MIREN CUÁNTO AMOR NOS HA TENIDO EL PADRE
Queridos
hijos:, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo
no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él. Hermanos míos, ahora
somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya
sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo
veremos tal cual es. Todo el que tenga puesta en Dios esta esperanza, se
purifica a sí mismo para ser tan puro como él. 1 Jn 3, 1-3
Somos hijos de Dios por amor. Porqué él nos ama incondicionalmente.
Con el mismo amor con el que ama a su Hijo Jesús. "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a
su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna."(Jn 3, 16) Jesús vino a traernos la Vida divina (Jn 10, 10)
y todo aquel que tenga esta Vida se hace hijo de Dios. Somos hijo de Dios en el
Hijo, en Cristo Jesús. "Por cuanto nos ha elegido en él antes de la
fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,"(Ef 1, 4- 5) “Somos hijos
verdaderos, pues participamos del Espíritu de Cristo resucitado”
"Queridos,
amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es
Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al
mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos
envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos
amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.(1 de Jn 4,
7- 11)
Todo
el que crea y se bautice se salva, nos dice el Autor y el Consumador de nuestra
fe, Jesucristo (Mc 16. 16)Con la misma autoridad con la que Dios dijo: “Hágase
la luz y la luz se hizo, en todo bautizado, el Señor dice: “Hágase mi hijo, y
nace un hijo de Dios” (cf Gál 3, 26- 27) La fe cristiana viene de la escucha de
la Palabra de Dios (Rm 10, 17) Quedamos embarazados con Vida espiritual. En el
Bautismo se da el Nuevo Nacimiento. "Al oír esto, dijeron con el corazón
compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro
les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el
nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don
del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y
para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.» (Hch
2, 37- 39)
Todo
es Gracia de Dios, no hay méritos personales. Somos salvados por la fe de
Jesucristo, lo que ahora somos es hechura de Dios, salimos de sus manos bellos,
bonitos hermosos como hijos amados de Dios. Que todo lo hace por amor, y sin
amor no hace nada. Y ¿ahora qué? Escuchemos al Apóstol decirnos: "Como
niños recién nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella,
crezcáis para la salvación, si es que habéis gustado que el Señor es bueno."(1
de Pe 2, 2- 3) Hemos sido engendrados por la Palabra de Dios que es Cristo, Luz
del mundo (Jn 8, 12) Permanezcamos en la Luz que es Vida, Amor y Verdad (Jn 14,
6) para que podamos crecer como Familia de Dios. Reconozcamos que somos hermanos
de otros que también son llamados hijos de Dios y lo son. Aprendamos el arte de
vivir como Familia, amándonos los unos a los otros como Jesús nos amó (Jn 13,
34) Y por amor aprendamos a cargar las debilidades de los otros (Rm 15. 1)
Todo
aquel que tiene la esperanza de que Dios lo ama, y que sabe que es hijo de
Dios, se hace puro como él es puro. Esta esperanza nos pone en el Camino de
Jesús: Las Bienaventuranzas. “Libres de todo pecado y revestidos con la Gracia
de Dios.” El Camino de Jesús fue hacerse pobre, como lo dice el Apóstol Pablo: "Pues
conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por
vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza."(2
de Cor 8, 9) La pobreza de Jesús nos hace ricos con la riqueza de Jesús: “Ser
hijos de Dios,” “Hermano y Servidor de los hombres.” La riqueza de Jesús nos
hace pobres de espíritu. Para que podamos vivir como él vivió, amando hasta el
extremo (Jn 13, 1)
Las
Bienaventuranzas tienen su origen en la escucha y obediencia de la Palabra de
Dios. Cada una de ellas es una Palabra de Dios, encarnada en nuestros
corazones. Sin ellas nuestra fe está vacía y nos encontramos revestidos de tinieblas.
Cada una de ellas son fruto de un
proceso de conversión guiada por el Espíritu Santo y por la Palabra de Dios que
nos lleva a la salvación y a la perfección cristiana (2 de Tim 3, 14- 17)
“Dichosos
los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de Dios” "Bienaventurados
los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.” “Bienaventurados los
que lloran, porque ellos serán consolados.” “Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.” “Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” “Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.” “Bienaventurados los que
trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” “Bienaventurados
los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos.” “Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa." (Mt 5, 3.
11)
La
santidad es Pobreza espiritual, es Mansedumbre, es Justicia, es Misericordia,
es Limpieza de corazón, es Paz, es Amor y es Gozo en el espíritu cuando somos
perseguidos, injuriados y calumniados por Jesús, el Hijo de Dios. Camino de
Salvación que nos recuerda la importancia de permanecer en le Luz. Cuatro pasos:
Romper con el pecado y guardar los Mandamientos de Dios (1 de Jn 1, 8- 10; 2,
3) No te arrodilles frente al poder ni ante el dinero, ni ante los poderosos ni
ante los ricos (2 de Jn 2, 15) Rechaza la confusión de los falsos profetas que
niegan a Jesús venido en la carne (1 de Jn 4, 1) Que niega a Jesus como Hijo de
Dios (cf 1 de Jn 2, 18)
Busca
las cosas de arriba para que te hagas hijo de Dios (cf Col 3, 1) Despójate del
traje de tinieblas y vive las Bienaventuranzas (Rm 13, 12) Para que puedas ser
parte de esa muchedumbre que estaba frente al trono de Dios con vestiduras blancas,
con palmas en sus manos cantando y alabando a Dios. "Después miré y había
una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas,
pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con
vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con fuerte voz: «La
salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»"(Apoc
7, 9- 10)
Estaban
de Fiesta con Jesús… Una Fiesta que se da en nuestro corazón, cuando aceptamos
y nos sometemos a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es creer en Jesús,
su Hijo muy amado y muy querido.
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