TODO EL QUE ES DE CRISTO ES
CREACIÓN NUEVA.
Todo lo que de palabra o de obra
realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la Acción de Gracias a Dios
Padre por medio de él. (Col 3, 17)
Para realizar lo anterior se
requiere tener una fe sincera, un corazón limpio y una conciencia recta (1 de
Tim 1, 5) Hacer las cosas en nombre de Jesús es hacerlo con amor y con alegría,
para la gloria de Dios y para el bien de los hombres. Y en oración consagrarle la
vida al Señor, en acción de Gracias. Todo es don de Dios y respuesta nuestra,
todo es Gracia de Dios. Que ama a todos y quiere que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad (1 de Tim 2, 4) La verdad de Dios nos
dice que Dios ha creado al hombre con amor, por amor y para amar y viva en
comunión con su realidad.
El hombre creado por Dios tiene el
libre albedrío, puede hacer el bien y puede hacer el mal, es libre para elegir
lo que él quiera: “Frente a ti está la vida y la muerte, la felicidad o la desdicha,
escoge lo que tú quieras” (Dt 30, 15) El hombre que se inclina y se decide por
hacer el mal se enferma, se esclaviza y se deshumaniza. A lo bueno le llama
malo y a lo malo le llama bueno. El que se aleja del bien se aleja de Dios para
irse a un país lejano, el mundo donde derrocha sus mejores posibilidades
viviendo como un libertino (cf Lc 15, 11s)
Hasta allá se abaja Dios como un
Buen Pastor que busca a sus ovejas perdidas, las busca hasta encontrarlas (Lc
15. 4)Dejarse encontrar por el buen Pastor para llevarnos a la Luz, a la
Verdad, al Amor y a la Vida (Jn 14, 6) Para iniciar la Fiesta del corazón.
Fiesta donde es revestido de justicia y santidad. De bondad y de verdad (Ef 4,
24; Ef 5, 9) Ahora camina en la Luz sigue a Cristo luz del mundo, ya no camina
en tinieblas (Jn 8, 12) Ahora es un Hombre Nuevo, lo viejo ha pasado, el
pecado, ahora está en la Gracia de Dios, en comunión en Cristo Jesús. Puede
hacer lo que dice san Pablo:
"Vuestra caridad sea sin
fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los
unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin
negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la
esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo
las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad." (Rm 12, 9-
13) Ahora como un hombre en proceso de salvación puede con alegría y con
liberad, ofrecerse como hostia viva, santa y agradable a Dios, en favor de toda
la Humanidad y dejarse transformar por la acción del Espíritu Santo en lo más
profundo de su mente para conocer la voluntad de Dios, aceptarla y ponerla en
práctica (Rm 12, 1- 2)
La voluntad de Dios escrita en el
interior de cada ser humano es: “Ama el bien y rechaza el mal,” si no lo
hiciste pecaste, entonces el da otra palabra, “arrepiéntete,” con el perdón de
los pecados, se te da “el gozo del Señor” para que se inicie la Fiesta. Has
pasado de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad, del pecado a la
Gracia. Ahora, el Señor te llama con un ámame y sígueme. Y, ¿Cómo te voy amar
si no te veo? Basta con que creas en mí. Confía, en mí, en mi Palabra y mis
Mandamientos y a los demás, eso es amarme. (Jn 14, 21. 23; Jn 13, 34- 35) Si lo
haces te conviertes en mi discípulo, estás en comunión conmigo y puedes dar
mucho fruto como yo di mucho fruto. ¿Cómo pudo Jesús dar fruto? “Muriendo y
resucitando” abrazo su Cruz y la Voluntad de su Padre. Si nosotros queremos dar
fruto hagamos lo mismo que él hizo. Es su invitación para ser de sus
discípulos:
"Decía a todos: «Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida
por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo
entero, si él mismo se pierde o se arruina?"(Lc 9, 23. 25) El discípulo se
hace amigo y hermano de Jesús y en él nos hacemos hijos de Dios y hermanos de los
hombres. Somos familiares de Dios (Ef 2, 20) Herederos con Cristo de la
herencia de Dios (Rm 8, 17) Jesús nos participa de todo lo suyo: su Padre, su
Espíritu, su Madre, su Vida, su Misión, su Familia y su Destino. "Por
ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son
tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en
ellos."(Jn 17, 9- 10). Todo es Gracia, es Regalo de Cristo para los que
creen y lo obedecen. Todo nos viene por la Fe. Todo, nuestra liberación,
nuestra reconciliación, nuestra salvación y nuestra santificación. Todo por las
Fe de Jesucristo, que es abrazar la Voluntad de Dios.
Ahora. ¿Qué tenemos que hacer? “Permanezcan
en mi amor” "La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis
mis discípulos. Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros;
permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor,
como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su
amor." (Jn 15, 8- 10) Permanezcan en mi amor, en mi amistad, en mi servicio,
¿cómo? El apóstol Pablo nos da la respuesta: "Pues los que son de Cristo
Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos
según el Espíritu, obremos también según el Espíritu."(Gál 5, 24- 25) “Ustedes
son mis amigos si hacen lo que yo os mando.” (Jn 15, 14)
Publicar un comentario