EL GRAN ACONTECIMIENTO QUE DIVIDIÓ LA VIDA DE JESÚS ES DOS.

 


EL GRAN ACONTECIMIENTO QUE DIVIDIÓ LA VIDA DE JESÚS ES DOS.

El Bautismo de Jesús es el Gran acontecimiento que dividió la vida de Jesús en un antes y en un después. Antes su vida oculta, desde los doce años, y después, su vida pública. Jesús vivía en Nazaret, era carpintero. Un día le dice a su Madre, voy a cerrar el negocio, para irme a dedicar a predicar la Palabra de mi Padre, el Reino de Dios. Y bajó al río Jordán, con Juan el Bautista. En gesto de humildad se formó para recibir el bautismo de arrepentimiento y de conversión. Hizo línea con grandes pecadores, el que no tenía pecado. Se humilló a sí mismo para hacer justicia en favor de los pecadores.

El bautismo de Juan: "Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.»

Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?» Jesús le respondió: «Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.» Entonces le dejó." (Mt 3, 11- 15)

"Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.»"(Mt 3, 16- 17)

El Gran acontecimiento: “Se abren los cielos” Estaban cerrados desde el paraíso por la caída de Adán y Eva. Ahora están abiertos, los hombres podrán volver a comer del Árbol de la vida que está en el Paraíso de Dios (Apoc 2, 7) “El Espíritu Santo baja en forma de paloma sobre Jesús” El Padre bautiza a Jesús con su Espíritu. Es una “Unción sobre” “Ungido con el Espíritu Santo para ser el Mesías prometido” Desde el mismo Paraíso (Gn 3,1 5) La primera unción de Jesús fue en la Encarnación, fue una “Unción dentro” Para su propia santificación. El que nacerá de ti, será llamado “Santo”, el “Hijo de Dios Altísimo” (cf Lc 1, 32- 33) Ahora una vez que sale del cielo decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.”

Está la presencia de las tres personas divinas: El Hijo, el Espíritu Santo y el Padre que unge con su Espíritu al Hijo para que realice la Obra del Padre: la salvación de los hombres. A la luz del Bautismo de Jesús, nos preguntamos ¿Quién es Jesús para nosotros? Es el Hijo predilecto del Padre, el Hijo de sus complacencias, el Ungido con el Espíritu Santo que está sobre Jesús para que sea el Mesías, el Cristo, el Consagrado. Tal como lo dijo Isaías:

"El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios. A consolar a todos los afligidos, a pregonar año de gracia de Yahveh, día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,"(Is 61, 1- 2)

 "Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh. Y le inspirará en el temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado. Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos."(Is 11, 2- 5)

Por eso era conveniente el Bautismo de Jesús, para bien de toda la humanidad: “Pues conviene que así cumplamos toda justicia.” La Navidad y la Epifanía nos mostraban a Jesús, Niño, ahora se hace presente ya un adulto con la disponibilidad de hacer la Voluntad de Dios: la Redención de los hombres y dar a los hombres el don del Espíritu Santo. (Jn 20, 22) Con su muerte y resurrección hace la Nueva Alianza. Confirmado como Hijo de Dios con poder por su Resurrección (Rm 1, 4) Ahora puede bautizarnos con Espíritu Santo y fuego (Lc 3, 16)

"Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto,"(Lc 4, 1) Al desierto va a preparase para la Misión. El desierto es un lugar inhóspito e inhabitable. Es llamado también como la victoria de Dios y como el lugar donde habitan los demonios. Allá es conducido Jesús por el Espíritu Santo.

Es tentado por el Diablo para que cambie el sentido de Mesías, según, Dios por el sentido del Mundo. Jesús vence al Diablo y se confirma como el Hijo de Dios con una triple afirmación: “Sí Padre, sí te amaré, si te obedeceré y si te serviré, Ata y amarra al demonio para irse a invadir los terrenos del Diablo y liberar a los oprimidos por el mal.  Tal como lo dice Pedro:

"«El ha enviado su Palabra a los hijos de Israel, anunciándoles la Buena Nueva de la paz por medio de Jesucristo que es el Señor de todos. Vosotros sabéis lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo; cómo Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Dios estaba con él;"(Hch 10, 36- 38)

Ungido con el Espíritu Santo para ofrecerse como víctima viva, santa y agradable a Dios: "y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén; a quien llegaron a matar colgándole de un madero; a éste, Dios le resucitó al tercer día y le concedió la gracia de aparecerse, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos."(Hch 10, 39- 41)

Ahora nosotros participamos de la unción de Cristo. "Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.»"(Hch 2, 37- 39)

Por el bautismo, el primero de los Sacramentos recibimos la unción: el Espíritu Santo que nos hace hijos de Dios, hermanos de Cristo, templos del Espíritu Santo e hijos de la Iglesia. Nos revestimos de Cristo y nos incorporamos a él (Gál 3, 26- 27) Por el Bautismo morimos con Cristo y resucitamos con él (Rm 6, 3-5) Y nos apropiamos de la Redención de Cristo: El Perdón de los pecados (Rm 4, 25), La Paz y el Gozo del Señor. La Misión de Cristo y el don del Espíritu Santo, juntamente con el Ministerio del perdón de los pecados. (Jn 20, 19- 20) El Gran acontecimiento es para todos los que creen, obedecen, aman, siguen y sirven al Señor.

Jesús envía a sus apóstoles y les da los dones del Resucitado a la Iglesia (Jn 20, 20- 23) "Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»"(Mt 28, 18- 20) Los discípulos nacen y crecen a la escucha de la Palabra de Dios y de los Sacramentos de la Iglesia. Bautismo, Confirmación, Confesión, Eucaristía, Matrimonio, Unción de los enfermos y Orden sacerdotal.





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