VOSOTROS HABÉIS VISTO CÓMO OS SAQUÉ SOBRE ALAS DE ÁGUILA
Iluminación: “Vosotros habéis visto cómo os saqué sobre alas de
águila y os traje hacia mí; ahora pues, si queréis obedecerme y guardar mi
alianza, seréis mi especial propiedad entre todos los pueblos, pues mía es toda
la tierra. Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.” (Ex 19,
4-6ª)
"Dijo Yahveh: «Bien vista
tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en
presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para
librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra
buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos,
de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos."(Ex
3, 7- 8)
Los enemigos de la salvación ya no
son Egipto, Babilonia, Asiria, como tampoco son los otros pueblos que ocupaban
la tierra de Canaán. Los enemigos ahora son: "Rechazad, por tanto, toda
malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de
maledicencias."(1 de Pe 2, 1) Ahora son el “Individualismo, el
conformismo, el totalitarismo, el secularismo” Y otros más. Todo lo que atenta
contra la dignidad humana, como son el relativismo, el instrumentalismo, la cosificación, las ideologías ateas, etc.
¿Qué hace Dios para sacarnos de la
esclavitud que oprime a los hombres? Envía su Palabra que contiene Luz, fuerza
y Amor. El profeta Ezequiel nos describe como Dios nos saca del pozo de la muerte
y nos lleva a nuestra Tierra: La Comunidad de Cristo: "Por eso, profetiza.
Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os
haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de
Israel. Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir
de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis;
os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga,
oráculo de Yahveh.»"(Ez 37, 12- 14)
Pablo nos habla del cumplimiento de
la profecía de Ezequiel: "Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió
Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se
hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba
de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su
Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si
hijo, también heredero por voluntad de Dios."(Gál 4, 4- 7) El Hijo de Dios
es Jesús que se hizo hombre para amarnos con un corazón de hombre, y después de
su Bautismo y de los días del desierto llega a la sinagoga de Nazaret y se
apropia del texto de Isaías: "El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha
ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la
liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los
oprimidos 19.y proclamar un año de gracia del Señor."(Lc 4, 18- 19) Jesús
hace lo anterior para conquistar esta porción del Reino de Dios que había caído
en la garras de Satanás. Con el anuncio y proclamación de su Palabra siembra el
Reino en el corazón de los hombres y de las culturas. Con sus milagros, con sus
exorcismos y con su testimonio de vida siembra y cultiva el Reino de su Padre
que lleva a su plenitud con su muerte y con su resurrección.
Con su muerte y resurrección sella
la Nueva Alianza, de la que nace el Pueblo Nuevo, el Culto Nuevo y el Nuevo
Mandamiento. "¡No es como para gloriaros! ¿No sabéis que un poco de levadura
fermenta toda la masa? Alianza sellada
con la sangre de Cristo y cuyo signo es el Espíritu Santo que hace decir a
Pablo: “Purificaos de la levadura vieja, para ser masa nueva; pues sois ázimos.
Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado. Así que, celebremos
la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad,
sino con ázimos de pureza y verdad."(1 de Cor 5, 6- 8)
¿Cómo entrar en la Nueva Alianza? Por
la fe en el acontecimiento histórico: Cristo murió y resucito para perdón de
los pecados y para darnos vida eterna (Rm 4, 25) Por el acontecimiento
sacramental, por el bautismo: "¿O es que ignoráis que cuantos fuimos
bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con
él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo
fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así
también nosotros vivamos una vida nueva. Porque si hemos hecho una misma cosa
con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una
resurrección semejante; sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con
él, a fin de que fuera destruido este cuerpo de pecado y cesáramos de ser esclavos
del pecado. Pues el que está muerto, queda librado del pecado."(Rm 6, 3-
7) Por el Bautismo morimos con Cristo, fuimos sepultados con él y resucitamos
con él.
Existe un acontecimiento existencial
para renovar la Nueva Alianza. Cada vez que escuchamos la Palabra y la
obedecemos, en cada oración íntima y cálida que brota de un corazón limpio, en
cada vez que celebramos un Sacramento bien celebrado, cada vez que por amor a
Cristo renunciamos al pecado y hacemos el bien, estamos naciendo de Dios,
estamos creciendo en Fe, Esperanza y en Caridad.
Somos transformados por el Poder de
Dios que nos lleva de la esclavitud a la Libertad, de las tinieblas a la Luz,
del Pecado a la Gracia. "Pero Dios, rico en misericordia, por el grande
amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó
juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó
y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos
venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús. Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la
fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de
las obras, para que nadie se gloríe."(Ef 2, 4- 9) La salvación no se
compra y no se vende. Es un don gratuito e inmerecido de Dios a los hombres. Se
le puede aceptar como regalo o se le puede rechazar. Es Gracia de Dios, pero no
es barata, el precio a pagar es creer en Jesús y convertirse a él.
"Decía a todos: «Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida
por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo
entero, si él mismo se pierde o se arruina? Porque quien se avergüence de mí y
de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su
gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles."(Lc 9, 23- 26)
“Sed misericordiosos, como es
misericordioso vuestro Padre”, dice el Señor. (Lc 6 36)
Para que oremos:
Alabemos a Dios, nuestro Padre, que
nos concede ofrecerle el sacrificio de alabanza cuaresmal, y supliquémosle,
diciendo: Ilumínanos, Señor, con tu palabra.
Dios todopoderoso y compasivo,
concédenos el espíritu de oración y de penitencia, y danos un verdadero deseo
de amarte a ti y a nuestros hermanos.
Concédenos ser constructores de tu
reino, para que todas las cosas tengan a Cristo por cabeza y abunde la justicia
y la paz en toda la tierra.
Haz que sepamos descubrir la bondad
y hermosura de tu creación, para que su belleza se haga alabanza en nuestros
labios.
Perdónanos por haber ignorado la
presencia de Cristo en los pobres, los sencillos y los marginados, y por no
haber atendido a tu Hijo en estos hermanos nuestros.
Amén.
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