Como si la experiencia del Espíritu no fuera para todo bautizado! (Hch
2,38)
"Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro
y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó:
«Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de
Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los
que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.»"(Hch 2,
37. 39)
¿Qué habían escuchado estos
peregrinos del Templo de Jerusalén? Que a Jesús de Nazaret, ustedes
lo mataron por medio de gente malvada, pero Dios lo resucitó, El que estaba
muerto está vivo, es un ser viviente y vivificador. Aceptan que Jesús había
muerto por ellos y que sus pecados habían matado a Jesús. (Esto es un don de
Dios, es una Gracia) Y ahora, ¿cuál es el camino a seguir? El Apóstol los
invita a pasar de la Antigua Alianza a la Nueva, a Jesucristo. Este es el único
camino bajo las estrellas del cielo (Hch 4, 12)Para entrar en la Nueva Alianza
y ser una “Nueva Creación” (2 Con 5, 17)
“Conviértanse a Jesucristo.” Es creer
que Jesús murió y resucitó. “Para perdón de los pecados y para darnos Espíritu
Santo” (Rm 4, 25) A esto Pablo le llama “La justificación por la fe” (Rm 5,1)
Lo que nos pide acercarnos a Jesús crucificado y resucitado con un corazón
contrito y humillado (cf Slm 51, 19) Creer y convertirse pide el Bautismo,
signo de la Nueva Alianza. Es lo que Jesús pidió: "Y
les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El
que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará."(Mc
16, 15- 16) Por el Bautismo somos incorporados y revestidos de Cristo.
Recibimos el perdón de nuestros pecados y somos incorporados a la Iglesia,
Cuerpo de Cristo (cf Gál 3, 26- 27)
Por el Bautismo entramos en la
Pascua de Cristo. Somos hijos de Dios en el Hijo; somos hermanos de Jesucristo y
templos del Espíritu Santo y hermanos de los demás. "Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no
formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos
bebido de un solo Espíritu."(1 de Cor 12, 13) ¿El qué
sentido somos bautizados en Cristo. Tal como lo dice la Biblia: "¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados
en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con él
sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue
resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también
nosotros vivamos una vida nueva. Porque si hemos hecho una misma cosa con él
por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección
semejante (Rm 6, 3- 5) "Sepultados con él en el bautismo, con él también
habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los
muertos."(Col 2, 12) Incorporados a su muerte y revestidos con su
resurrección.
El Bautismo es para vivirse como
consagrados Dios. "Como niños
recién nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella,
crezcáis para la salvación, si es que habéis gustado que el Señor es bueno. Acercándoos
a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios,
también vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio
espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales,
aceptos a Dios por mediación de Jesucristo."(1 de Pe 2- 5) El
edificio espiritual tiene fundamento y tiene una muralla para defenderlo de los
enemigos. El fundamento es la experiencia de vida que se hace en Cristo, Él es
nuestro fundamento (1 de Cor 3, 11) La muralla es la Palabra de Dios hecha experiencia
de vida en las Virtudes que son aspectos o perfiles del Rostro de Cristo. Lo
anterior hizo decir a Pablo: "En efecto, yo por la ley he muerto a la ley,
a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que
es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo
en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí."(Gál
2, 19- 20) La
fe se encarna en cada una de las virtudes.
¿Cómo podemos
apagar la lámpara de la fe? Y por lo tanto vivir como si
no tuviéramos bautizados. "No extingáis el Espíritu; no despreciéis las
profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de todo género de
mal."(1 de Ts 5, 19- 22) Recordemos las palabras de Jesús: El árbol
bueno da fruto bueno y el árbol malo da fruto malo ( Mt 7, 17) El fruto malo
son las “Obras de la carne” (Gál 5, 19- 21)Y el fruto bueno son los frutos de
la fe (Gál 5, 22. 23) La lámpara se apaga cuando se le termina el aceite (la
oración y las buenas Obras) O cuando soplando la apagamos, es decir, violando
los Mandamientos de la ley de Dios. Cuando pecamos y ofendemos al Señor de la
Gloria. La fe, la esperanza y la caridad se van de nuestros corazones y se
queda solo, en tinieblas.
“No extingáis el
Espíritu” Esto significa no apaguéis las velas. “Ceñíos vuestros lomos y encended las lámparas en vuestro corazón (Lc
12, 35) Esto significa: “Aborreced el mal y amen apasionadamente el bien.” “No desprecies
las profecías” Esto hace referencia a los Mandamientos y a la Palabra de Dios. El
que los guarda y los pone en práctica, ama y conoce a Dios, permanece y ha
nacido de Dios (1 Jn 2,3; 4, 7) El amor no es un sentimiento ni una emoción, es
un Mandamiento: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13, 34)
Yo tengo el deber de amar, y el otro, tiene el derecho de ser amado.
El Bautismo se
vive bajo la guía del Espíritu Santo. "En efecto, todos los que son guiados por
el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de
esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos
adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a
nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios."(Rm
8, 14. 16) El Espíritu Santo nunca nos llevará al pecado, Él nos lleva a Cristo
para que creamos en Él y nos salvemos. El Espíritu Santo hace nacer en nosotros
los buenos deseos y nos da la fuerza para que lo pongamos en práctica (cf Flp
2, 13)Razón por la que Pablo nos invita a recordar y a renovar nuestra fe: "Por
esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la
imposición de mis manos. Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de
timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza. No te avergüences, pues,
ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero;
sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado
por la fuerza de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación
santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia
que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús,"(2 Tim 1, 6- 9)
El llamado de
Dios a todo bautizado es: "Porque esta es la
voluntad de Dios: vuestra santificación; que os alejéis de la fornicación, que
cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad y honor, y no dominado
por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Que nadie falte a
su hermano ni se aproveche de él en este punto, pues el Señor se vengará de
todo esto, como os lo dijimos ya y lo atestiguamos, pues no nos llamó Dios a la
impureza, sino a la santidad." (2
Ts 4, 4- 7) Lo anterior nos
recuerda las palabras de Pablo a su hijo en la fe, Timoteo: "Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance
de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan
al Señor con corazón puro." (2
Tim 2, 22) Juntamente recodemos las palabras de Jesús: "Vosotros,
pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial."(Mt
5, 48) "«Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo."(Lc
6, 39)
Somos
perfectos en la medida que vivamos de encuentros con en el Señor. Seremos
santos si amamos a Dios y al prójimo. La Compasión es el centro del Amor y de
la Justicia.
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