Jesucristo es Maestro de toda Virtud.
Objetivo: Mostrar con claridad el estilo de vida que deben abrazar los que buscan vivir como hijos de Dios para que puedan llevar una vida digna del Señor como discípulos de Jesucristo
1. ¿Cómo vivir de manera
plena como hijos de Dios?
En la primera
carta de Juan encontramos un camino de espiritualidad que lleva a los
cristianos a ser personas plenas y libres, de acuerdo a la verdad evangélica:
“La verdad os hará libres” (Jn 8, 32).
a)
Romper con el pecado… (1 Jn 1, 8). El pecado enferma, esclaviza y
da muerte (Rom 5,11: 6, 20.23)
b)
Guarden los Mandamientos… (1 Jn 2, 3- 4)
c)
Guárdense del mundo… el mundo te ofrece sus criterios: poder, tener y palcer(1Jn 2, 15- 17)
d)
Guárdense de los anticristos… (1 Jn 2, 18- 20) Los falsos profetas
que hacen de la religión su negocio.
La exhortación
de Pablo es de vital importancia en el caminar de la fe: “vivir según Cristo
Jesús, el Señor, tal como lo habéis recibido. Permaneced arraigados y edificados
en él, apoyados en la fe, tal como se os enseñó, y rebosando agradecimiento”
(Col 2, 6- 7).
Miremos a
Jesús, el Autor y el Consumador de nuestra fe (Heb 12, 2). Él es Camino, Verdad
y Vida (Jn 14,6); es Maestro, Redentor y Pastor. Él nos ha dicho: “Aprendan de
mi que soy manso y humilde corazón” (Mt
11, 29). Jesús, Maestro y Pastor nos invita a vivir como él vivió; aceptarlo
como nuestro Modelo para que podamos ser verdaderos discípulos del Maestro de
maestros.
a) Amor a los amigos.
Jesús amaba a
Marta, a su hermana y a Lázaro (Jn. 11, 5). “Amó a los suyos hasta el extremo”
(Jn 13, 1). Jesús a los suyos no les llama siervos, les llama amigos (Jn 15,
15).
El camino de
la amistad con Cristo, está bien definido: “hagan lo que Él os diga” (Jn 2, 5),
fueron las palabras de la Virgen a los servidores en las bodas de Caná.
Palabras dichas en clave de amistad: “Ustedes son mis amigos, si hacen lo que
yo os digo” (Jn 15, 14). Recordamos el Mandamiento del Señor: “Ámense unos a
los otros como yo os he amado” (Jn 13, 34). Por un lado poseemos una amistad
viva con el Señor y por el otro poseemos el amor fraterno, lo que significa que
el Evangelio se ha hecho vida en nosotros, por la obediencia a la Palabra.
b) Humildad ante sus discípulos.
...tampoco el
Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como
rescate por muchos (Mc. 10, 45). Sólo los humildes sirven, aman y obedecen.
Jesús Maestro y Señor lavó los pies a
sus discípulos y les pide que hagan lo mismo (Jn 13, 14). Lavar pies es servir
para que otros se hagan mejores personas y crezcan en la fe.
c) Perdón a los que le
crucifican.
Llegados al
lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a dos malhechores, uno a la
derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben
lo que hacen» (Lc. 23, 33-34).Para Jesús de Nazaret, perdonar es amar, por eso
nos pudo decir: “Perdonen para ser perdonados” (Mt 7, 7); “Amen a sus enemigos
y oren por los que los persiguen” (Lc 6, 27)
d) Compasión hacia la muchedumbre.
Y al ver a la
muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como
ovejas que no tienen pastor (Mt. 9, 36).
Y, al
desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas
que no tienen pastor, y se puso a instruirles extensamente (Mc. 6, 34). Para
Jesús la compasión es amar con pasión a los humildes de la tierra. Razón por la
que nos invita a ser compasivos como su Padre celestial (cfr Lc 6, 36)
San Pablo,
discípulo de Jesús nos dejo dicho: “Rechacen el mal y amen apasionadamente el
bien” (Rm 12, 9), amen a Jesús, a su pueblo, amen a todos…
e) Delicadeza para
con los niños.
Jesús les
dijo: «Dejad a los niños y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que
son como éstos es el Reino de los Cielos (Mt. 19, 14). Los niños fueron los
primeros en ver en Jesús la imagen de Dios.
f) Ejemplo de servicio a los discípulos.
Os he dado
ejemplo, para que también vosotros hagáis como ya he hecho con vosotros (Jn 13,
15). “No he venido a ser servido, sino a servir y a dar mi vida por muchos” (Mt
20, 28). El servicio cuando es expresión del amor humaniza y personaliza, es un
verdadero camino de realización. El servicio es fuente de gozo espiritual; es
fortaleza contra el mal.
2. El auténtico amor cristiano es un reflejo del mismo amor trinitario.
Como tú,
Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros,... (Jn. 17,
21).
“El amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que Dios nos
dado” (Rm 5, 5).
“No habéis
recibido espíritu de miedo o de esclavos, sino el Espíritu que clama en
nosotros: “Abba, Padre” (Rm 8, 15); Espíritu de amor, fortaleza y dominio
propio” (2 Tim 1, 7).
“Como el Padre
me amó, yo también, os he amado” ( Jn 15, 9) “… y que los has amado a ellos
como me has amado a mí” (Jn 17, 23) “…Para que el amor que me has tenido, esté
en ellos, y yo en ellos” (Jn 17, 26)
En Jesucristo
Dios ha tomado rostro humano, y se ha convertido en nuestro hermano y en
nuestro amigo (para amarnos con corazón de hombre) (Benedicto XVI ). “Fuera de
Cristo no sabemos quién es Dios, qué son la vida y la muerte y quiénes somos
nosotros” (Blas Pascal). Sólo en Cristo podemos amar a Dios, a los hombres, al
mundo y a nosotros mismos.
3. ¿Cuál es la señal de los discípulos?
La fidelidad a
los Mandamientos de Dios es signo y expresión de amor a Él y al prójimo: “Quien
ama ha pasado de la muerte a la vida” (1 Jn 3, 14)
Yo os aseguro:
...El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que ama:... (Jn.
14, 21). La señal de los cristianos es el amor, pero el “amor” que pide
esfuerzos, renuncias, sacrificios, donación, entrega y servicios. Este es el
amor verdadero, el amor Cristiano que ha sido derramado en nuestros corazones
(Rom 5, 5).
Jesús le
respondió: «Si alguno me ama, guardará mis Palabras,... (Jn. 14, 23). Las
palabras de Jesús son las Bienaventuranzas que nos configuran con él y nos
ayudan a reproducir su imagen, según el proyecto de Dios (rom 8, 29).
Jesús le dijo:
«...Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado
los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor (Jn. 15, 10).
4. ¿Cuál es el sentido de la Voluntad de Dios puesta en práctica?
El
cumplimiento de la voluntad de Dios tiene un valor excelente ante Él. Y...Jesús
dice:
«Quien cumpla
la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mc. 3, 35). Ser
familia de Dios es el anhelo de los corazones que aman a Cristo y a su Iglesia.
...él les
respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y
la cumplen» (Lc. 8, 21). «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y
la guardan» (Lc. 11, 28).
Les dice
Jesús: «mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo
su obra (Jn. 4, 34). La obra del Padre es mostrar al mundo un rostro de amor,
misericordia, compasión, libertad y solidaridad, para que de la misma manera que
en el rostro de Cristo brilla la luz del Padre, en el rostro de los discípulos
irradie la luz de Cristo (2 Cor 4, 7).
“Hijos míos
que nadie os engañe. El que hace la voluntad de Dios es justo, como él es
justo” (1 Jn 3, 7) Así podemos decir: “todo el que practica la justicia ha
nacido de Dios, conoce a Dios y permanece en él”.
5. ¿Qué exige Jesús a los discípulos?
Jesucristo
exige a sus discípulos y a todos los que nos llamamos cristianos la
disponibilidad para hacer la voluntad del Padre y la disponibilidad salir de sí
mismo e ir en búsqueda del hermano necesitado a imagen del Buen Pastor (Lc 15,
4).
El Maestro
pide a los suyos “negarse a sí mismo, tomar la cruz cada día y seguirlo” (Lc
9,23) Jesús no pide poco, tampoco pide mucho, Él lo pide todo, porque lo ha
dado todo.
ü “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13, 34)
“Lávense los pies unos a los otros como yo se los he lavado” (Jn 13, 13)
ü El Señor pide a los suyos la mortificación de sus pasiones y
concupiscencias desordenadas para terminar en nuestras vidas el reinado del
pecado (Gal 5, 24).
ü Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos
para Dios en Cristo Jesús (Rm. 6, 11).
ü No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal de modo que
obedezcáis a sus apetencias (Rm. 6, 12).
ü Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir
según la carne, pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el
Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis (Rom. 8, 12-13).
ü Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus
pasiones y sus apetencias (Gál. 5, 24).
ü Por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos: fornicación,
impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría, todo lo
cual atrae la cólera de Dios,... (Col. 3, 5-6).
ü Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre
nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la
imagen de su Creador,... (Col. 3, 9-10).
ü Revestíos del hombre nuevo. Como elegidos por Dios, pueblo suyo y
amados por él, revístanse de sentimientos de compasión, de bondad, de humildad,
de mansedumbre y paciencia… (Col 3, 12ss)
6. ¿Qué hacer para ser plenamente de Cristo?
A la luz del
bautismo decimos que para vivir la “vida nueva” y ser plenamente de Cristo, hay que tener
mortificada la carne con sus vicios y concupiscencias, y, al mismo tiempo
dejarse conducir por el Espíritu Santo para vivir según Dios, en Cristo y en el
Espíritu de Libertad (Gál 5, 24s; 2 Cor 3, 17).
ü Fuimos, pues, con él sepultados en la muerte, a fin de que, al
igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del
Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva (Rm. 6, 4).
ü Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos
para Dios en Cristo Jesús (Rm. 6, 11).
ü Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en
Dios (Col. 3, 3).
7. ¿Qué más nos dice el
Apóstol?
El Apóstol
Pablo en la carta a los romanos nos hace
algunas recomendaciones:
a) Llevar una
vida consagrada a Dios… (Rm 12, 1)
b) Dejándose
transformar por la acción del Espíritu (Rm 12, 2).
c)
Aborreciendo el mal y amando apasionadamente el bien (Rm 12, 9).
d) Cultivando
el bien… para vencer al mal con el bien (Rm 12, 21).
e) Llevar una
vida digna del Señor, dando frutos y creciendo en el conocimiento de Dios (Col
1, 10).
8. ¿Cuál es el alma de la
vida en Cristo?
La comunidad
primitiva estaba cimentada en cuatro pilares que nos hacen afirmar que la vida
cristiana está centrada en la Eucaristía, conocida por el libro de los Hechos
de los Apóstoles como “La fracción del pan” (Hech 2, 42). La comunidad se
reunía para su celebración el primer día de la semana (Hech 20, 7), llamado ya
desde entonces el “Día del Señor” (Apoc. 1, 10).
a) La
enseñanza de los Apóstoles. ¿Qué enseñaban los apóstoles? Todo lo que Jesús el
Señor, les había enseñado a ellos (Mt 28, 20).
b) La comunión
fraterna. ¿Qué se entiende por comunión fraterna? Todo era puesto en común, de
manera que nadie pasara necesidades. Eran comunidades fraternas y solidarias
que vivían sin componendas el Mandamiento Regio: “Ámense unos a los otros como
yo os he amado” (Jn 13, 34).
c) la fracción
del pan. Es el primer nombre con el cual se designa la Eucaristía como memorial
del Señor: “Haced esto en memoria mía” (1 Cor 11, 24).
d) las
oraciones por las casas. La primera comunidad era una comunidad orante, por eso
estaba llena de energía. Oración personal y comunitaria; oración de alabanza,
acción de gracias, de petición, de ofrecimiento, etc.
“Todos los
creyentes vivían unidos y tenía todo en común; vendían sus posesiones y sus
bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno.
Acudían al templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu partían
el pan con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la
simpatía de todo el pueblo” (Hech 2, 44ss).
1.
A modo de conclusión
Si nosotros
queremos hoy, estar llenos de vitalidad para llevar una vida plena, fecunda y
llena de frutos, necesitamos, al igual que la primitiva comunidad beber de las
fuentes: la enseñanza, la caridad, la fracción y las oraciones (Hech 2, 42).
En este ser y
vivir plenamente como Hijos de Dios, consiste la realización completa de la
persona y de su libertad. El crecimiento y la madurez como personas significa
Plenitud en Cristo (Col 2, 9). Significa vida plena, fértil, saludable. Vida
cimentada en la Verdad, la Justicia, la Libertad y el Amor; vida compartida,
donada y entregada; vida fraterna y
solidaria, en la cual el aislamiento y el individualismo han sido expulsados
para dar lugar al Nosotros, a la Comunidad Fraterna en la que crece el Reino de
Dios.
Gracias Señor
por habernos elegido y llamado a estar en tu presencia para conocerte, amarte,
servirte y alabarte. Gracias Señor por la experiencia que nos has regalado en
este día de encuentro contigo y con los hermanos. Gracias por esta fraternidad
a la que pertenecemos y a la cual podemos y queremos entregarnos con todo
nuestro corazón, nuestra mente y nuestras fuerzas.
Oración:
Señor Jesús, dadnos un corazón semejante al tuyo para que seamos discípulos
misioneros según tú corazón. Te lo pedimos por la intercesión de María tú Madre
que estuvo junto a tú cruz…
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