LA VIDA RESUCITADA PIDE ESFUERZOS, RENUNCIAS Y SACRIFICIOS

 


LA VIDA RESUCITADA PIDE ESFUERZOS, RENUNCIAS Y SACRIFICIOS

 

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David, según mi Evangelio; por él estoy sufriendo hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la Palabra de Dios no está encadenada. Por esto todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que está en Cristo Jesús con la gloria eterna. Es cierta esta afirmación: Si hemos muerto con él, también viviremos con él” (2 de Tim 2, 8-11)

 

Cristo Jesús que murió en la cruz y resucitó es nuestro Salvador y es nuestra Salvación. Para resucitar hay que morir, es el camino del grano de trigo: "En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna."(Jn 12, 24- 25) El mismo Jesús dio fruto porque murió como dice el profeta Isaías: “Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié.”(Is 55, 9- 10)

 

Jesús dio fruto porque se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Flp 2, 8) Se despojó de sí mismo, se anonadó, se humillo a sí mismo y se hizo semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. "Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre."(Flp 2, 9- 11) Todo lo que Jesús dijo e hizo tiene su referencia en la Resurrección. Así Pablo todo lo soporta por amor a Cristo, para que su salvación alcance a mucho y con la salvación tengan la Vida eterna.

 

Jesús antes de su muerte era un Maestro exterior, iba solo, caminaba delante de sus discípulos y de las multitudes, ahora, después de su resurrección es un Maestro interior, enseña y guía desde dentro. Ahora puede estar en muchos y puede hablar por medio de ellos” “El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.” (Ef 4, 11- 13) Pedro en su primera carta nos habla del sacerdocio de Cristo: "Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz"(1 de Pe 2, 9) Es Cristo el que actúa en todos sus ministros. Todos formamos un “Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Ef 4, 4-5)

 

Y todo porque Cristo Jesús ha resucitado. Todo hace referencia a la Resurrección de Jesucristo. Su resurrección es la Obra poderosísima que Dios realizó en el cadáver de Jesús para hacer un ser vivo, viviente y vivificador. Jesucristo es la Nueva Creación, es la Plenitud de todo, y todo el que crea en Él y se bautice, se incorpora a su Cuerpo, a su muerte, a su sepultura y a su resurrección (Rm 6, 3- 4) Se hace Nueva Creación, parte viva de la Nueva Alianza y de la Pascua de Cristo por eso le pertenece, lo ama y lo sirve.

 

Morir con Jesús es romper con el pecado, (1 de Jn 1, 8- 10) es despojarse del traje de tinieblas, (Rm 13, 12) es huir de las pasiones de la juventud ( 2 de Tim 2, 22) Resucitar con Jesús es vencer el mal con la práctica del bien, (Rm 12, 21) es caminar en la verdad que nos hace libres, (Jn 8, 32) Es revestirse de Jesucristo en justicia y en santidad (Ef 4, 24) Es revestirse de bondad, verdad y justicia (Ef 5, 9) Es despojarse del hombre viejo para revestirse de entrañas de misericordia, humildad, mansedumbre y perdón, paz y gozo. (Col 3, 12) Todo como don del Resucitado a los creyentes, a los que les llama hijos de Dios, hermanos suyos y servidores de Dios y de los hombres. (Gál 3, 26; Mt 23, 8; Jn 13, 13)

 

El camino de la cruz nos lleva a la resurrección, los dos elementos de la Pascua: muerte y resurrección, para pertenecer a Cristo y vivir en comunión con Él, siguiendo las palabra de Pablo: Es cierta esta afirmación: Si hemos muerto con él, también viviremos con él; si nos mantenemos firmes, también reinaremos con él; si le negamos, también él nos negará; si somos infieles, él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.(2 de Tim 2, 11- 13) Recordemos siempre las palabras de Jesús resucitado a los testigos de Emaus: “¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?” (Lc 24, 26) Sin cruz no hay resurrección, todo sería un fatalismo drástico. Resurrección sin cruz todo sería un iluminismo, emocionalismo, no habría vida eterna. Si quieres resucitar con Cristo, no te bajes de la cruz (cf Gá 5, 24) “Permanezcan en mi Amor” (Jn 15, 9) “Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.” (Mt 24, 13)

 

La vida nueva, es vida resucitada, es un don de Dios a los que creen en su Hijo, pero, es también una lucha. Recordemos que Jesucristo resucitado es el vencedor de la muerte, del pecado y de sus aliados: el mundo, el maligno y la carne. Usemos sus armas: La Palabra de Dios, la Oración bien hecha, los Sacramentos, las Obras de Misericordia, las Bienaventuranzas para revestirnos con la armadura de Dios y vivamos en la Gracia del Señor “Huyendo de la corrupción del pecado para que participemos de la naturaleza divina” (2 de Pe 1, 4b)

Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo. Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al olvido la purificación de sus pecados pasados. (2 de Pe 1, 5- 9) Así es como se vive una vida resucitada, amando y siguiendo a Jesús, el Cristo de Dios.

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