EL DECÁLOGO DEL ESPÍRITU SANTO
1. El
Espíritu Santo llena a los profetas para que hablen al pueblo en nombre de
Dios."E ángel dijo: - No temas, Zacarías, tu petición
ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo al que pondrás por nombre
Juan. Te llenarás de gozo y alegría, y muchos se alegraran de su nacimiento,
porque será grande ante el Señor. No beberá vino ni licor, quedará lleno del
Espíritu Santo desde el seno de su madre" (Lc 1, 13-15) "Zacarías, su padre, se llenó del
Espíritu Santo y profetizó" (Lc 1, 41. 67).
2. El
Espíritu Santo es sombra protectora, potencia de Dios y fuerza de vida. "El ángel le contestó a María: - El Espíritu Santo vendrá sobre ti y
el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer será
santo y se llamará Hijo de Dios" (Lc 1, 35).
3. El
Espíritu Santo nos hace reconocer la presencia y las acciones de Dios. "Cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno.
Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo exclamó a grandes voces: Bendita tú
entre las mujeres!" (Lc 1,41).
4. El
Espíritu Santo es fuente de esperanza en medio de las dificultades de la vida. "Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso,
que esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había
revelado que no moriría antes de ver al Mesías enviado por el Señor" (Lc
2, 25-26).
5. El
Espíritu Santo es el fuego purificador de Dios."Entonces Juan les dijo: -Yo los bautizo con agua; pero viene el que
es más fuerte que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de sus
sandalias. El los bautizará con Espíritu Santo y fuego" (Lc 3, 16).
6. El
Espíritu Santo llena y conduce al Mesías para que realice su obra liberadora en
favor de los pobres."Un día cuando
se bautizaba mucha gente, también Jesús se bautizó. Y mientras Jesús oraba se
abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma visible, como una
paloma, y se oyó una voz que venía del cielo: -Tú eres mi Hijo amado, en ti me
complazco" (Lc3, 21). "Jesús, lleno de la fuerza del Espíritu,
regresó a Galilea, y su fama se extendió por toda la región" (Lc 4,14).
7. El
Espíritu Santo nos hace superar las pruebas y vencer el mal."Jesús regresó del Jordán lleno del Espíritu Santo. El Espíritu lo
condujo al desierto, donde el diablo lo puso a prueba durante cuarenta
días" (Lc 4,2).
8. El
Espíritu Santo nos dona la capacidad de alabar gozosamente a Dios por sus obras
maravillosas y sorprendentes."En aquel
momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo: -Yo te alabo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los
sabios y prudentes y se las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así
te ha parecido bien" ( Lc 10,21).
9. El
Espíritu Santo es el gran Don que el Padre da los que se lo piden. "Pues si ustedes, aún siendo malos, saben dar a sus hijos cosas
buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?" (Lc 11, 13).
10. El
Espíritu Santo nos auxilia y nos da palabras de sabiduría en las pruebas y en
el momento de la persecución."Quien hable
mal del Hijo del hombre, podrá ser perdonado, pero el que blasfeme contra el
Espíritu Santo, no será perdonado. Y cuando los lleven a las sinagogas, ante
los jueces y autoridades, no se preocupen cómo defenderse, ni de lo que van a
decir; el Espíritu Santo les enseñará en ese mismo momento lo que deben
decir" (Lc 12, 11-12)
INVOQUEMOS AL ESPÍRITU SANTO
I
“¡Ven Espíritu Santo!
Espíritu Santo tú que eres luz, líbranos de la
oscuridad del pecado.” Ilumina nuestro camino de cada día. Ayúdanos a discernir
la voluntad del Padre y a cumplirla a través de nuestra vida.
¡Ven Espíritu Santo!
El Padre no rechaza jamás a aquellos que piden en su
nombre. Espíritu Santo tú que eres la alegría, arroja de nuestros corazones la
tristeza. Invádenos en tu felicidad, de la felicidad verdadera que da el
sabernos hijos de Dios, hijos bien amados, no importa cuáles y cuántas sean
nuestras miserias. ¡Qué toda nuestra vida cante las maravillas de Dios!
¡Ven Espíritu Santo!
Tú aseguras que somos los hijos de Dios que dentro de
sí claman: “¡Abba Padre! Espíritu Santo, tú eres Bondad, Amor, Benevolencia,
ven abrir nuestros ojos y nuestro corazón. Enséñanos a conocer las necesidades
de nuestros hermanos, a oír sus llamados, a responder a ellos generosamente.
¡Qué nos amemos generosamente como nos amó Jesús!
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