
5.- REDIMIDOS Y JUSTIFICADOS POR LA FE DE JESUCRISTO.
Iluminación. Pero ahora, independientemente de la ley, se ha manifestado la justicia
de Dios de la que hablaron la ley y los profetas. Se trata de la justicia que
Dios, mediante la fe en Jesucristo, otorga a todos los que creen —pues no hay
diferencia; todos pecaron y están
privados de la gloria de Dios—. Éstos son justificados por Él gratuitamente, en
virtud de la redención realizada en Cristo Jesús (Rm 3, 21- 24)
Por el Bautismo, el hombre es convertido en
“criatura nueva” (2 de Cor. 5, 17), y por lo tanto en hijo de Dios (Gál. 4,
5ss), partícipe de la naturaleza divina (2 Pe. 1,4), miembro de Cristo (1 de
Cor. 6, 15), coheredero con El (Rom. 8, 17) y templo del Espíritu Santo (1 de
Cor. 6, 19). En el Bautismo Dios da al bautizado la “gracia santificante” o
gracia de la justificación. Para que pueda creer, esperar y amar a Dios
mediante el ejercicio de las virtudes teologales.(cf Col 3, 1-4) El hombre al
ser bautizado es justificado por la fe mediante el Sacrificio Redentor de
Cristo, y por lo tanto, al ser justificado es hecho grato a Dios. Qué hermoso
es ser hombre nuevo, hijo de Dios e hijo de la iglesia.
¿Cuáles son las virtudes teologales? Son gracias de Dios recibidas en el Bautismo.
El bautizado recibe estas gracias para que pueda vivir como hijo, movido y
conducido por el Espíritu Santo que guía a los hijos de Dios. (Rom 8, 14) De
esta manera el bautizado recibe además la capacidad para realizar toda obra
buena mediante la práctica de las virtudes morales. San Pablo describe esta
hermosísima realidad diciendo: “Dios nos sacó del reino de las tinieblas y nos
trasladó al Reino del Hijo de su Amor” (Col.
2, 13). Lo que nos enseña que Dios, no solamente perdona, sino que
también nos da el “don” de su Espíritu, (cf Gál 4, 4-6) nos da su Paz, su Gozo,
su Santidad, frutos de la fe, de la esperanza y de la caridad.(Gál 5, 22) Las
virtudes teologales son el Camino para llegar al Cielo.
¿Cuáles son los deberes de todo bautizado? (Catic. 1269) El sagrado deber de ser
instruido con el “depósito de la fe”Son las verdades que la Iglesia ha recibido
de su Fundador. Juntamente con el deber
de someterse a los demás (Ef. 5, 21; 1 Cor. 16, 15-16) Cómo un servidor de sus hermanos en la comunión de la Iglesia.(cf.
Jn 13, 12-15) Está llamado a ser
dócil y obediente a los Pastores de la Iglesia (Hb. 13, 17) Debe considerar a sus Pastores con respeto y afecto (1 de Tes. 5,
12- 13)
¿Cuáles son los
derechos de todo bautizado? (Catic.
1269) Ser
enseñado por la enseñanzas que los Apóstoles recibieron de Jesucristo, el
Maestro y Señor. Recibir los
Sacramentos. Ser alimentado con la
Palabra de Dios. Ser sostenido por los
otros auxilios espirituales de la Iglesia (LG 37; CIC c. 208-223)
3. ¿Cuál es el compromiso
cristiano? (Catic 1270) Confesar y dar testimonio de la fe. Los Bautizados por su nuevo
nacimiento como hijos de Dios están obligados a confesar delante de los hombres
la fe que recibieron de Dios por medio dela Iglesia (LG 11) y de participar en
la actividad apostólica y misionera del
pueblo de Dios ( LG 17; AG 7, 23 Constructores de la unidad y de la paz. El
catecismo nos dice que el Bautismo es el vínculo sacramental de la unidad entre
todos los cristianos, e incluso con los que todavía no están en plena comunión
con la Iglesia Católica. (Catic. 1271) Amar
y defender el Sacramento. El Bautismo imprime en el bautizado carácter; un sello espiritual que
manifiesta su pertenencia a Cristo como miembro de su Cuerpo. Sello que no
puede ser borrado, ni siquiera por el pecado y por lo mismo el Bautismo no
puede ser repetido. (Catic. 1272) Vivir
el bautismo. El sello bautismal capacita y compromete a los cristianos a servir
a Dios mediante una participación viva el la Liturgia y en la misión de la
Iglesia: Todo bautizado participa de la triple misión de Cristo: sacerdote,
profeta y rey. (cf. Catic. 1273) La
fidelidad al Espíritu. El sello del Señor, es el sello del Espíritu con el que
el Señor nos ha marcado para el día de la redención (Ef. 4, 30), es el sello de
la vida eterna, quien sea fiel a las exigencias de su bautismo podrá morir con el signo de la fe. (Catic. 1274)
¿Cuál es la fuente de todas las desgracias? Guerras, divorcios, fraudes, abortos, niños y
ancianos abandonados, desviaciones sexuales, hambre y miserias, crímenes
narcotráfico, racismos, indiferencias frente a las necesidades de otros,
divisiones dentro y fuera de la Iglesia, y más. La respuesta es clara y
precisa: “porque los bautizados no viven su bautismo”: No viven como hijos de
Dios, hermanos de los hombres y servidores de ellos. Hombres y mujeres que no
viven el compromiso del Bautismo. La vida de los creyentes está dominada por el
espíritu mundano; espíritu pagano, vida de pecado. Veces se reza, se participa
en el “Culto” pero solo de cuerpo, no de corazón. San Pablo tenía razón cuando
nos dijo: “El misterio de la impiedad anda suelto”. (2 Ts 7-8)
¿Qué son los
Sacramentos? Los sacramentos son signos sensibles y
eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, a
través de los cuales se nos otorga la vida divina. Son siete: Bautismo,
Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal
y Matrimonio. Los Sacramentos
son “Signos” de la Nueva Alianza sellada con la sangre de Cristo (cf Ef 5, 25)
Son la “Herencia”, el “Legado” de Cristo a su Iglesia; La Iglesia es el
Sacramento querido e instituido por Cristo para bendecir a los hombres, y hacer
de cada uno de los hijos una “Bendición para la Humanidad”. Nada se pierde para
el que está en Cristo, todo es bendición; todo es don que hace bien a los que
aman a Dios. Es también importante que
digamos que todas las bendiciones de Dios son nuestras si nosotros somos de
Cristo, por la fe, por que habita en nosotros y porque lo amamos (1 Cor. 3,
21).
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