EL ESPÍRITU SANTO ACTUALIZA HOY DIA LA OBRA REDENTORA DE JESÚS.

 


EL ESPÍRITU SANTO ACTUALIZA HOY DIA LA OBRA REDENTORA DE JESÚS.

 

Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. «No os dije esto desde el principio porque estaba yo con vosotros. Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Dónde vas? Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré:”( Jn 16, 1- 7)

Jesús habla del otro Paráclito, es el Espíritu Santo, el primer Paráclito es Jesús, el Ungido desde “dentro” con el Espíritu Señor. Ungido con el Espíritu Santo desde su Encarnación para ser Hijo de Dios, el santo de Dios.  “El Gran Acontecimiento” divide la vida de Jesús, abandona Nazaret para ser bautizado por Juan el Bautista y ser Ungido con Espíritu Santo “sobre” para ser el Misionero, el Predicador, el Siervo de Dios en favor de toda la Humanidad. Después de la experiencia del Bautismo es llevado al desierto para prepararse para la Misión a la que ha sido enviado. Al final del desierto es tentado por el Diablo al que lo vence para confirmarse como el Hijo  predilecto del Padre. Para luego irse a invadir los terrenos del Diablo y liberar a los oprimidos por el mal ( Hch 10, 38)

Para Jesús convertirse es “Un Nuevo Nacimiento:” «En verdad, en verdad te digo que el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios. (Jn 3, 1- 5). Nacer de nuevo, es un nacer de Dios. Nacer de lo Alto (Jn 1, 11) Las condiciones son las exigencias de la fe. Creer en Jesús, el dejarse amar, perdonar y conducir por él. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque, si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré; y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio” (Jn 16, 7- 8).

 

La Palabra me convence de que Dios me ama incondicionalmente. Me convence de que soy pecador. Me convence de que no puedo salvarme a mí mismo. Me convence que estoy necesitado de ayuda.  y me convence que sólo Cristo puede darme vida eterna (Jn 6, 39- 40; Hech 4, 12). En el encuentro con Cristo mis pecados son perdonados y recibo el Espíritu Santo.

 

 

La Misión de Jesús es liberadora, reconciliadora y santificadora. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos  y proclamar un año de gracia del Señor” (Lc 4, 18).Todo lo que Jesús dijo e hizo la dic y hace por el Espíritu Santo que actuaba como en su propia Casa.


La Misión de Jesús es liberadora. Nos libera de cargas opresoras que nos deshumanizan y despersonalizan. Nos saca de la esclavitud. La Misión de Jesús es reconciliadora. Jesús muere para reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos. La Misión de Jesús es transformadora: Jesús purifica nuestros corazones y en virtud de su Sangre nos saca del pozo de la muerte para transformarnos en Casa de Dios. La Misión de Jesús es sanadora. La Salud que Jesús nos ofrece es Salud Salvífica: De hombres viejos a hombres nuevos. Da sentido a nuestra vida para  que seamos luz y sal de la tierra. La Misión de Jesús es Promotora. Jesús nos ama con amor de promoción, hace que de enemigos pasemos a hijos de Dios; de adversarios en hermanos.  Los promueve de grandes pecadores en amigos y en discípulos suyos.

 

La Misión del Espíritu Santo es hacer  que el mundo crea en Jesús para que creyendo  se salve:   “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio”; (Jn 16, 7-8)

La Obra del Espíritu Santo es hacer que Cristo nazca y crezca en nuestros corazones- Para que haya el Nuevo Nacimiento del que habló Jesús (Jn 3, 1- 5) Para que haya este Nacimiento tenemos que embarazarnos de Amor, de Verdad y de Vida (Jn 14, 6) Es decir embarazarnos de Cristo, Para esto hay algunos pasos que hemos de seguir, Lo primero es escuchar la Palabra de Dios. Palabra Ungida. La fe viene de lo que se escucha la Palabra de Dios en nuestro corazón” (Ro 10.17)

El Espíritu Santo ha comenzado su Obra: encender la luz en nuestro corazón La Palabra, es Luz que ilumina las tinieblas de nuestro corazón para que reconozcamos nuestros pecados. Por la escucha de la Palabra creemos que Dios nos ama incondicionalmente y nos perdona. Pero no basta en reconocer que somos pecadores y el Santo Espíritu nos lleva al arrepentimiento para hacernos el propósito de vida que consiste en romper con el pecado. Ahora nos invita a creer en Jesús: Justicia de Dios manifestada en favor de toda la Humanidad. Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas. .justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen - pues no hay diferencia alguna. todos pecaron y están privados de la gloria de Dios (Rm 3, 21- 23)

 

Acercaros a Jesús con corazón contrito y humillado que ha padecido la acción del Espíritu Santo y nos hace escuchar la voz de Cristo que nos dice desde la Cruz: estoy muriendo por ti para que tus pecados sean perdonados, entrégame tu carga: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» (Mt 11, 28- 30)

Nos apropiamos de los frutos de la Redención de Cristo: El perdón, la Paz, la Resurrección y el Espíritu Santo, “Hemos pasado de la muerte a la Vida, del pecado a la Gracia, hemos nacido de Dios, somos hombres nuevos. Y, ¿ahora que tenemos que hacer? Déjate conducir por el Espíritu Santo para que crezcas como un hijo de Dios y un servidor de Cristo y de los demás. (Rm 8, 14) Recuerda que el trabajo del Espíritu Santo es hacer que creas en Jesús, para que manteniendo la la unidad de la fe, la esperanza y el amor que Dios ha derramado en tu corazón juntamente con el Espíritu Santo que Él nos ha dado (Rm 5, 5) Puedas permanecer  en la Comunión con Dios.

 

Permanezcan en mi amor para que puedan dar frutos de vida eterna; Guarden mis Mandamientos como yo guaro los mandamientos de Mi Padre y permanezco en su amor. (Jn 15, 7-9) Ahora el trabajo del Espíritu es conducirte por los caminos de Dios para que lleves una vida recta. Lo que significa caminar en la Verdad que nos hace libres (Jn 8, 32) Libres de todo pecado y libres para hacer el bien y practicar las Virtudes de Cristo, revestidos en Justicia y Santidad (Ef 4, 24) Dando muerte al hombre viejo para revestirnos de Cristo, esta es la conversión en la que el Espíritu Santo nos ayuda- Él quiere que seamos protagonistas de nuestra  propia conversión

 

Ser dóciles al Espíritu Santo es permanecer en la Unidad de la iglesia de Jesucristo en Amor y en Servicio. Esto es posible si nos dejamos conducir por el Espíritu Santo. Que vine a nosotros como Don de Dios a los que creen en él, confían en él, le obedecen. Para amarlo y servirlo,

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