SEÑOR,
QUE TÚ LIBRAS SIEMPRE A LOS QUE CUMPLEN TU VOLUNTAD..
Esta es una promesa que la
encontramos en las páginas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Una promesa que
se hace cumplimiento de manera especial en el Nuevo Testamento al decir Jesús,
el Señor: “Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre y llevar a cabo su Obra
(Jn 4 , 34) La Obra del Padre realizada por Jesús en la Historia y actualizada por
el Espíritu Santo, hoy en nuestros días, está a nuestro alcance, y de todos,
porque la voluntad de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen a
conocimiento de la verdad (1 Tim 2, 4)
¿Cuál es la Voluntad de Dios realizada por
Jesús? Es nuestra redención para
salvarnos del pecado, darnos vida eterna y para darnos Espíritu Santo (cf Jn 6,
39- 40) Por la fe de Jesucristo, el Padre nos ha justificado, nos ha
reconciliado y nos ha santificado (cf Rm 5, 1- 5) Ahora hemos entrado en la Paz
del Señor y podemos comer del fruto del árbol de la vida que está en el Paraíso
de Dios (Apoc 2, 7) y poder dar frutos abundantes: los frutos de la fe,
llamados también frutos del Espíritu Santo: El amor, la paz el gozo, etc. (Gál
5, 22) Frutos que brotan, nacen y crecen por medio del cultivo de la fe, la
esperanza y la caridad.
Lo primero que un cristiano debe saber es cómo aprender a conocer cuál
es la Voluntad del Padre: “Dejarse transformar por la acción del Espíritu Santo
en lo más profundo de la mente para comprender la Voluntad de Dios, lo bueno,
lo justo, lo perfecto, lo santo (Rm 12, 2) la Voluntad de Dios manifestada en
Cristo Jesús es la fe, nuestra conversión, nuestra liberación, nuestra
salvación y nuestra santificación.(cf 1 Ts 4, 3- 8) En el evangelio de Mateo
encontramos esta hermosa Verdad: “No todo el que me dice señor, señor, entra en
el Reino de los cielos” (Mt 7, 21) “No se contenten con escuchar la Palabra de
Dios, hay que ponerla en práctica” (cf Snt 1, 22- 27) Jesús supo unir tres
peticiones en la oración del Padre Nuestro: “Santificado sea tu Nombre;” “Venga
a nosotros tu Reino” y “hágase tu Voluntad a si en la tierra como en el cielo”
Las dos primeras peticiones entran en la última “Hágase tu Voluntad”.
Hacer la voluntad de Dios para no estar divididos, agrietados y pasarnos
lo que dice Jeremías: “Mi pueblo ha cometido un doble pecado, me dejaron a mi
Fuente de Agua viva” para hacer sus cisternas agrietadas que no contienen el
agua” (cf Jer 2, 13) Por la grietas se escapa el buen olor de Cristo y entran
otros olores. Razón por la que la Palabra de Dios nos dice; “Aborrezcan el mal
y amen apasionadamente el bien (Rm 12,9) en la primera carta de Juan nos dice
el Apóstol: “No pequéis” (1 Jn 2, 1)En el Evangelio Jesús nos ha dicho: “Yo soy
la luz del Mundo, y el que tiene mi luz tiene vida y no hace cosas malas” (cf Jn
8,12) Hacer cosas malas es pecar, es desobedecer a Dios para hacer las obras de
la carne que encontramos en la Palabra de Dios. Las obras de la carne son: adulterio, fornicación, idolatría,
hechicería, odio…… (Gál 5, 19- 21) Todas son expresión del hombre
viejo que lucha en nuestro interior contra el amor, la verdad y la vida.
San Juan nos dice cuál es la voluntad de Dios: el Amor, la Verdad y la
Vida: “El que guarda mis Mandamientos y mi Palabra… ese es el que me ama, al
que me ama mi Padre lo ama y yo también lo amo… nos manifestamos en él y
habitamos en él (Jn 14, 21. 23) El que dice que conoce y ama a Dios, pero, no
guarda sus Mandamientos, vive en la mentira y no tiene la verdad (cf 1 Jn 2, 3)
El sentido de los Mandamientos es el amor a Dios y al prójimo, y en esto está
el cumplimiento de la toda la Ley y los profetas, de lo anterior Jesús el Señor
nos dijo: “No crean que he venido a abolir la LEY Y A LOS PROFETAS, SINO A
DARLES CUMPLIMIENTO (Mt 5, 17) Jesús vino y nos enseñó el Camino del Amor. “Se
pasó la vida amando a los suyos (Jn 13, 1) “Se pasó la vida haciendo el bien y
liberando a los oprimidos por el Mal. Porque Dios estaba con él” (Hech 10, 38)
La voluntad de Dios manifestada en Cristo. “El Padre y yo somos uno”. El que me ama, ama
al Padre y el que me obedece, obedece al Padre (cf Jn 14, 23s) Jesús es la
Voluntad del Padre y nos enseñó la Verdad, a conocer la Voluntad de Dios por
eso pudo decirnos el que me escucha a mí, escucha al Padre (cf Lc 10, 16) Y el
que me recibe, recibe al Padre (cf 10, 40) Tres Palabras de Jesús encierran toda
la sabiduría de Dios manifiesta en la Persona del que se hizo pobre para
enriquecernos con su Pobreza (cf 2 Cor 8, 9) “Crean en mi” “Ámenme” y “Síganme"
Para que puedan ser de los míos y me puedan servir. Esta es la invitación que
Jesús hace a todo discípulo para que lo tengan como su Maestro, como su
Salvador y como su Señor. Sólo entonces podremos responder a su pregunta:
¿Quién soy yo para Ustedes?
La respuesta de los discípulos de Jesús de todos los tiempos la
encontramos en las palabras de Pedro: “Tú eres el Mesías. El Hijo de Dios vivo
(Mt 16, 16) La respuesta no podemos pedirla prestada ni rebuscarla en los
libros, es el fruto de vivir de encuentros con Jesús y de caminar con Él para
hacer la “Opción Preferencial por Jesús” Al tomar la decisión de ser de Cristo
para morir con Él y resucitar con Él, y vivir entonces con Dios y para Dios. Lo
anterior es posible cuando nosotros ponemos en práctica el evangelio de María:
“Hagan lo que Él les diga” (Jn 5, 2) Para que podamos comprender la voluntad de
Dios que creamos en Jesús, que seamos sus amigos, sus discípulos para que
hagamos Alianza con Él para pertenecerle, ser de los suyos y ser enviados como
sus Apóstoles para sufrir, padecer, morir y resucitar con Él. “Ustedes son mis
amigos si hacen lo que yo les digo” (Jn 15, 14) Al obedecer a Jesús hacemos la
voluntad del Padre…
No tengamos miedo, “yo estaré con ustedes todos los días hasta al final
de los siglos” (Mt 28, 20) Jesús es el buen Pastor que nos guía, camina
entre nosotros y nos resguarda: Va adelante, en medio y por detrás. Cuida y
guarda nuestros pasos. Que hermosa es la visita del Señor a nuestra vida: Nos visita para corregirnos y
para confirmarnos en la fe.
Cuando nos empezamos a hundirnos o desviarnos nos corrige con amor: “No
hagas cosas malas” haz cosas buenas” “Arrepiéntete y “Orienta tu vida hacia
Dios” Jesús siempre nos llama a la conversión de la mente, y del corazón para
que abandonemos el mal y para que amemos el bien apasionadamente (Rm 12, 9)
Para que con el bien venzamos al mal (Rm 12, 21) y permanezcamos en su Amor
guardando sus Mandamientos, su Palabra y cultivemos sus Virtudes (Jn 8, 31; 1
de Jn 2, 3; Mt 5, 3s) Sólo de esta manera podemos crecer en el conocimiento de
Dios, en la unidad con Cristo hasta alcanzar la perfección y la madurez, a la
que él nos llama (cf Ef 4, 13)
La voluntad de Dios llega a nosotros como una invitación; “Si alguno
quiere seguirme, que tome su cruz cada día y me siga” (Lc 9, 23) Jesús a nadie
engaña, con toda verdad nos dice: “Las zorras tienen su guarida y las aves
tienen sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”
(Lc 9, 58) Las guaridas hacen referencia la vida mundana, pagana y vida de
pecado. Los nidos hacen referencia a los infantilismos, emocional ismos y
sentimentalismos. El discípulo de Jesús es llamado a romper con todo eso para
dejarse conducir por el Espíritu Santo (cf Gál 5, 16)
Rompan con el pecado (1 de Jn 1, 8) Guarden mis Mandamientos (1 de Jn 2,
3) No amen al mundo, no lo que éste les ofrece (1 de Jn 2,15) y guárdense de
los falsos profetas (1 de Jn 2,18) Para que puedan ser de los míos, ser mis
discípulos mis apóstoles y ser hijos de mi Padre celestial que los ama tanto
como me ama a Mí (Jn 17, 23)
Jesús llama a sus discípulos a ser como él es: Santo, como el Padre
celestial es santo (1 de Pe 1,16) Santo es el que está unido a Cristo, es
responsable, libre y ama con el mismo amor con el que el Padre nos ama a todos
y nos comunica de su amor: "y la
esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. " (Rm 5, 5) Este es
el mensaje de Jesús para sus discípulos: Amen a Dios y a su prójimo. "Queridos,
amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es
Amor." (1 de Jn 4, 7- 8)
El
que ama está en la voluntad de Dios. Camina en la Verdad y está revestido de
Cristo que es Vida.
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