LOS LUGARES PARA ENCONTRAR A CRISTO RESUCITADO.

Aleluya. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. Aleluya.

La resurrección de Jesucristo nos descubre el verdadero rostro de Jesús: Es Dios verdadero. Antes de su resurrección enseñaba desde fuera, ahora, lo hace desde dentro y puede estar en todas partes y el interior de los hombres. Lo podemos encontrar en la Palabra, en la Oración, en los Sacramentos, en las Obras de Misericordia, en la Comunidad y en el Apostolado. Hoy lo vamos a ver en el evangelio de Lucas algunos lugares de encuentro con Jesús resucitado.

3. Por los caminos de la vida.

El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?" Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?" Él les preguntó: "¿Qué cosa?" Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. (Luc 24, 13- 20)

Los discípulos de Jesús iban de regreso a casa, estaban abandonando Jerusalén. Iban tristes y derrotados, en crisis de fe. Jesús se hace el encontradizo y se les une y les pregunta: ¿De qué vienen hablando tan llenos de tristeza? Hablaban de Jesús que para ellos había sido un hombre grande, poderoso en obras, un gran profeta, un gran líder. Esperaban de él un Mesías triunfalista victorioso y rico que los liberara del yugo de los romanos. Su Mesías estaba muerto, los sacerdotes y los jefes de Israel lo entregaron en manos de malvados y lo mataron. Tres años con él, tiempo perdido. No creían en la resurrección de Jesús, no creían que Jesús era Dios. Si algo habían creído de él, todo se acabó en la cruz. Su Líder está muerto. Sus antiguas ilusiones se había acabado, todo era caos y vacío.

Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?" Parece que les dijo: “Teniendo ojos no ven” “Teniendo mente no piensan.” “Han leído las Escrituras y no las entienden? “Yo mismo se los he dicho y no creen, que duros de corazón son ustedes.”

2. La Palabra de Dios.

“Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.” Desde Moisés hasta el último de los profetas. Les dio un curso de Cristología. Mientras él explicaba la Escritura, a ellos les ardía el corazón.

3. La Hospitalidad.

Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. “Quédate con nosotros es el anhelo más grande de todo corazón” Se está haciendo noche hay un lugar para ti en nuestra casa. Y Jesús entró en la casa, para eso había venido para quedarse.

4. La Fracción del Pan.

Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!" Cristo desaparece, pero no se va, se queda en el pan.

5. La Misión.

Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón". Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. (Lc 24, 13-35) 

De esa primera Misa nace la Iglesia misionera: se levantan y con prontitud salen corriendo van a dar las Buenas Noticias que Jesús ha resucitado, hay Vida eterna. Salen de la tristeza, y llenos de gozo gritan: Señor tú tienes poder para darnos y más. 

6. La Comunidad.

El sexto lugar es la Comunidad, la Familia, la Iglesia. La fe es creer que Jesús resucitado habita en la Comunidad como en su propia casa. Así lo había prometido: "Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."(Mt 18, 20)

7. En el Apostolado.

"Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»"(Mt 28, 18- 20)

Jesús se deja encontrar por nosotros, porque el se hace el encontradizo. Busquemos lo de todo corazón  él se deja encontrar por nosotros. Que nuestra fe en Jesucristo sea sincera: Jesús es hombre verdadero y es Dios verdadero, hay vida eterna.

 

 


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