DIOS
CAMBIA LOS PLANES DE JOSÉ Y DE MARÍA.
Iluminación: “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz
un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir
Dios-con-nosotros". (Is 7, 14)
El
diálogo más liberador entre Dios y María.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de
David, llamado José. La virgen se llamaba María. (Lc 1, 26- 27)
El Ángel visita a una joven
llamada María que vivía en Nazaret. Aldea de Galilea. Desposado con un joven
carpintero, llamado José. Los dos eran pobres, pero muy religiosos. Se amaban y
como hijos de la cultura hebrea pensaban tener muchos hijos, pero Dios les cambio
sus planes y sus proyectos. Primero a María y después a José. Así lo había
dicho el profeta: Porque no
son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos
- oráculo de Yahveh -. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así
aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros. (Is 55,
8- 9)
El Designio
de Dios para María: ser la Madre de Emmanuel.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó
mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. (Lc 1, 28s)
“Alégrate” Hija de Sión, porque tu rey viene a ti, manso y humilde de
corazón (Zac. 9, 9) Es un saludo Mesiánico que va acompañado con la verdad
sobre María: “Llena de gracia, el Señor está contigo”. Elegida desde la
eternidad para una Misión; ser la Madre del Mesías, el Hijo de Dios (Mt 16, 16)
María es la virgen oyente, escucha la Palabra de Dios en su corazón.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante
Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él
será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reinado no tendrá fin".
María es la virgen orante. Y es la virgen Madre
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que
yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo
descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso,
el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios.
María es la virgen oferente.
Ahí tienes a tu parienta Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido
un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada
imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor;
cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
(Lc 1, 26-38)
“Hágase en mí la Voluntad de Dios” Yo soy su
esclava, le pertenezco y vivo para servirlo”.
“Y el Verbo se hizo hombre y
habitó entre nosotros” (Jn 1, 14) Con el Fiat de María el Cielo y la Tierra
quedaron unidos por un Puente llamado Jesús. Desde ahora María vivirá
totalmente para su Hijo, Dios le cambió sus planes. Faltaba José.
«José, hijo
de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella
es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Despertado José del sueño, hizo
como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer y la llevó
a su casa. (Mt 1, 18- 21. 24)
Dios le
cambia los palanes a José y a los que Él ha elegido.
José creyó
que el Niño que nacería de María era el Mesía prometido a su Pueblo. Dios le
cambia los planes a José, y ahora Él vivirá para cuidar al Niño y a su Madre.
Tanto, José como María creyeron las Palabras del Ángel que eran de Dios, por el
camino las irán entendiendo, primero se cree para después entender. Los dos son
elegidos para una Misión de ser los Padres de Jesús. Santos e inmaculados por
el amor; destinados a ser hijos de Dios, redimidos por Cristo y santificados
por el Espíritu de Dios (cf Ef 1, 4- 8) Así lo confirma la escritura:
Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el
niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran
voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de
dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Lc
1, 41- 45)
María es bendita, es madre y es mujer creyente. Es Bendita en Cristo, su
Bendición es Jesús su amado Hijo. Porque ella es la “Humilde esclava del Señor.”
Ella fue elegida para ser la Madre del hijo de Dios y de la Iglesia, de los
hijos de Dios en Cristo Jesús.
La fe de María es confianza y abandono en las manos de Dios, su Señor, y
es donación entrega y servicio a su Pueblo, es sencillamente la Servidora de la
Iglesia.
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