EL CAMINO ELEGIDO POR JESÚS HA SIDO LA POBREZA.

 


EL CAMINO ELEGIDO POR JESÚS HA SIDO LA POBREZA.


Iluminación: Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. (
Jn 10, 27)

 

El relato del Evangelio.

 En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados. Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos (Mc 6, 1-6)

 

“¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? Nosotros lo conocemos, es el carpintero, es un obrero, es un jornalero. Lo conocimos desde niño, no tuvo escuela, no fue a la universidad de Jerusalén, a la escuela de Gamaliel. Nadie sabía lo que pasó en el bautismo de Jesús que Dios lo ungió con el Espíritu Santo. Por eso Jesús decía: “Mi palabra no es mía sino de mi Padre” (Jn 14, 24) No sabía que la “Palabra se hizo hombre en el seno de María y había puesto su Morada entre nosotros” (Jn 1, 14) No sabían que Cristo era el Ungido con el Espíritu Santo. Vivían en la ignorancia religiosa. Al final de sus días también oró por ellos, al decir: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34)

 

¿Por qué tanto rechazo? Es que Jesús los había confrontado con la gente mundana y pagana de Cafarnaúm. Les hecho en cara su falta de fe y los confrontó con el leproso Naamán en la época de Eliseo y con la viuda de Sarepta en la época de Elías: "El les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.» Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.» «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.» Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle."(Lc 4, 23- 29)

Jesús es el único que ha elegido v a su madre y la preparó para ser la madre del Cristo y de Dios. Es el único que ha elegido donde nacer y donde vivir. Jesús eligió su estilo de vida: “Ser pobre”. Así lo entendió Pablo al decirnos: "Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza."(2 de Cor 8, 9) Jesús nació pobre, vivió pobre  muró pobre y fue sepultado en un sepulcro prestado, auque sólo fue por un corto tiempo.

 

Jesús fue rechazado por sus paisanos porque era un hombre pobre, y su familia era también pobre. Si se hubiera presentado con camionetas blindadas y con costales de dinero, de seguro que habían creído en él. Lo mismo que hicieron los paisanos de Jesús, lo hace mucha gente hoy día, quieren un Mesías triunfalista poderoso  y rico. Que no tengamos problemas, dificultades, enfermedades y que seamos ricos. A éstos Jesús nos dice: ¿También ustedes quieren irse? Jesús es libre, ni obliga ni manipula. (Jn 6, 67) Jesús el pobre nos dijo que las zorras tienen su madrigueras y las aves tienen sus nidos pero el Hijo del hombre ni tiene donde reclinar su cabeza (cf Lc 9, 58) Jesús era por encima de todo “El Pobre de espíritu.” Por eso su riqueza era ser el Hijo de Dios, el hermano universal y el servidor de todos.

 

El pobre de espíritu es un hombre libre. Libre de apegos, de ataduras de vicios y es libre para compartir, para amar y para servir. Entre más libres seamos más pobres de espíritu seremos. (Con la libertad  que Cristo nos ha ganado, la libertad de los hijos de Dios) La pobreza de espíritu es la madre de la humildad de la mansedumbre y de la misericordia. Por eso puede obedecer con prontitud la Palara del Señor. “Extiende tu mano” (Mc 3, 1- 5) Extender la mano es compartir tus dones materiales, intelectuales y espirituales que Dios nos ha dado para nuestra realización y para la realización de los demás. “Compartir es amar, es darse, es donarse y entregarse para todos. El pobre de espíritu se sabe como un “Regalo de Dios para todos” Especialmente para los menos favorecidos o los más pobres. El pobre es también un regalo de Dios para que los reciben, los acogen para ayudarlos.

 

Por eso Jesús lo ponen como la primera Bienaventuranza: “ Dichosos los pobres de Espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos” (El pobre de espíritu puede ser también, y de echo lo es, sufrido, llorar por los pecados propios y los ajenos, puede estar ya limpio de corazón, ser compasivo y misericordioso, manso y humilde de corazón, Es pacifico no es violento  agresivo por eso puede trabajar por la paz, práctica la justicia a Dios y a los hombre y sabe que con el bien puede vencer al mal. “Todo lo que le suceda es para bien de  los que aman a Dios (Rm 8, 28) Es otros Cristo, la pobreza de Cristo nos hace ricos y llegamos a ser felices, desde esta vida.

 

El pobre de espíritu puede tener bienes materiales, intelectuales y espirituales, pero, no pone su confianza en sus bienes, pone su confianza en Dios, su Padre, su Salvador, por eso puede compartir. Es tan pobre que no tiene en que reclinar su cabeza (Lc 9, 58) Como el descansar, dormir a sus horas para donarse y entregarse en servicio a los demás. Puede renunciar a lujos, a salir de vacaciones pagadas. Ya que los lujos superfluos son un fraude a los pobres. Dios no te obliga a ser pobre, esto tu lo decides.  

 

Al grupo de los pobres de espíritu Jesús les consuela y los fortalece con una Promesa cumplida: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. «Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Lc 12, 32- 34)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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