DEL CORAZÓN DEL QUE CREA EN MÍ BROTARÁN RÍOS DE AGUA VIVA.

 


DEL CORAZÓN DEL QUE CREA EN MÍ BROTARÁN RÍOS DE AGUA VIVA.

"Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umbral de la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia oriente. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el exterior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente, y he aquí que el agua fluía del lado derecho. El hombre salió hacia oriente con la cuerda que tenía en la mano, midió mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos. Midió otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta las rodillas. Midió mil más y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la cintura. Midió otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que no se podía atravesar. Entonces me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?» Me condujo, y luego me hizo volver a la orilla del torrente. Y a volver vi que a la orilla del torrente había gran cantidad de árboles, a ambos lados. Me dijo: «Esta agua sale hacia la región oriental, baja a la Arabá, desemboca en el mar, en el agua hedionda, y el agua queda saneada. Por dondequiera que pase el torrente, todo ser viviente que en él se mueva vivirá."(Ez 47, 1- 8)

La Casa de la que habla el profeta Ezequiel hace referencia a Cristo, el Santuario de Dios. Fundamento de la fe, (1 de Cor 3, 11) origen y contenido de la fe (Rm 10, 17) Jesus nos habló de la construcción de esta Casa: "«Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca."(Mt 7, 24- 25) Escuchar la Palabra y obedecerla equivale a abrir la puerta: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo."(Apoc 3, 20) Jesús entra en la vida del que cree en él y lo obedece. Entra para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 10, 10).

El profeta Ezequiel está llamando a salir del exilio y a ponerse en camino de éxodo hacia la Tierra Prometida que es Cristo. Nos libera, nos reconcilia, nos hace ser una nueva Creación y nos promueve. Es un llamado a la conversión de la mente, del corazón y de la voluntad. Para ser  fuente de aguas vivas para que brote de nuestro corazón los borbollones de agua viva (Jn 7, 37- 38) La conversión es un proceso que dura toda la vida, hay que caminar, no arrastrarse, hay que permanecer de pie y no echarse al borde del camino. La conversión es posible con la Gracia de Dios y con nuestras decisiones, esfuerzos, renuncias y sacrificios. Es la respuesta que damos a la voluntad de Dios, es crecer en confianza, en obediencia y en pertenencia al Señor.

La conversión como proceso tiene como finalidad ir llenándose de Cristo: Irse revistiéndose de Jesús (Rm 13, 14) Conversión que tiene como modelo al grano de trigo: "En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna."(Jn 12, 24- 25) Del grano que muere nace la planta, y se cultiva crece, poco a poco, hasta dar frutos de vida eterna. Así el agua del Santuario llega hasta los tobillos, luego a la rodilla, luego a la cintura, después llega al cuello, ya no se puede caminar, hay que nadar. La finalidad de la conversión es llenarse de Cristo.

El agua sale del Santuario, primero es un manantial que luego crece hasta convertirse en el río que por donde pasa todo tiene vida. Un río de amor, de paz, de gozo, de justicia… A las orillas del río hay toda clase de árboles frutales que tienen sus raíces en el agua, sus ramas están siempre verdes, sus hojas son medicinales y sus ramas dan fruto los doce meses del año. Estos árboles son los creyentes que han sido justificados, reconciliados y salvados que ahora siguen a Cristo para amarlo y  servirlo.  

El Santuario es Jesucristo Resucitado que murió en la cruz para salvar a los hombres y que resucitó para darnos vida eterna (Rm 4, 25) De su corazón traspasado brotan ríos de “méritos” en favor de toda la Humanidad. Jesús quiere que seamos Casas de Dios y no cueva de ladrones (Mt 2, 13) Él viene a reparar nuestras casas en ruinas (Is 58, 12) Todo comienza al darnos una Palabra, el que la escuche y la obedezca tiene vida espiritual, Jesús entra en nuestra vida. Ahora empieza la construcción de la Casa espiritual. Lo primero, después de escuchar la Palabra es “Tomar la firme determinación de seguir a Cristo” para poner el fundamento de la Casa.

Después de poner el Fundamento que es Cristo, ahora sigamos con la estructura espiritual de la Casa: con los cimientos, las trabes, las cadenas, las paredes, las puertas, las ventanas, el techo y más. ¿Cómo hacerlo? Poniendo en práctica la Palabra de Cristo o de Dios. Los medios para la construcción de la Casa son la Palabra de Dios, la Oración, los Sacramentos. La Obras de Misericordia, el Apostolado, la Cruz, el Amor, la Fortaleza, la Sencillez de corazón, la Pureza, la Santidad. “No hagamos de estos hermosos medios huesos secos,” teniendo presente lo que dice san Pablo: "Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción."(1 de Cor |5, 50) En la construcción de la Casa de Dios no entra la maldad, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia (1 de Pe 2, 1)

Sólo participa la Comunidad de la fe: la Luz, la Fuerza, y la Misericordia, que dan a luz las virtudes cristianas que nos revisten de Cristo. La clave de todo está en dejarnos conducir por el Espíritu Santo que nos lleva a Cristo que a su vez nos lleva al Padre. Que nadie nos engañe con cuentos o con ideologías, que el mundo nos ofrece. Trabajemos en la “Civilización del Amor,” cimentada sobre la Roca: El Amor, la Verdad y la Vida. Recordemos que el Evangelio es Vida, es Verdad y es Amor, es Cristo Jesús, y no una ideología.



Publicar un comentario

Whatsapp Button works on Mobile Device only

Start typing and press Enter to search