo presente, antes
bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis
distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto (Rm
12, 2) “Buscad las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la derecha del
Padre (Col 3, 1) Busquen a Dios, en la fe, en la esperanza, en la caridad, en
la santidad (2 de Tim 2, 22) “Todo lo
que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o
mérito, tenedlo en cuenta, hermanos. Y el Dios de la paz estará con vosotros”. (Flp
4, 8. 9b) “No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso
cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que
siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de
obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos”. (Gál
6, 7- 9)
Jesús
nos invita a imitar lo bueno, lo justo y lo perfecto, pero no nos invita hacer
el mal. “Aborrezcan el mal y amen apasionadamente el bien”, (Rm 12, 9) y con el
bien venzan al mal (Rm 12, 21) “Superen la justicia de los fariseos”. El
fariseo es legalista, rigorista y perfeccionista, no los imiten, “ustedes aprendan
de mí que soy manso y humilde de
corazón,” (Mt 11, 29) Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el
Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os
he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque
os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con
vosotros. (Jn 13, 13- 15) Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a
los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a
los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor
los unos a los otros.» (Jn 13, 34- 35)
Y
es en el evangelio de san Mateo donde Jesús corona su enseñanza: Mas Jesús los
llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores
absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre
vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será
vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro
esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido,
sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.» (Mt 20, 25- 28)
“El
mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será
humillado; y el que se humille, será ensalzado”. (Mt 23, 11- 12)”El que tenga
oídos que escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias” (Apoc 3, 13)
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