EL Hombre: un ser para la
Comunicación.
Introducción.
Es muy
frecuente escuchar decir que la “familia es la primera célula de la sociedad”.
Nuestra pregunta sería: ¿Qué clase de sociedad tenemos? Una respuesta honesta
nos lleva a darnos cuenta de la clase de familia que tenemos. Autores del peso
de Viktor K. Frankl se han atrevido a dividir la humanidad en dos clases de
hombres: los que se proyectan en la vida y los que se quedan al margen de su
realización. El mismo Autor, a la luz de su experiencia en el campo de
concentración nos dice: Existen los hombres que inventan la cámara de gas para
destruir a sus semejantes, mientras que existen otros que entran en esa cámara
de gas cantando la Marsellesa o rezando el Padre Nuestro.
¿Qué vemos a nuestro alrededor? ¿Serán muchos los que se lanzan hacia
delante buscando su realización personal junto con otros? ¿Serán muchos los que
toman la vida en serio. ? El Doctor Frankl nos dice que son una muy reducida
minoría la que han tomado la vida en serio, mientras que una inmensa mayoría
camina al margen de su realización personal. La reducida minoría tiene que
cargar sobre sus hombros a la inmensa mayoría que despilfarra y derrocha la
vida y los bienes que son de todos y para todos.
1. El arte de vivir en
relación.
“No es bueno que el hombre
esté solo”. (Gn. 2, 18) El hombre no fue creado para vivir
en solitario; está llamado a vivir en
comunión con el Otro, con los otros y con lo otro. Todo ser humano está por
naturaleza orientado hacia lo que todavía no es, pero que está llamado a ser:
Un hombre en plenitud, esto solo será posible cuando se vive para los demás y
con los demás.
Creo que el
“arte de vivir en comunión” es tarea para toda la vida, y que además exige tener una clara
“Cosmovisión” del Hombre, de la vida, de Dios y de la Naturaleza. Saber quienes
somos, de donde venimos, para que estamos aquí y para donde vamos. Saber que a
la vida no se le puede dar sentido, ya lo tiene, hay que descubrirlo y
realizarlo. Para quien pretenda darle sentido a la vida, será siempre un
sentido subjetivo, una simple impresión de sentido.
Todo diálogo
interpersonal tiene dos dimensiones: “una de acogida y otra de apertura”; de la
misma manera que todo ser humano tiene un “adentro” y tiene un “afuera”. Una
existencia dialogada exige la armonía entre el adentro y el afuera: “Quien
quiera vivir replegado en sí mismo”, no se realiza, como tampoco se realiza
quien derrocha su vida “fuera de sí mismo”, negándose a entrar dentro y tomar
control de la casa.
2. El hombre un ser en proyección.
No estamos
hechos nos estamos haciendo, somos seres en construcción. El hombre se realiza
en la medida que se proyecte en la vida, teniendo presente que nadie puede
caminar solos, nadie se realiza solo, necesitamos de los demás y los demás
necesitan de nuestros aportes.
Todo hombre
es poseedor de un sentido trascendente que nos permite comprender que estamos
llamados a vivir de encuentros:
¨ Encuentros consigo mismo, para descubrirme como un fin en sí
mismo, como un valor o como un don para los demás.
¨ Encuentros con los demás, con quienes hemos de vivir de encuentros
que nos permitan intercambiar ideas, palabras, experiencias, vida, como también
que nos permitan el intercambio recíproco de otros valores, que bien pueden ser
creativos, intelectuales, morales o materiales.
¨ Encuentros con las cosas, para encontrarlos su sentido; son
simplemente medios al servicio del hombre y de todos los hombres, no son un fin
en sí mismo
¨ Encuentros con Dios. Encuentro que me ayuda a comprender que soy
limitado, finito, y de manera única que nos soy dios.
Podemos decir
sin miedo a equivocarnos que una persona que no viva de encuentros con la
Otridad: con El Otro, con los otros o con lo otro, no se realiza, se desfigura,
se atrofia, desperdicia sus mejores cualidades o potencialidades.
La clave de todo diálogo: “Conócete a ti mismo”. Un conocimiento personal y comunitario que responda las preguntas
sobre el hombre: ¿Quién es? ¿De dónde viene? ¿Para qué está aquí? ¿Hacia dónde
va? ¿Cuál es el sentido de su vida?
3. Digamos primero lo que no es el hombre
¨ No es una cosa. No es un algo al que se le puede usar y luego
botar o destruir.
¨ No es un medio. No permitamos que se nos valore por lo que
sabemos, hacemos o tenemos.
¨ No es un instrumento ni de placer ni de trabajo que podemos usar
para saciar nuestros instintos o nuestros impulsos, o sencillamente para
enriquecernos
¨ No es una nada que podemos ignorar o ser indiferentes a su palabra
o a sus necesidades.
La peor
ofensa contra cualquier hombre sería entonces la manipulación mediante palabras
bonitas, promesas, mentiras, lástimas, mentiras amenazas, utilización, etc.
4. Ahora digamos lo que sí es el hombre:
¨ Una persona, un alguien,
un sujeto. Un alguien capaz de pensar, sentir,
expresarse y capaz de dar y de recibir amor. Alguien que tiene voz propia. Es
valor en sí mismo; un fin que nunca debe ser reducido a cosa, a instrumento o a
medio para llenar los vacíos de otros. La frase popular un clavo saca otro
clavo, no debe ser pronunciada de frente a la persona humana.
¨ Un ser original, único e
irrepetible. Con rostro propio, capaz de tomar
sus propias decisiones. La peor ofensa que el hombre se puede hacer a sí mismo
es reducirse a copia, a calcomanía.
¨ Un ser responsable,
capaz de vivir de encuentros con otros. Ser
responsable significa vivir de frente a sí mismo, y de frente a los demás.
Responsable de mis palabras, de mis pensamientos, de mis actos; en otras
palabras, responsable de mí mismo. Vivir culpando a otros no es muy saludable.
¨ Un ser libre. Una libertad que debe ser conquistada: Lo podemos decir de otra
manera: el hombre es libre en la medida que es responsable, sin responsabilidad
no existe la libertad en nosotros. El Hombre es libre cuando puede elegir hacer
el bien y permanecer en su decisión.
¨ Un ser capaz de amar. Toda persona es amor, es manifestación del amor y nace para
amar. Nadie puede vivir sin amor. El amor es el fundamento de la vida.
El mayor acto
de amor que le podamos hacer a cualquier ser humano es ayudarlo a iniciarse en
su camino de realización, es decir, ayudarlo a ser persona capaz de valerse por
sí misma.
5. La herencia familiar.
Todo ser
humano tiene un pasado, un punto de partida, que queramos o no, influye, veces
para bien y veces para mal. La Familia es la primera escuela, en ella los
maestros son los padres, los alumnos, por supuesto, son los hijos. En su primer
ambiente el niño recibe una herencia que por un lado es genética, (los genes
paternos y por otro lado es fonética (El
ejemplo, los patrones de conducta que se viven en familia). Herencia que influye
en los seres humanos, aunque nunca totalmente, siempre, el hombre es capaz de decir la última palabra.
6. Los grandes enemigos del diálogo interpersonal
La herencia
familiar influye en los comportamientos y las actitudes de los hijos en
cualquier etapa de la vida. A la luz de la psicología profunda descubrimos
cuatro grandes enemigos:
¨ El miedo, fuente de inseguridad, de celos, de soledad, de
aislamiento, de frustraciones.
¨ El odio, es el des-amor, es desprecio, es rechazo que se recibe en
casa; el no ser tomado en cuenta o el ver como se prefiere a otros.
¨ El complejo de culpa, estado enfermizo del espíritu que nos vacía
de toda confianza y nos oprime, privándonos de toda libertad.
¨ El complejo de inferioridad. Sentirse menos o sentirse mas, son
obstáculos que impiden el sano acercamiento y el sano intercambio entre los
seres humanos.
Urge
desenmascarar la más grande de las mentiras: el pensar que valemos por lo que
se tiene o por lo que se sabe o por o que se hace. Mentira que genera clases de
personas, unas de primera, otras de segunda y otras mas de tercera o de cuarta.
Dios no creó muchas clases de personas; si no una sola, la familia humana. Familia en la cual debe existir una
solicitud mutua, una reconciliación continua y un intercambio de bienes permanente.
Sólo entonces podemos comprender que la persona es más importante que las
cosas, que nadie debe estar por encima de los demás, y que el mayor acto de
amor es el ayudar a otros a ponerse en camino hacia su realización plena. “Dios
no hace acepción de personas” (Rom 2, 11)
7.
¿Qué debe ser
lo primero?.
Frankl, nos
habla de tres valores fundamentales, sin su realización el hombre corre el
peligro de quedarse convertido en un simple bosquejo de persona. ¿Cuáles son
estos tres valores?
¨ El valor de la introspección. Lo primero es hacer un alto en la
vida para entrar en sí mismo, como una primicia de auto poseerse, ser rey en la
propia casa, ser dueño de sí mismo.
¨ El valor del autoanálisis. En segundo lugar conocerse a sí mismo;
un redescubrirse, a la luz del cúmulo de
experiencias vividas a lo largo de la vida. Nos podemos encontrar con valores o
con defectos de carácter; con heridas o con recuerdos agradables.
¨ El valor de la proyección. En tercer lugar o valor que estamos
llamados a realizar es el salir de nosotros mismos. Es tomar la firme decisión
de tomar la vida en serio; como don y como tarea, pero siempre en comunión con
otros.
La
experiencia personal nos dice que los modelos de vida que la sociedad nos
presenta no responden a los anhelos más profundos del corazón humano. Una
sociedad masificada y masificadora, ha generado dos estilos de vida, uno
llamado Conformismo, nos dice: “Vive haciendo lo que los demás hacen”. Compra
lo que otros compran, has las cosas por que otros las hacen, etc. Este estilo
de vida propio de USA ha traspasado las fronteras de nuestro País y de nuestras
familias, lo hemos hecho nuestro.
Pero existe
otro estilo de vida que la sociedad nos presenta, es el Totalitarismo, que nos
dice: “Vive haciendo lo que otros te dicen”. Otros piensan y deciden por
nosotros, nos imponen lo que hemos de hacer, lo que hemos de creer o como hemos
de vivir. Ninguno de estos estilos de vida realiza o nos ayudan a tener una
mejor calidad de vida: Nos puedan dar cosas, lujos, confort, poder dominio
sobre los demás pero, nunca serán un camino de realización personal. Todo lo
contrario generan en la sociedad, en las familias y en nosotros una realidad
deshumanizante y deshumnizadora: “El Vacío Existencial”.
8. El Vacío Existencial.
Fuente de
angustias, tristezas, odios, envidia, celos, neurosis, desdichas, etc.. Es un
Vacío de amor, de alegría, de vida, de libertad, en últimas es un Vacío de Dios,
de Humanidad, de Vida. El fruto del Vacío existencial es una vida frustrada. La
frustración que vemos reflejada en rostro de una inmensa multitud de personas
entre nosotros como:
¨ Aburrimiento, la
enfermedad del siglo. Consiste en no saber que
hacer con la propia vida, el no saber para que nacimos o el para que estamos
aquí. Vemos a hombres que lo tiene todo o casi todo, menos el gusto por
tenerlo. Lujos, dinero, placeres, salud, pero, sin embargo no están
satisfechos...siempre quieren más o sencillamente se aburren, nada les llena.
Otros se conforman con ser así, como arrojados a una vida sin sentido. Dicen: nací
para ser pobre, yo no tengo remedio, nada se puede hacer. Son personas
conformistas, que mas que pobres podríamos llamarlas miserables. Existe un
grupo mas, que teniendo apenas para medio subsistir, pareciera que la lucha por
la existencia a favor de los que ellos aman, le ayuda a encontrar el sentido a
la vida, son felices.
Las personas
aburridas se convierten en un peligro, viven buscando razones para sentirse
bien, recurren a la pornografía, al placer, al alcohol, a la droga, al trabajo
fuera de lo normal, cayendo en situaciones
que esclavizan y atrofian a las personas.
¨ La agresividad: dominio
de los impulsos. Es el campo de la ira, del mal
genio, de las palabras agresivas, de los golpes, de deseos de venganza o de los
deseos de matar.
¨ El Aislamiento: vivir
sin los demás. Es la no preocupación por los
demás; la no comunicación, el no
diálogo; lleva a la muerte en vida; a la pérdida del sentido de la vida. El
aislamiento lleva al encerramiento y al individualismo
Se escucha entonces la
Palabra del Señor que dice: " Sepulcros blanqueados”, personas que viven
en las apariencias. Sepulcros, si, pero, con la posibilidad de salir de ellos y de ir a
la tierra prometida que mana leche y miel para llevar una vida plena que brota
del amor de Dios (Ez. 37,12-13)
Por la fe en
Jesucristo podemos hacer el camino de nuestra realización para ir llenando el vacío
existencial de amor, verdad y vida, saliendo de la idolatría para ir a los
terrenos de la libertad y de la justicia.
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