USTEDES CONOCEN LA VERDAD Y DE ELLA
NO VIENE NINGUNA MENTIRA.
Hijos míos: Ésta es la última hora.
Han oído ustedes que iba a venir el anticristo; pues bien, muchos anticristos
han aparecido ya, por lo cual nos damos cuenta de que es la última hora. De
entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si hubieran sido de
los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para que se
pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los nuestros. Por lo que a
ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu Santo y tienen así el
verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ignoren la verdad, sino
porque la conocen y porque ninguna mentira viene de la verdad. (1 Jn 2, 18-21).
Porque ninguna mentira viene de la
verdad. La mentira viene del diablo: "Vosotros sois de vuestro padre el
diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Este era homicida desde
el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él; cuando
dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de
la mentira."(Jn 8, 44) Mentiroso es aquel que dice que conoce a Dios, pero
no guarda sus mandamientos que son expresiones de la verdad (1 de3 Jn 2, 3) La
verdad libera de todo lo que no viene de Dios, de lo que esclaviza y
deshumaniza: el mal. La verdad es la que libera (Jn 8, 32) Y nos linera y nos
da la Gracia para que hagamos el bien.
Por lo que ustedes toca, han
recibido la unción del Espíritu Santo. Decimos con verdad que muchísimos son
los bautizados, muchos los creyentes, pocos los practicantes y poquísimos los
que se comprometen con Cristo y con su Evangelio, tal como lo dice el Apóstol: "Lo
que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo,
para que tanto si voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os
mantenéis firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del
Evangelio, sin dejaros intimidar en nada por los adversarios, lo cual es para
ellos señal de perdición, y para vosotros de salvación. Todo esto viene de
Dios. Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo... no sólo
que creáis en él, sino también que padezcáis por él, sosteniendo el mismo
combate en que antes me visteis y en el que ahora sabéis que me
encuentro."(Flp 1, 27- 30)
Muchos son hoy día los que se salen de la Iglesia, o desde la Iglesia, dividen,
confunden, manipulan y dan muerte. No son dóciles al Espíritu Santo y buscan
renovar, poner al día el Evangelio, diciendo que esta fuera de moda. Hacen a un
lado el Mensaje que es el mismo ayer, hoy y siempre (Heb 13, 9) "No os
dejéis seducir por doctrinas varias y extrañas. Mejor es fortalecer el corazón
con la gracia que con alimentos que nada aprovecharon a los que siguieron ese
camino." (Heb 13, 9) Estos llevan una espiritualidad mundana y pagana, se
inclinan por lo más fácil, por lo novedoso, y engañan a muchos, sobre todo a
los más débiles en la fe.
Por sus frutos los reconoceréis. "Por
sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los
abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos
malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir
frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.
Así que por sus frutos los reconoceréis."(Mt 7, 16- 20) Busquemos el fruto
de la Comunión, de la Participación, de la Reconciliación y de la Misión. A
esto se le llama Sinodalidad que nos lleva conducidos por el Espíritu Santo a
la Unidad, para caminar juntos, trabajar juntos, compartiendo los dones de Dios
con todos. “Todo don perfecto viene de Dios” (Snt 1, 17) y es para la
realización personal y comunitaria.
La verdad viene de la escucha de la
Palabra (Rm 10, 17) Si permanecemos en la Palabra nos hacemos discípulos de
Cristo y conocemos la verdad (Jn 8, 31) A la verdad somos conducidos por el
Espíritu Santo (Jn 16, 13) El Espíritu de la verdad que nos hace libres, con la
libertad de los hijos de Dios (Gá 5, 1) El apóstol Pablo lo dice: "Porque
el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la
libertad. Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en
un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada
vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu."(2 de Cor
3, 17- 18)
La verdad de Dios es amor incondicional
que nos ama de manera incansable a nosotros pecadores. Esta es nuestra verdad,
todo hombre es pecado. Por amor, nos dice la verdad: "Porque tanto amó
Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no
perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al
mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."(Jn 3,
16- 17) La salvación consiste en abrazar a Cristo: Camino, Verdad y Vida (Jn
14, 6) Abrazar es creer en Jesús para tener vida eterna (Jn 6, 40) Y
despojarnos de la mentira para caminar en la verdad, en la bondad y en la
justicia (Ef 4, 25; 5, 9)
Es el paso de la muerte a la vida,
de las tinieblas a la luz, del pecado a la Gracia y de la aridez a las aguas
vivas, para que entonces brote de nuestro corazón la LECHE Y LA MIEL, (la Paz y
la dulzura espiritual) y las aguas vivas: el amor, la paz y el gozo en el
Espíritu (cf Jn 7, 38) Lo anterior es posible gracias al Señor que nos busca
hasta encontrarnos (Lc 15, 4) Ya Isaías nos había hablado de la acción de Dios
en favor de nosotros pecadores: "Me he hecho encontradizo de quienes no
preguntaban por mí; me he dejado hallar de quienes no me buscaban. Dije: «Aquí
estoy, aquí estoy» a gente que no invocaba mi nombre. "(Is 65, 1) Buscar a
Jesús es anhelar la liberación, la salvación y la santificación. Jeremías nos
lo dice: "Me invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. Me
buscaréis y me encontraréis cuando me solicitéis de todo corazón;"(Jer 29,
12- 13).
¿Dónde podemos encontrar a Jesús,
el Cristo? En su Palabra, en la Oración, en los Sacramentos, en la Comunidad,
en las Obras de Misericordia y en el Apostolado. Hay una promesa: “Yo estaré
con ustedes todos los días” (Mt 28, 20) Busquemos a Jesús donde su Familia,
donde su Comunidad, no nos alejemos de ella. Recordemos las palabras de la
verdad: "Te escribo estas cosas con la esperanza de ir pronto donde ti; pero
si tardo, para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la
Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad."(1 de Tim 3, 14- 15)
Señor Jesús creo en Ti Tú eres mi
Salvador, mi Maestro y mi Señor. Te acepto con todo lo que eres, con tu Destino
y con tu Misión. Acepto con tu Cruz que es fuente de vida, de conocimiento y de
santidad.
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