CONVERTÍOS DE VUESTRA MALA CONDUCTA
Y VIVAN.
Iluminación: Purifíquense de todas
sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. (Ez 18, 31)
Diles: «Por mi vida, oráculo del
Señor Yahveh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el
malvado se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra
mala conducta. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?»(Ez 33, 11)
«Mas ahora todavía - oráculo de
Yahveh - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.»Desgarrad
vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahveh vuestro Dios, porque él
es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la
desgracia. ¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una
bendición, oblación y libación a Yahveh vuestro Dios! ¡Tocad el cuerno en Sión,
promulgad un ayuno, llamad a concejo, congregad al pueblo, convocad la asamblea,
reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el
recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo. Entre el vestíbulo y el
altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan:«¡Perdona, Yahveh, a
tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisión de las naciones!
¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?»(Jl 2, 12- 17)
¿En qué consiste la conversión? Es
volver al Paraíso, tierra que mana leche y miel, paz y ternura de Dios; es volverse
a la armonía interior y a la armonía exterior, es volverse a Cristo, él es el Paraíso,
y en él se encuentra el Árbol de la Vida que está en el Paraíso de Dios (Apc 2,
7) La conversión consiste en romper con el mal para practicar la justicia a
Dios y a los hombres: "Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los
ojos por no veros. Aunque menudeéis la plegaria, yo no oigo. Vuestras manos
están de sangre llenas: lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante
de mi vista, desistid de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo
justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la
viuda. Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh: Así fueren vuestros pecados
como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí,
cual la lana quedarán."(Is 1, 15- 18)
Lo que Pablo dice: Ellos mismos
cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os
convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo
y verdadero (1 de Ts 1, 9) Abandono de la idolatría, romper con el pecado: “¡Huid
de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo;
mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo.” (1 de Cor 6, 18)
La noche está avanzada. El día se
avecina. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de
las armas de la luz. Como en pleno día, procedamos con decoro: nada de
comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y
envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la
carne para satisfacer sus concupiscencias.(Rm 13, 12- 14)
"Pero no es éste el Cristo que
vosotros habéis aprendido, si es que habéis oído hablar de él y en él habéis
sido enseñados conforme a la verdad de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra
vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las
concupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y a revestiros del
Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad."(Ef
4, 20- 24)
“Huye de las pasiones juveniles.
Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de
los que invocan al Señor con corazón puro.” (2 de Tim 2, 22).
"Por tanto, mortificad
vuestros miembros terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la
codicia, que es una idolatría, todo lo cual atrae la cólera de Dios sobre los
rebeldes, y que también vosotros practicasteis en otro tiempo, cuando vivíais
entre ellas. Mas ahora, desechad también vosotros todo esto: cólera, ira,
maldad, maledicencia y palabras groseras, lejos de vuestra boca. No os mintáis
unos a otros. Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre
nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la
imagen de su Creador, donde no hay griego y judío; circuncisión e
incircuncisión; bárbaro, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todo y en
todos. Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de
misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a
otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el
Señor os perdonó, perdonaos también vosotros."(Col 3, 5- 12)
“No extingáis el Espíritu; no
despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de
todo género de mal. Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que
todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha
hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama y es él
quien lo hará. Hermanos, orad también por nosotros.” (1 de Ts 5, 21- 25)
“Por tanto, desechando la mentira,
hablad con verdad cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los
otros. Si os airáis, no pequéis; no se
ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión al Diablo. El que robaba,
que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que
pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad. No salga de vuestra boca
palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y
hacer el bien a los que os escuchen. No entristezcáis al Espíritu Santo de
Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención. Toda acritud,
ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de
entre vosotros. Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos
mutuamente como os perdonó Dios en Cristo.” (Ef 4, 25- 32)
"Sed, pues, imitadores de
Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó
por nosotros como oblación y víctima de suave aroma." (Ef 5, 1- 2)
Para el apóstol Pablo la conversión
consiste en llenarse de Cristo, vaciándose de todo pecado, para poder caminar
en la Verdad que nos hace libres.
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