EL PLAN DE DIOS ES PARA TODO EL HOMBRE Y PARA TODOS LOS HOMBRES.

 


EL PLAN DE DIOS ES PARA TODO EL HOMBRE Y PARA TODOS LOS HOMBRES.

Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres se salven y lleguen al pleno conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y único es el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también él, el cual se entregó a sí mismo como precio de rescate por todos. Éste es el testimonio que nos ha dado Dios a su tiempo. 1Tm 2, 4-6

¿Cómo pueden llegar los hombres al conocimiento de la verdad? Por medio de la escucha de la Palabra de Dios, poniéndola por obra. Y la salvación puede llegar a los hombres por medio de los Sacramentos, signos e instrumentos de Cristo. Palabra y Sacramentos, responden a la voluntad de Cristo: “Vayan por todo el mundo y prediquen todo lo que yo les he enseñado. El que crea y se bautice se salvará, y el que no crea y no se bautice no se salvará (cf Mc 16, 15- 16) Cristo es el único Mediador entre Dios y los hombres, porque es el único que fue a la Cruz, sólo y puro para ofrecerse como hostia viva como precio de rescate por todos.

El profeta Isaías nos había hablado del sacrificio santo y vivo de Cristo Jesús: “El Señor me abrió el oído; yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.” (Is 50, 5-7)

"Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo."(Lc 9, 51- 56) ¿ A qué va a Jerusalén? "Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día." Mt 16, 21)

Como dijo el profeta Isaías no se echo para atrás, sabiendo lo que le espera en Jerusalén, va hacia adelante. Por eso el apóstol Pablo nos dice: “Cristo no buscó su propia complacencia, según está escrito: «Sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron.”  (Rm 15, 3) Padeció y murió por nosotros, tal como lo dice el himno  cristológico de Filipenses: "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz."(Flp 2, 6-8)

En su primera venida vino pobre, humilde, padeció, sufrió y murió por todos, su sacrificio redentor fue perfecto. Nos habló de una segunda venida: "«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda."(Mt 25, 31- 33) “Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de las multitudes, aparecerá por segunda vez, sin relación ya con el pecado, para dar la salvación a los que lo esperan.” (Hb 9, 28)

¿Cómo esperar a Jesús? Con las lámparas encendidas y la túnica puesta. "«Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá." (Lc 12, 35- 37)

Estén preparados, vayan al encuentro del Señor, con sus manos llenas de frutos de vida eterna (Gál 5, 22) Revestidos de Cristo (Rm 13, 14) de Justicia y santidad (Ef 4, 24) “Sed bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en Cristo. Sed en una palabra, imitadores de Dios, como hijos amados que sois. Y vivid en el amor a ejemplo de Cristo, que os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación de suave fragancia.” (Ef 4, 32—5, 2)

Sabiendo que somos débiles y frágiles y que podemos pecar, Jesús nos dejó el Ministerio de la reconciliación: "Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»"(Jn 20, 22- 23)

“Vigilad y orad para no caer en tentación” (Mt 26, 41)”No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.” (Ef 4, 26-27)

OREMOS,
Dios misericordioso, ilumina los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia de la Cuaresma y, ya que nos infundes el deseo de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Publicar un comentario

Whatsapp Button works on Mobile Device only

Start typing and press Enter to search