Objetivo: Iluminar para que se pueda comprender que el Sacramento
del Bautismo es tan solo el inicio de una nueva vida que ha de desarrollarse a
los largo de nuestra historia.
Iluminación. “Todos vosotros sois hijos de Dios; todos vosotros
sois miembros unos de los otros; todos vosotros sois comunión”
DESARROLLO DEL TEMA
Todos
decimos que somos cristianos porque fuimos bautizados. Podemos afirmar que
“muchísimos son los bautizados, muchos son los que creen, pocos son los que
practican lo que creen y poquísimos son los que viven el compromiso de su
Bautismo”. A la luz del Bautismo podemos decir que las obras de la fe dicen sobre
la realidad de nuestro Padre. Si la obras son las “obras de la fe”, Dios Padre
de Jesucristo es nuestro Padre. “Si nuestras obras son las obras de la carne,”
nuestro padre sería entonces el diablo (cfr Jn 8,41).
¿Quiénes no viven su Bautismo? Son hombres y mujeres que llevan una vida mundana,
pagana, vida de pecado. San Pablo los describe en hombres que ni pueden ni
quieren conocen a Dios: “Por tanto, os digo y os repito en nombre del Señor que no viváis ya
como los gentiles, que se dejan llevar por su mente vacía, obcecados en las
tinieblas y excluidos de la vida de Dios por su ignorancia y por la dureza de
su corazón. Habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas.”
(Ef 4, 17- 19)
Ø Los que sólo viven en razón del dinero:
"No se pueden servir a Dios y al dinero" (Mt. 6,24); pero eso
explotan y oprimen a los trabajadores, les roban sus salarios; prestan dinero a
usura, etc. Tampoco viven su bautismo los que roban en las tiendas o atracan a
sus semejantes.
Ø Los que
sólo viven en razón del poder: quieren vivir por encima de los demás; sólo
les preocupa la fama, el prestigio, que se les rinda culto.
Ø Los que viven en razón del placer, se
entregan a la bebida, a la inmoralidad y a la confusión. Hombres que se dedican
a la venta de drogas y de carne humana. (Tratantes de blancas). No les importa
dejar a sus familias con hambre y en la miseria.
Ø Los que se creen los amos y dueños del
mundo y piensan que la tierra sólo fue hecha para ellos. No se dan cuenta
que en el cristianismo lo que vale son los hechos y no las palabras (Mt. 7, 21-
22) (Stg. 2, 14- 17).
la escuela, la
salud, la comunidad. Aquellos que se ahogan en el conformismo que atrofia a las
personas y a las familias.
Ø Los que nunca prestan un servicio a la
comunidad en favor de los demás. Personas individualistas que sólo buscan
su propio interés. (Mt. 25, 31- 45).
Ø Los que traicionan a los compañeros, a los
amigos y a la familia por dinero. Personas ambiciosas, esclavas de Mamón
(el dios dinero).
Ø Las personas individualistas que nunca se
preocupan por los demás. (1 de Jn. 3, 10- 18) “En el Reino de Dios nadie
vive para sí mismo”. (Rm 14, 8)
Ø Los que luchan por los demás, pero, al
margen del Evangelio: siembran violencia, odios, matan y destruyen. La
primera carta de Juan nos dice que “todo
el que odia a su hermano es un asesino, y ningún asesino tiene vida en sí
mismo”. (1 de Jn 3, 15)
Ø Los que llamándose católicos, promueven el
aborto, las ideologías y se someten a un servilismo para dar culto a los
ídolos del poder, del tener y del placer.
¿Qué implica el ser cristiano? Ser cristiano de verdad es
tener fe en la persona de Jesucristo y dejarse conducir por el Espíritu Santo
(Rm 8, 14). Es seguirlo a a Cristo, caminar a su lado. Nacer de nuevo y vivir
como Jesús vivió:"Amando hasta el extremo" "Haciendo el
bien" "Enseñando a los hombres con la propia vida el camino que los
lleva a la Casa del Padre":
¿Puedo vivir solo la vida cristiana? Nadie se realiza solo. (cf Gn 2, 18) Tengo que
aprender a vivir con otros la vida de la fe en Jesús, junto con hermanos
cristianos, formando con ellos la Comunidad que tiene a Jesús como centro, como
principio y fin: Alfa y Omega. Los cristianos juntos forman la comunidad de la
Iglesia, la fraternidad de los cristianos, en la cual todos se saben y
reconocen hijos de Dios, hermanos en Cristo.
Por eso trabajan y luchan juntos, y
juntos alaban a Dios en una misma Liturgia, y rezan a un mismo Padre. Juntos
agradecen y ofrecen a Dios la vida. Se interesan por la vida de la Iglesia y
juntos edifican la comunidad cristiana: comunidad de fe, culto y caridad. El
individualismo y el aislamiento frustran el sentido del Bautismo.
¿Cómo vivían su bautismo los cristianos de la “comunidad primitiva? El libro de los hechos de los Apóstoles
nos presenta cuatro características que deben reunir los que han sido
bautizados: "reciben la enseñanza de los Apóstoles", "viven
intensamente la comunión fraterna", "celebran en culto en la
"fracción del Pan" y llevan una vida de oración comunitaria y
personal "(Hech. 2, 42).
Luchar por el derecho de ser libres. Trabajar
por la justicia social buscando la participación del bien común. Dios es Padre
de todos; por eso todos somos iguales en dignidad. Ser libres exige el
desprendimiento de todo aquello que impide realizarse como personas: la
ignorancia, la pereza, los vicios o cualquier otra forma de opresión. Hombre
libre es aquel que decide por el bien, el amor y el servicio. (cf Gál 5,1)
¿Cuál es el compromiso del Bautismo? El
Bautismo me implica en el compromiso de la fe: anunciarla, propagarla y
defenderla; es compromiso con el Señor y con el Mundo, en la Iglesia y desde la
Iglesia. También me compromete en la defensa de los más débiles, la familia y
la vida. La lucha por un mejor bienestar para la comunidad y para la sociedad.
Esta lucha exige ponerme al servicio de los demás, compartiendo con ellos lo
que tengo, lo que sé y lo que soy. No se trata nada más de hablar, sino de
actuar conforme a los designios de Dios y nunca según los planes hombres. Los
secretos de Dios no están a la vista de cualquiera (cf Sab. 2, 22)
¿Qué significa renovar el Bautismo? Renovar
diariamente nuestro Bautismo es volver a las “Fuentes”: La Palabra de Dios, la
Oración, los Sacramentos, las Buenas Obras; para sumergirnos diariamente en la
Pascua de Cristo: “Muerte, sepultura y resurrección de Cristo, y crecer en el conocimiento de su Creador
(Col. 3, 10), llenarse de los mismos
sentimientos de Cristo (Fil 2, 5), hasta alcanzar la estatura del "Hombre
Perfecto" (Ef. 4, 13) y, así ofrecerse como hostia viva, santa y agradable
al Padre (Rom 12, 1), según el estilo de Jesús. Lo anterior es llevar una “vida
consagrada al Señor, renunciando al pecado, para vivir con Cristo para Dios
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