LA COMUNIDAD
CRISTIANA ES DON Y RESPUESTA
OBJETIVO: Reconocer que formamos la Iglesia y que en
ella vivimos la comunión que es la vida de Dios.
l. La
falsedad del aislamiento individualista. Para muchos católicos, debido a las ideologías que
rigieron por mucho tiempo nuestro país, la religión y la fe son "asuntos
privados". Según esta manera de entender las cosas, cada uno puede, creer en Dios, si así
lo quiere, cuando quiera y como
quiera. Por eso hay gente para la que 'lo único
importante es “estar bien con Dios”, pero como
ellos se lo figuran, sin escuchar a Dios que le dice cómo se está bien con El.
2.- Otros piensan que basta con
"ser católicos a su manera". Es
decir, viven la religión a su medida, a su gusto, conveniencia y comodidad.
Así, cada uno se va haciendo sus propias prácticas religiosas, sus propias
oraciones, sus propias lecturas, su propia moral, su propia doctrina, y
consiguientemente, su propia iglesia, su propio 'dios'. El Dios que les pide
ciertas prácticas todos los domingos y la confesión de sus pecados les resulta
incómodo; y el Dios que les hace ver que ciertas acciones son inmorales les
trastorna la vida. Su dios no es para dialogar, sino para traer la buena suerte
y para que todo le salga bien.
3.- En
este tiempo de cambio a la democracia, hay quienes llegan a pensar que la religión debe acomodarse a lo que piense la mayoría. La
religión que se opone a lo que
la mayoría juzga bueno debe ser sustituida por una que esté "más al día con las corrientes
actuales de pensamiento". Los
criterios de la televisión, el radio y las revistas nos van haciendo sentir que
no es tan malo aquello que se nos enseñaba que era malo, que hay que pensar
'modernamente' y no 'a la antigua', 'como la Iglesia Católica'. Aceptar a Jesús
sin confesar que es Dios, no creer en la presencia real de Jesús en la
Eucaristía, aceptar la pornografía, el aborto, la eutanasia, la indiferencia
ante las diversas religiones, todo debe evolucionar conforme 'avanza' la
humanidad.
4.- Entre
los católicos que buscan sinceramente la santidad también hay muchos
influenciados por el individualismo. Creen que su entrega a Dios es un asunto
"privado", que en su 'unión con Dios'
nada tienen que ver los demás y algunos hasta piensan
que los demás les son un estorbo para llegar a Dios (alguien dijo:
"siempre que me acerqué a los hombres regresé menos hombre").
5.- Estos
criterios individualistas han hecho surgir, a lo largo de la historia de la
Iglesia, las herejías y las sectas. Así también ahora se proponen doctrinas sin
sentido (como la "Nueva Era") que llaman la atención a los que no
tienen una fe sólida en Jesucristo, y que destruyen la fe que el Señor nos ha
dado en la Revelación y como don personal.
II. La fe y la religión son
"personales". No "privadas "
1.- La
palabra "Personal" implica la libertad y la responsabilidad con que
cada uno debe vivir la fe; no significa que tengamos que encerrarnos en
nuestros cuartos para ser cristianos. La libertad de conciencia, que es uno de
los primeros derechos del hombre, no consiste en hacer lo que a uno le venga en
gana, sino en buscar libre y responsablemente la verdad y seguirla.
2.- Por
otra parte, Dios no es del tamaño de nuestros gustos, ni
éstos son la medida de nuestro ser. La verdad de la religión, la verdad que es Dios y la verdad del
hombre existen por si
mismas, no porque así nos gusten o así las aprobemos;
nosotros podemos aceptarlas o rechazarlas, pero
no acomodarlas a nuestro antojo.
3.- El
Demonio tiene interés en que vivamos aislados. El
aislamiento individualista nos hace vulnerables a todas las ideas falsas, nos
deja sin fuerza para oponernos al poder de los medios de comunicación que
transmiten valores falsos, nos impide conocer toda la verdad y defendernos de
la falsedad. En cambio, crecemos como personas cuando nos unimos a los otros;
nuestro desarrollo humano está ligado a nuestra unión con los demás. La gente
aislada no llega a ser plenamente persona.
4.- La
religión y la fe se experimentan a fondo cuando se vive en compañía de otros;
necesitamos ser acompañados por otras personas para vivir la fe. La religión y
la fe son asuntos "personales", no "privados"; son también
"responsabilidades", no "cuestiones de gustos".
III. La
vida de fe se vive "en Iglesia"
1.- «Jesús
iba a morir ... para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn.
11,52). Dios salva a los hombres
uniéndolos a Él mismo. El hombre se pierde cuando
está separado de Dios; pero se salva uniéndose a
Él; el hombre ha sido hecho para estar siempre unido a Dios.
2.- Jesús
pidió a su Padre que le diera el regalo de la unidad de los que le creen: «Padre
santo, cuida en tu nombre a los
que me has dado, para que sean uno como nosotros. (Jn 17,11). «No ruego sólo por éstos, sino también
por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean
uno. Como tú, Padre, en mí y yo en tí, que ellos sean también uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me has enviado. (Jn 17,20-21 ).
3.- El
cristiano forma parte del cuerpo vivo que es la Iglesia,
el Cuerpo de Cristo; no se es cristiano sólo por
'aceptar' una doctrina como si
fuera una idea. El que cree a Cristo se
adhiere a Él por la fe, por el Bautismo, forma una sola cosa con Él y participa
de su vida. Esta unidad se llama
comunión. Esta comunión es la vida de la Santísima Trinidad y se realiza en nosotros en todos los aspectos de nuestra vida, hasta en los más sencillos, en la
vida familiar, educativa, laboral,
económica y política (Cfr. Puebla 215).
4.- Son
cuatro las características de la comunidad cristiana,
mencionadas en los Hechos de los Apóstoles: «Acudían asiduamente a la enseñanza
de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. (Hch
2,42). La enseñanza de los Apóstoles hace
permanecer en la fe que Dios nos ha revelado; la
comunión es la misma unión con Dios, y la consiguiente
unión con los hermanos; la fracción del pan es la Eucaristía que, siendo un
mismo pan, nos hace un mismo cuerpo; las
oraciones son la expresión confiada de los hijos de Dios que
se dirigen a su Padre para alabarlo, bendecirlo, darle gracias y presentarle
sus peticiones.
5.- La experiencia de
la comunidad cristiana se realiza en grupos que la Iglesia llama
"comunidades eclesiales de base"; en ellas se vive y se comparte la
fe, se da culto a Dios y se ejercita el amor que es la caridad. Pero estas
comunidades no son completas en si mismas, necesitan estar integradas en otras
más amplias; los cristianos pertenecen a varios grupos distintos que viven la
comunión y que juntos forman una comunidad más grande que se llama Parroquia, que es una comunidad de
comunidades. La
Parroquia es comunidad de fe; es orgánica porque une las comunidades eclesiales
de base en la unidad, como los órganos de un cuerpo; en ella se vive la fe, se
celebra el culto y se practica el verdadero amor. Las Parroquias, a su vez,
están también unidas en la comunidad que se
llama Diócesis (o Iglesia Particular). El párroco, que representa al Obispo Diocesano, es el vínculo
jerárquico visible que une a la
comunidad parroquial con toda la Diócesis
o Iglesia Particular. Y, finalmente, cada Iglesia Diocesana, a su vez, está en la única Iglesia Universal, que es la gran
comunidad en la que somos reunidos en uno los hijos de Dios que habríamos
estado dispersos. Es así como la Iglesia está formada como un solo cuerpo en el
que Cristo es la Cabeza y en el que todos participamos de la misma vida de
Dios.
6.- Para crecer
personalmente en la vida de Dios necesitamos ser,
estar, convivir y crecer con los demás; no podemos crecer
solos y apartados: la vida de Cristo no puede ser plena en un hombre solo:
ninguno abarca a Cristo, en cambio Él nos abarca a todos. La plenitud de Cristo
no puede estar en un solo ser humano, sino en todos unidos en Él. La Iglesia
fue hecha por Dios para reunir a todos los hombres. El Espíritu Santo, Espíritu
de la Unidad, es el autor de nuestra unidad en Cristo y nos hace un solo
Cuerpo, una sola Iglesia. La Iglesia es comunión.
¿Cómo vivir la comunidad?
1.- La
comunidad es un don querido y decretado por el Padre, es ganado por el
Hijo hecho hombre por su muerte en la cruz y es dado por el Espíritu Santo. El
hombre no puede hacer la unidad; sólo le toca recibirla
agradecidamente, cuidarla
y conservarla.
2.- La
medida de nuestra unidad es la da nuestra docilidad al Espíritu Santo.
La vida comunitaria empieza a existir entre los
miembros de los grupos: *
cuando son 'asiduos a las enseñanzas de los Apóstoles' (y las de sus sucesores que son los obispos) y de
los que han recibido el
ministerio de enseñar; * cuando empiezan a cuidar la fe de sus hermanos, cuando
les ayudan a responder a lo que Dios les pide y a liberarse de lo que les
estorbe para vivir la fe; * Cuando se unen todos con constancia para alabar a
Dios, darle gracias y pedirle lo que es conforme a su voluntad. * Cuando
comparten con los hermanos sus propios bienes espirituales
y materiales.
3.- La
comunidad cristiana está formada por pecadores en vías de transformación.
Por eso es costosa la convivencia con
los demás; pero es la manera de vivir en esta tierra la vida divina. En la comunidad llegamos a
reconocer pecados que no creíamos tener; recibimos el tesoro de la corrección
fraterna; nos damos cuenta de la urgencia de perdonar y de ser perdonados,
aprendemos a "lavar los pies" de los demás y a dejar que nos los
laven, y ayudamos con la oración a los demás. (cf Jn 13, 13)
4.- La comunidad es diversificada y orgánica.
Es diversificada porque todos somos distintos: Dios no hace hombres idénticos,
ni cristianos sin forma o personalidad propia. A cada uno le da dones
(carismas) diferentes para bien de todos. Y la comunidad es orgánica, como todo
cuerpo vivo, porque todos los miembros están unidos entre sí, con funciones diversas, para la edificación
de la unidad.
RESUMEN
Dios no ha querido
que el hombre esté solo. El mal nos separa y, aislados, nos vence. La vida de
Dios es más grande que los estrechísimos límites de cada hombre aislado. Él no
puede darnos su vida en plenitud si estamos aislados o si somos
'individualistas'. Dios necesita darnos la unidad que no poseemos y que es
suya. Para darnos esta unidad fue necesario que el Hijo de Dios se hiciera
hombre y que Él, Jesús, predicara, padeciera, muriera, resucitara, ascendiera
al cielo, recibiera el Espíritu, nos lo diera y así el Espíritu Santo fuera el
autor de nuestra unidad. La Iglesia es el instrumento que Dios ha querido
utilizar para darnos, dentro de ella, su propia unidad. La Iglesia es "una
muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo" (Vaticano ll. Constitución Lumen Gentium 4).
La unidad que nos mantiene en la verdad tiene cuatro características:
1) Escuchar
las enseñanzas de los Apóstoles y de sus Sucesores;
2) Vivir
la comunión, nuestra unión con Dios y con los demás en la vida de la Trinidad;
3) Celebrar
y comer la Eucaristía;
4) Hacer
oración comunitaria.
Esta vida comunitaria
tiene varios niveles: el de la Familia, la Comunidad Eclesial de Base, la
Parroquia, la Diócesis y la Iglesia Universal; y en todos deben darse las
cuatro características señaladas.
Monseñor Carlos Talavera Ramírez.
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