POR ESTE MOTIVO TRES VECES ROGUÉ AL SEÑOR QUE SE ALEJASE DE MÍ.

 

POR ESTE MOTIVO TRES VECES ROGUÉ AL SEÑOR QUE SE ALEJASE DE MÍ.

"Sé de un hombre en Cristo, el cual hace catorce años - si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe - fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y sé que este hombre - en el cuerpo o fuera del cuerpo del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe - fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede pronunciar. De ese tal me gloriaré; pero en cuanto a mí, sólo me gloriaré en mis flaquezas. Si pretendiera gloriarme no haría el fatuo, diría la verdad. Pero me abstengo de ello. No sea que alguien se forme de mí una idea superior a lo que en mí ve u oye de mí. Y por eso, para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte." (2 de Cor 12, 2-10)

La experiencia de Cristo es inefable, no hay palabras para explicarla, es lo que dice Pablo, sólo dice que en un hombre en Cristo, vivió una experiencia que ha sido para él como el Motor de la nueva vida. Ahora puede entender las palabras de Cristo a Tomás: “Dichosos los que creen sin haber visto” (Jn 20, 28) En la experiencia de Cristo, Pablo se siente elegido (Ef 1,4), redimido (Ef 1,7), reconciliado y salvado (Ef 2, 8), santificado y glorificado (Rm 8, 29), capaz de realizar las obras perfectas de Dios (2 Tim 3, 16). Pablo sabe que todo es gracia de Dios, nada bueno que tiene hay de que presumir (1 Cor 4, 7) A pesar de todo lo bueno que Dios ha realizado en él experimenta la tentación, aunque Dios nunca lo deja solo. (Mt 28, 20)

De su experiencia saca una enseñanza para la vida que la ayuda a decir: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Flp 4, 13) Desde su experiencia sabe que sus tentaciones son una oportunidad para crecer en fe y fortalecerse con la energía de su poder (Ef 6, 10) En su lucha contra el mal, Pablo invoca a Dios, sabe que él solo no puede, su lucha contra el mal es superior a sus fuerzas humanas. Con sus solas fuerzas no puede crecer, necesita de Dios, por eso lo invoca y le pide: “libérame Señor de esta tentación o de este demonio. Este demonio de Satanás me humilla, me avergüenza, me confunde. La respuesta de Dios es clara y precisa: “No te la quito.” Es necesario que la tengas para que te mantengas humilde y con un corazón sencillo. “Te basta mi gracia” “Mi amor es todo lo que tú necesitas” “Mi fuerza se manifiesta en la flaqueza.” Al escuchar la respuesta amorosa de Dios el corazón de Pablo se llena de alivio, paz y alegría: Dios está con él y lo ama. Pablo estalla en gritos de júbilo, alabanza y de acción de gracias.

Tres veces pedí que me liberara del poder del mal. Pablo va entendiendo que la tentación es parte de nuestra condición humana para enseñarnos que hemos de ser débiles y frágiles para que el poder de Dios se manifieste en nuestra vida. El hombre sólo no puede salir de la sepultura o del pozo de la muerte, es Cristo quien lo hace (Col 1, 13) El hombre no puede salvarse así mismo, necesita un salvador, Cristo Jesús (Ef 2, 4- 8) El hombre aunque puje y puje no puede liberarse del mal es Cristo quien nos hace libres. Por eso nos dice: “Para ser libres nos liberó Cristo” (Gál 5, 1)

Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. ¿Cuáles son las flaquezas de Pablo? Digamos primero que su fuerza es Cristo, su Salvador, su Maestro y su Señor, su Salvación su Redención, y su Sabiduría (Gál 2, 20; Ef 5, 2; 1Cor 1, 30) Ahora digamos de sus debilidades: “Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo.” Las tentaciones y las pruebas son las señales que Pablo está siguiendo a Cristo. Por eso pudo decir “Para mí, Cristo es mi fuerza.” Pues cuando soy débil entonces soy fuerte.

Pablo se sabe pecador, pero, redimido, justificado lavado en la sangre de Cristo y por lo mismo perdonado y reconciliado, salvado y santificado (rm 5, 1;Rm 8, 29) Él no se siente perfecto, sino que se sabe débil, pero fuerte en Cristo. Se sabe ser un proyecto de Dios, que está haciéndose, no está hecho, está en camino, por eso puede decirnos: "Mas ahora, desechad también vosotros todo esto: cólera, ira, maldad, maledicencia y palabras groseras, lejos de vuestra boca. No os mintáis unos a otros. Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador," (Col 3, 8- 10) La mirada, los ojos y el corazón del apóstol están fijos en su Meta: Cristo Jesús, todo lo que tiene para alcanzarla son medios. “Para mí la vida es Cristo y la muerte es ganancia” (Flp 1, 21)  Cuando Pablo estaba cargado con muchos años y después de muchas experiencias vividas en Cristo, pudo decirnos:"y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí." (Gál 2, 20)

¿Cuál es la clave para la conversión de Pablo? La clave es la experiencia del Encuentro con Cristo en el Camino de Damasco y su Bautismo en Cristo. Entró en la Pascua de Cristo, en la Nueva Alianza (Hch 9, 1s; Rm 6, 4ss; 2 Cor 5.17; Gál 3, 26) Por eso Pablo puede decir que él es el predicador de Jesús, por amor (2 Cor 4, 5) Para Pablo la conversión la puede expresar con tres palabras: “Revístanse de Cristo” y otras tres palabras nos dice el cómo: “Despójense del hombre viejo ”(Ef 4, 23-24) O como lo dice en la carta a los romanos: "Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz." (Rm 13, 12)

Para luego decirnos: “Fortaleceos con la energía de su poder para que podáis resistir en día malo” (Ef 6, 10) Y puedan crecer en el conocimiento de Dios (Ef 4, 13) En la carta a los Tesalonicenses nos entrega el camino y el proceso a seguir:  "Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. No extingáis el Espíritu; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de todo género de mal. Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama y es él quien lo hará." (1 Ts 5, 16. 24)

Las armas favoritas del Apóstol fueron la Palabra de Dios, la Oración y los Sacramentos (Hch 7, 20; 1 de Cor 11, 25ss; Rm 6, 4- 10) Podemos afirmar que los amores de Pablo fueron Jesús, la Palabra, la Oración, la Iglesia y el servicio a Cristo y a la Iglesia a quienes amó y se entregó por ellos. A su discípulo Timoteo le dice:

 "Tú, pues, hijo mío, manténte fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros. Soporta las fatigas conmigo, como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado. Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento. Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos. Entiende lo que quiero decirte, pues el Señor te dará la inteligencia de todo." (2 Tim 2, 1-7)

Para el Apóstol la Palabra de Dios es poderosa y sanadora. Tiene poder para destruir y para construir. La fe nace de su escucha (Rm 10, 17), nos puede llevar a la salvación y a la perfección cristiana (2 de Tim 3, 14-16)

"Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, para que tanto si voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os mantenéis firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del Evangelio," (Flp 1, 27) y a los romanos les dice y hoy a nosotros: "Me debo a los griegos y a los barbaros; a los sabios y a los ignorantes: de ahí mi ansia por llevaros el Evangelio también a vosotros, habitantes de Roma. Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego." (Rm 1, 14- 16)


Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad del Padre. (Ef 1, 1)

1 comentario:

  1. Señor dame un vestido nuevo y permite que en las pruebas te ame cada día más
    Saludos Padre Uriel, bendiciones

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