El Camino de la Pascua no ha
terminado.
Iluminación:
“Estando Jesús a la orilla del lago de
Genesaret, la gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios. En
esto vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado
de ellas y estaban lavando las redes. Subió entonces a una de las barcas, que
era de Simón, y le rogó que se alejara un poco de tierra. Se sentó y empezó a
enseñar desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro, hemos estado
bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, basta que tú lo dices,
echaré las redes.” (Lc 5, 1. 5)
Desarrollo
del Tema:
Escuchar la Palabra,
lavar las redes y obediencia a la Palabra son las tres condiciones básicas para
llenarnos de vida espiritual y permitir que el Espíritu Santo guíe para con su
ayuda sigamos permaneciendo en el Amor de Cristo y permanecer en su Pascua (2
Cor 5, 17) caminando por la vida como portadores de la dignidad de hijos de
Dios; en camino de alegría nos despojemos del hombre viejo y nos revistamos del
hombre nuevo que nace de la Pascua del Señor Resucitado. Pensemos y digamos,
por lo tanto:
1.
La vida espiritual viene de la escucha de
una Palabra. Es una palabra poderosa que nos despierta de la comodidad y del aburguesamiento,
de la mediocridad y de la superficialidad, nos sacude y nos pone de pie. (Ef 5,
14) Para que nuestra vida sea orientada hacia la madurez humana, tras las
huellas de Jesús.
2.
Salir fuera del exilio. El exilio es una
situación de muerte y de esclavitud. Situación de no salvación y que no es
querida por Dios para el hombre. (cf Ez. 37, 12-ss) Salir del exilio es dejar
vicios, infantilismos, esclavitud, rompiendo con la idolatría, la corrupción y
las pasiones de la juventud (cf 2 Tim 2, 22; 2 Pe 1, 4; Ef 4, 23)
3.
Ponerse en camino de éxodo. Camino lleno
de experiencias dolorosas, liberadoras y gozosas. Experiencia cimentada en la
verdad, la bondad y la justicia. Experiencia que se orienta en el seguimiento
de Cristo. Es el camino que nos lleva a la paz, a la unidad, a la libertad y a
la justicia.
4.
Entrar en la Alianza Nueva para entrar en
la Pascua y ser reconciliados, transformados y ser enviados con la fuerza del
Espíritu. Es la verdadera fe que nos lleva a creer en Jesús y aceptarlo como
Salvador, Maestro y Señor para pertenecerle, amarlo y servirlo.
5.
Es el camino del discipulado para vivir de
encuentros con Cristo Jesús. Los lugares de encuentro con Jesús a la luz de
Biblia:
Ø Por los caminos de la vida. Jesús
se hace el encontradizo:
“Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta
estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.
Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y se puso a
caminar a su lado. Pero sus ojos estaban como incapacitados para
reconocerle. Él les preguntó: «¿De qué
vais discutiendo por el camino?» Ellos se pararon con aire entristecido…...” (Lc
24, 13- 35)
Ø En la escucha de la Palabra de Cristo,
vuelve el ánimo al corazón de los discípulos. Él les dijo: «¡Qué poco perspicaces sois y qué mente
más tarda tenéis para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario
que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?» Y, empezando por
Moisés y continuando por todos los profetas, les fue explicando lo que decían
de él todas las Escrituras. (v 26-27) El camino de Emaús en nuestro camino. Cuantas
veces caminamos en la vida sin ánimo, sin ganas de seguir orando o sin ganas de
buscar el Designio de Dios. Buscamos y no encontramos, pedimos y Dios no
responde; sentimos el deseo de dejar la Comunidad o los Caminos de Dios. Sólo
con la escucha de la Palabra vuelve arder nuestro corazón.
Ø La hospitalidad fraterna: “Al acercarse al pueblo a donde iban,
él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Entró, pues,
y se quedó con ellos” (v 28- 29) Quédate con nosotros es el anhelo más profundo
del corazón de todo hombre. El anhelo de Jesús es quedarse con los hombres,
para eso ha venido para estar con ellos.
Ø La fracción del Pan:
“Sentado a la mesa con ellos,
tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se
les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista.” (v
30- 31) la fracción del pan, significa para Jesús inmolarse y sacrificarse en
la presencia de Dios en favor de la inmortalidad. De esta primera misa, nació
la Iglesia misionera.
Ø La Misión. Levantándose al momento, se
volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con
ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a
Simón!» (v 33-34) Ha nacido la Iglesia Misionera, su Misión es dar testimonio
de la resurrección de Jesucristo. había
Ø El Testimonio de Jesús: “Ellos, por su parte, contaron lo que pasado en el
camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.” (v. 35)
6.
La
fidelidad a la Voluntad de Dios, a la Palabra de Cristo y al Espíritu Santo.
Fidelidad al mensaje del Evangelio:
Ø Jesús les dijo: «Mi alimento es hacer
la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra” (Jn 4, 34).
Ø «Israelitas, escuchad estas palabras: Jesús,
el Nazoreo, hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y
signos que Dios realizó entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos
sabéis, fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de
Dios. Vosotros lo matasteis clavándole en la cruz por mano de unos impíos. Pero
Dios lo resucitó librándolo de los lazos del Hades, pues no era posible que lo
retuviera bajo su dominio” (Hech 2, 22ss)
Ø “No me avergüenzo del Evangelio, que
es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del judío en primer
lugar, pero también del griego.” (Rm 1, 16)edicamos a un Cristo
crucificado: escándalo para los judíos, locura para los gentiles” (1 Cor 1,
22-23).
Ø “No nos predicamos a nosotros mismos,
sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por amor de Jesús.”
(2 cor 4, 5)
6. Sin seguimiento de Jesús, no hay
discípulo, ni Pascua de Resurrección. El camino de la Cruz es
el Camino de la Resurrección para entrar en la Pascua de Jesús. Discípulo, es el
que ha escuchado y obedecido la Palabra de Cristo. Lo ha aceptado como Salvador
y Redentor, como Maestro y como Señor. “Permanece en el Amor de Cristo” y
permanece en la Cruz de Cristo” (Jn 15, 9; Gál 5, 24) El que se baja de la
cruz, sale del amor de Cristo para irse al país lejano (cf Lc 15, 11ss)
7. En compañía de María y en comunión
con los Doce: “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo
espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de sus
hermanos.” (Hch 1, 13) No podemos decir que creemos en Jesús al
margen de la Madre y de los Apóstoles. Tanto la Madre de Jesús como sus
Apóstoles están implícitos e integrados al Reino de Dios manifestado en
Jesucristo. Tres cosas confirman lo anterior:
Ø La promesa de Jesús: Y
yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y que sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los
Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates
en la tierra quedará desatado en los cielos.»
(Mt 16, 18- 19)
Ø El cumplimiento de la promesa:
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de
ver al Señor. Jesús les dijo otra vez:
«La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló y les dijo: «Recibid el
Espíritu Santo. A quienes perdonéis los
pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos.» (Jn 20, 19ss)
Ø La garantía de Cristo Jesús a los
suyos: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes,
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y estad seguros que yo estaré con vosotros día tras día, hasta el
fin del mundo.» (Mt 28, 19-20)
8. Vivir en Comunión con la Iglesia de
la Palabra, los Sacramentos, la Comunión y las oraciones: “Se mantenían constantes en la
enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.”
(Hch 2, 42) La comunión con Cristo y con su Iglesia es garantía de una promesa:
«Os aseguro también, que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra
para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los
cielos. Porque donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos.» La comunión con
Cristo Jesús, es la garantía que ha habido Pascua en nuestros corazones. (Mt
18, 19-20) Busquemos la unidad en la fe que nos lleva a la reciprocidad en el
amor y a la igualdad fundamental fraterna en la Familia de Cristo.
Vivamos
la Pascua del Señor Jesús, muriendo al pecado y viviendo para Dios, dando honor
y gloria al Señor y amor y servicio a nuestros hermanos.
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