EL CIEGO QUE GUÍA A OTRO CIEGO LOS DOS PUEDEN CAER EN EL
AGUJERO
Introducción: Así pues, yo corro, pero no a ciegas, y lucho, pero no
dando golpes al aire, sino que domino mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no
sea que, después de predicar a los demás, quede yo descalificado. (1 Cor 9, 16-19. 26- 27)
En aquel
tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego
guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior
a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué
ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo
te atreves a decirle a tu hermano: ‘¿Déjame quitarte la paja que llevas en el
ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita!
Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la
paja del ojo de tu hermano”. Lc
6, 39-42
El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su
aprendizaje, será como su maestro.
Discípulo
es aquel o aquella que escucha la Palabra de Dios y la obedece, para luego,
aceptar libremente a pertenecer a Cristo y a los Doce. Debe de estar en
comunión con Cristo que es la Luz: Yo soy la luz del
mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la
vida.» (Jn 8, 12) El discípulo es aquel que al tener fe en Jesucristo
tiene a luz, el Poder y el Amor. Con su luz discierne la voluntad de Dios y a
los otros espíritus, lo que es bueno o es malo. Con el Poder rechaza el mal y
hace el bien. Con el Amor puede perdonar y poner en práctica el Evangelio-
El predicador que
no es discípulo de Cristo Jesús, habla por cuenta propia, se sirve a sí mismo y
a sus intereses. “El que habla por su cuenta, busca su propia
gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado, ese es veraz; y no
hay impostura en él”. (Jn 7, 18) Y el que habla por
cuenta propia ahí hay maldad. “Nadie puede servir a dos
señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y
despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero”. (Mt 6, 24)
La ceguera espiritual es consecuencia del pecado.
Encontramos a los padres de familia, a los maestros
de escuela, a líderes políticos, religiosos, pastores, sacerdotes y algunos más
como consejeros que dan consejos en cualquier circunstancia de la vida. Unos
que traen sus velas encendidas (Lc 12, 35) y otros que las traen apagadas, sin
luz son ciegos. Unos le sirven a Dios y otros al mundo. Hay pesimistas,
derrotistas, utilitaristas, consumistas, totalitaristas. Con criterios simplemente
mundanos y paganos. “Por sus frutos los reconoceréis (Mt 7, 20) Por sus
palabras son conocidos: dividen, confunden, engañan, manipulan, sofocan y mata.,
Los dos caen en el agujero, se deshumanizan y despersonalizan.
Los que
tienen la Luz para iluminar al mundo (Mt 5, 14) Sus palabras son positivas y optimistas,
pueden ser amables, limpias y veraces. No buscan su propia gloria, sino la
gloria de Cristo. Con sus palabras animan, motivan. Consuelan, liberan, salvan
y corrigen con humildad y con amor. Con sus palabras lleva a los demás a
Cristo. A estos Jesús les
Les pide Fidelidad a su Persona, a su Mensaje y a
su Obra. (1 de Cor 4, 1) A sus discípulos les pide dos cosas: Ámenme y síganme
(Lc 9, 23).
¡Hipócrita!
Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la
paja del ojo de tu hermano”.
No juzgues
por lo que imaginas o por lo que escuchas. y no condenes a nadie, por Jesús no ha venido
a juzgar ni a condenar (Jn 3, 17) Si ves la paja en el ojo ajeno, tal vez sea
una oportunidad para reconocer la viga en tu propio ojo, y reconocer que todos
podemos pecar y de hecho lo hacemos. Por eso primero antes de hacer una
crítica, has un alto y entra dentro de ti y has un examen para que encuentres la
carga que puedes traer en tu interior. Y después de corregirte a ti mismo,
puedas ir a corregir a tu hermano. Acércate a él con tono amistoso y fraterno,
con respeto, mansedumbre y humildad. Con la Palabra de Dios en tu corazón y en
tus labios.
Algunos
que aparecen de ser muy buenos y llevan las palabras de Dios en sus labios,
pero contradicen a Jesús, son falsos profetas. Y hasta dicen no te preocupes,
Dios te ama, es Amor y muy misericordioso. No pasa nada, si ya no quieres a ti
marido, búscate otro. Que tienes relaciones con otro. No te preocupes, puedes
comulgar. Estos no tienen la actitud de Jesús que dijo a la mujer adultera: “Mujer,
¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?» Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le
dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.” (Jn 8, 10-11)
«Habéis oído que se dijo: No
cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola,
ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es
ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno
de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. (Mt 5,
27- 29)
Jesús se opuso rotundamente
contra el divorcio, el adulterio y contra todo pecado. Lo primero es darle una oportunidad
a Cristo y poner todas las preocupaciones en sus manos, que nadie que haya
confiado en él ha sido defraudado (1 de Tm 1, 12) Cristo es nuestra paz y es
nuestra esperanza y es nuestro amor (Rm 5. 1- 5)
Al libro del Eclesiástico nos
dice: “Hijo mío, te has decidido a servir al Señor, aférrate a Cristo (Eclo 2,
1) A su persona, a su Mensaje ya su Obra para que sean el primero en creer, en
vivir lo que crees y anunciar lo que creas, (2 de Tim 2, 5)
Publicar un comentario