LAS CONDICIONES PARA EL SEGUIMIENTO DE CRISTO.

 


LAS CONDICIONES PARA EL SEGUIMIENTO DE CRISTO.

a)      La fe en Jesucristo.

No creemos en un algo, sino en una Alguien. En una persona que siendo Dios se hizo hombre para hacernos hijos de Dios, Hermano y Servidor de los hombres. Su nombre es Jesús. Pablo describe lo anterior diciendo: Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza.(2 de Cor 8, 9) La pobreza de Jesús es su Encarnación: “El Verbo se hizo hombre” (Jn 1, 14) Y en la carta a los Filipenses explica la pobreza de Jesús: "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz."(Flp 2, 6- 8)

No vino a juzgar ni a condenar, vino a traernos vida divina y en abundancia (cf Jn 10, 10) Se humilló a sí mismo, obedeció hasta la muerte y hasta la vergonzosa muerte de cruz.  Pero, el que murió, creemos que está vivo, Dios lo resucitó y lo sentó a su derecha. Esta sentado en el poder de su divinidad. "Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre."(Flp 2, 10- 11)

Jesús aparece como el “Don de Dios” como el “Hijo de Dios” Como “Nuestro Salvador.” Como “Nuestro Maestro.” Y como “Nuestro Señor” (Jn 3, 16; Gál 2, 20; 5, 2; Jn 13, 13; Jn 20, 28; Flp 2, 11) Jesucristo ha muerto, Jesucristo ha resucitado y Jesucristo es Señor para gloria de Padre y para nuestra salvación. "Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen - pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,"(Rm 3, 21- 24) En virtud de la sangre de Cristo nuestros pecados son perdonados y por su resurrección Dios nos da vida eterna (Ef 1, 7; Rm 4, 25). Por la Pascua de Jesús somos pueblo de Dios.


b) ¿Cómo llegamos a la fe?

"Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo."(Rm 10, 17) Por la escucha de la Palabra de Dios entra la vida espiritual en nosotros. La fe se convierte en confianza, en esperanza y en caridad. Comienza el cambio de mentalidad. De un Dios lejano, en Dios cercano, uno de los nuestros, Jesús es Emmanuel, Dios con nosotros, entre nosotros y a favor de nosotros. (Mt 1, 23) Jesús, el revelador del Padre, en su rostro y en sus palabras nos dice que Dios es nuestro Padre, que es Amor, Perdón y que Dios es Libertad.

La escucha de la Palabra nos embaraza de amor, verdad y vida (Jn 14,6) y nos lleva a un Nacimiento. /Jn 3, 1- 5)Jesús por la acción del Espíritu Santo nace en nuestro corazón, crece y se manifiesta en nuestra vida. Por este Nacimiento de Cristo somos hijos de Dios, hermanos de los otros y servidores del reino de Dios. Esto exige como primera exigencia perseverar en la Palabra: "Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.»"(Jn 8, 31- 32)La Palabra es luz que ilumina nuestras tinieblas y nos convence de que somos pecadores necesitados de la Gracia de Dios (1 de Jn 1, 8-10) La Palabra es Luz y es Vida. El que tenga la luz tiene la vida y esta vida es Cristo que nos dice san Juan: "Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»"(Jn 8, 12)

Jesús es el Codero inmolado que por su sacrificio nos sacado del reino de las tinieblas y nos ha llevado a la reino del Hijo de su Amor (Col 1, 13) Para que seamos parte del “Edificio Espiritual” cuyo fundamento es Cristo Jesús (1 de Cor 3, 11)  Cristo por la fe ha entrado en nuestro corazón, ahora hay que crecer, primero hacia abajo, después hacia arriba, luego hacia dentro y después hacia fuera. Se trata de un crecimiento integral que tiene como ley disminuir hasta desaparecer, según las palabras del Bautista. (Jn 3, 30)Hay que desprender de todo, de cosas materiales, de personas, de familiares hasta de uno mismo. Desprenderse de cosas malas y hasta de cosas buenas. Lo bueno y lo mejor es Cristo. "De acuerdo a las palabras del mismo Jesús: «Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío. El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío."(Lc 14, 26- 27)

c) La Opción Fundamental por Cristo.

Es una Gracia del Espíritu Santo al neo converso. Se trata de tomar a Jesús en serio y “tomar la fieme determinación de seguir a Cristo y renunciar a todo lo mundano y a todo lo pagano. Es lo que la Escritura dice: “Busca primero el reino de Dios y su justicia, lo demás vendrá por añadidura” (cf Mt 6, 33) Es amar por primero de Juan: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados."(1 de Jn 4, 10) Odiar a su padre, a su madre e hijos, esposa o hermanas, relegar la familia y los bienes a aún las cosas buenas a segundo término, Jesús está por primero y debe ocupar el trono de nuestro corazón. Para él el honor, la alabanza y la gloria, es decir, nuestro amor. La Opción Fundamental por Cristo nos pide dar la espalda al mundo y la vida pagana para servir Cristo.

d) Las exigencias del seguimiento.

Niégate a ti mismo. Es morir al pecado al Ego padre de todos los vicios para abrirse a la acción del Espíritu Santo. Equivale a lo que dice Pablo: “Huye de las pasiones de tu juventud” como son la lujuria, la fornicación, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia (2 Tim 2, 22; 1 de Cor 6, 18; 1 de Pe 2, 1) Para poder tener hambre y sed de Dios, guardar sus Mandamientos, su Palabra y practicar las virtudes de Cristo. Esto equivale a encender las lámparas e invocar a Dios con un corazón limpio. (Lc 6, 35; 1 de Tim 1, 5)

Y ¿ahora qué? Has probado lo bueno que es el Señor, has creído que Jesús el Hijo de Dios y el Mesías (Jn 6, 68) Jesús con voz seductora te pide algo que él espera de ti: “Ámame” Él espera que tu fe crezca y madure para que se convierta en amor (Gál 5, 6) El apóstol Juan nos enseña como amar a Jesús: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él. Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él."(Jn 14, 21. 23)
El amor pide esfuerzos, renuncias y sacrificios, a esto le llamamos la cruz de Jesús. Por amor hacer y abrazar la Voluntad de Dios en cualquier circunstancia de nuestra vida.

Jesús que lo amas por eso te pide algo más: “Sígueme” Es decir: “Conforma tu vida con la mía” Sé mí servidor. Es un llamado servir para que des vida para que el mundo tenga vida en Cristo. Y sólo en Él. (Doc. de Aparecida 3)Seguimos a Jesús por amor dejándonos conducir por el Espíritu Santo. Sin Él, no hay seguimiento. ¿A dónde nos lleva? A Cristo para que reproduzcamos su Imagen (Rm 8, 29) El que sigue a Jesús cargando su cruz, es el que tiene una fe y una Gracia Cara, no es barata. Decir que creemos en Jesús pero no lo seguimos abaratamos la Gracia de Dios viviendo y haciendo de nuestra vida un libertinaje, haciendo lo que nos da la gana, pero, no la Voluntad de Dios. Esto es abaratar la fe.

e) Jesús viene a sanar nuestros corazones de las heridas del pecado.

"Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono."(Apoc 3, 20- 21) Jesús no entra a nuestro corazón con las manos vacías. Entra con sus manos llenas de regalos como el Amor, la paz, la alegría y muchos frutos más. Pero lleva también en una mano la “Espada del Espíritu.” Viene a limpiar la casa, viene a sanear el corazón de todos los árboles  que no dan fruto bueno como el individualismo, el machismo, el alcoholismo, el adulterio, etc.  En otra mano lleva la Luz de su Espíritu para iluminar todos los rincones obscuros de la casa. Viene a inundar de su Luz para que tengas vida en abundancia (Jn 10, 10) Esta Obra de Jesús en tu vida se da hoy gracias a la acción del Espíritu Santo. ¿Qué te pide? Una sola cosa: Morir, es decir, “No te bajes de la cruz de Jesús” Lo que equivale a estar sentado con Jesús en su trono. La cruz de Jesús es fuente de sabiduría, de santidad, de amor y de libertad.

F) Lo que Pablo pidió a su discípulo Timoteo.

"Tú, pues, hijo mío, manténte fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros.”

“Soporta las fatigas conmigo, como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado.”

“Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento.”

“Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos. Entiende lo que quiero decirte, pues el Señor te dará la inteligencia de todo." (2 Tim 2,1. 7)

Lo anterior encierra lo que es el seguimiento a Cristo y vivir según el Evangelio de nuestro Jesucristo.(Flp 1, 29) Esto es vivir en Cristo. Es vivir según el Espíritu Santo y es vivir en Dios. Como Familia, como hijos y como hermanos y servidores de todos.



 

 



 

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