TAMBIÉN TENGO OTRAS OVEJAS QUE NO SON DE ESTE
REDIL.
Tus hijos, Jerusalén, llegan de lejos, a tus hijas las traen en
brazos. Cuando esto veas, te pondrás radiante de alegría; se estremecerá y se
ensanchará tu corazón, pues se volcarán sobre ti los tesoros del mar, vendrán a
ti las riquezas de las naciones. (Is. 60, 4-5) La riqueza de las
naciones son los hijos de la Iglesia. Y la riqueza de la Iglesia es Cristo y
los santos.
Las Promesas en los
Profetas:
"Yo
santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por
vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Yahveh - oráculo del Señor Yahveh -
cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos. Os
tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a
vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas
vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré. Y os daré un
corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu
en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y
practiquéis mis normas. Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios."(Ez 36, 23- 28)
"Entonces
me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan
diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza,
todo ha acabado para nosotros. Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor
Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas,
pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel. Sabréis que yo soy Yahveh
cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré
mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis
que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh.»"(Ez 37, 11-
14)
"Un
sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos
ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a
Yahveh. Todas las ovejas de Quedar se apiñarán junto a ti, los machos cabríos
de Nebayot estarán a tu servicio. Subirán en holocausto agradable a mi altar, y
mi hermosa Casa hermosearé aún más. ¿Quiénes son éstos que como nube vuelan, como
palomas a sus palomares? Los barcos se juntan para mí, los navíos de Tarsis en
cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el
nombre de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea. Hijos de
extranjeros construirán tus muros, y sus reyes se pondrán a tu servicio, porque
en mi cólera te herí, pero en mi benevolencia he tenido compasión de ti."(Is
60, 6- 10)
El
cumplimiento de las Promesas.
"Nacido
Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del
Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los
judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a
adorarle.» En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó
a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo
informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En
Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén,
tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá;
porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.» Entonces
Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la
aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad
cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir
también yo a adorarle.»Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y
he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos,
hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la
estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño
con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le
ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no
volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino."(Mt
2, 1- 12)
Los
regalos para el Niño: oro, incienso y mirra, hacen referencia a la identidad
del Niño: oro, porque es rey, incienso porque recibirá culto divino e incienso
porque va a morir para hacer de todos un solo PUEBLO, el Pueblo de Dios.
Comprado a precio de sangre. Con su muerte y resurrección sella la Nueva Alianza
con su nueva Ley, la Ley del Amor. Quien entre en su Alianza, le pertenece, lo
ama y lo sirve. Es su Pueblo.
"Yo
soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me
conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También
tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir
y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el
Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la
doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;
esa es la orden que he recibido de mi Padre.»"(Jn 10, 14- 18)
"Al
llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De
repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que
llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas
como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron
todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según
el Espíritu les concedía expresarse."(Hch 2, 1- 4)
"Estupefactos
y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues
¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Partos,
medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia,
Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, judíos
y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las
maravillas de Dios.» Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a
otros: «¿Qué significa esto?» Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos
de mosto!»"(Hch
2, 7- 13)
La
respuesta de las gentes:
"«Sepa,
pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo
a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.» Al oír esto, dijeron con el
corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer,
hermanos?» Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga
bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para
vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor
Dios nuestro.» Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba:
«Salvaos de esta generación perversa.» Los que acogieron su Palabra fueron
bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas." (Hch 2, 36-
41)
Las columnas de
la Iglesia:
"Acudían
asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del
pan y a las oraciones. El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles
realizaban muchos prodigios y señales. Todos los creyentes vivían unidos y
tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio
entre todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al Templo todos los días con
perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban
el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la
simpatía de todo el pueblo. El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que
se habían de salvar." (Hch 2, 42- 47)
Acudían
asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del
pan y a las oraciones. La Iglesia es Apostólica, recibió su enseñanza de los
Apóstoles. Ellos recibieron su enseñanza de Jesús que les enseñó el arte de
amar, el arte de servir y el arte de compartir. (Jn 13, 13. 34- 35; Mt 20, 28)
Luego los envió con el mandato de edificar la Iglesia (Mt 28, 19- 20; Jn 20.
19- 23)
El
gran evento: la Reconciliación con Dios y con los hombres:
"Así
que, recordad cómo en otro tiempo vosotros, los gentiles según la carne, llamados
incircuncisos por la que se llama circuncisión - por una operación practicada
en la carne -, estabais a la sazón lejos de Cristo, excluidos de la ciudadanía
de Israel y extraños a las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en
el mundo. Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais
lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque él es
nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los
separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus
preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo
la paz," (Ef 2, 11- 15).
En
la Nueva Jerusalén:
"Después
miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación,
razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con
vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con fuerte voz: «La
salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»"(Apoc
7, 9- 10)
"Pero
vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido,
para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su
admirable luz vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el
Pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son
compadecidos. Queridos, os exhorto a que, como extranjeros y forasteros, os
abstengáis de las apetencias carnales que combaten contra el alma."(1
de Pe 2, 9- 11)
El
Mensaje cristiano es el mismo para todos.
Crean
y conviértanse a Jesucristo (Mc 1, 15) "El que crea y sea bautizado, se
salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a
los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán
serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las
manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»"(Mc 16, 16- 18) "«Venid
a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad
sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga
ligera.»" (Mt 11, 28- 30)
Los
regalos del Resucitado para su Iglesia:
"Al
atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a
los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se
presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto,
les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también
yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu
Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los
retengáis, les quedan retenidos.»"(Jn 20, 19- 23)
El
Gran envío:
"Jesús
se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en
la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo
lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días
hasta el fin del mundo.»" (Mt 28, 18- 20)
La Iglesia de
Jesucristo es Una, Santa, Católica y Apostólica. Tiene su Origen en Cristo, el Enviado
del Padre para reunir y reconciliar a los hombres en su Cuerpo. Todos son
invitados, pero no obligados ni manipulados. El que quiera y crea y se bautice se
salvará. (Mc 16, 16)
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