YO SOY LA VERDADERA VID Y MI PADRE ES EL VIÑADOR.

 

YO SOY LA VERDADERA VID Y MI PADRE ES EL VIÑADOR.



«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis. (Mt 7, 15- 20)-

 

¿Cuál es el árbol que da frutos buenos?

Es aquel o aquella que ha sido justificado por la fe de Jesucristo. “Bendito sea aquel que fía en Yahveh, pues no defraudará Yahveh su confianza. Es el que ha creado en la persona de Jesús: “Es como árbol plantado a las orillas del agua, que a la orilla de la corriente echa sus raíces. No temerá cuando viene el calor, y estará su follaje frondoso; en año de sequía no se inquieta ni se retrae de dar fruto.” (Jer 17, 7- 8)- El fruto de la fe es el amor, padre de todas las virtudes cristinas.

 

El Mensaje del Evangelio.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.


Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten, así como discípulos míos''.
Juan 15, 1-8

 

Yo soy la Vid, mi Padre es el Viñador y ustedes son las Ramas. El hombre justificado está incorporado al Árbol bueno” por el bautismo. (Gál 3, 26)- El árbol bueno, es el árbol de la vida que está en el Paraíso de Dios; está sentado a la Mesa del Señor comiendo el alimento que da Vida eterna.  (Apoc 2, 7; 1 de Cor 10, 21)- El alimento es la Palabra, la Eucaristía y la Caridad, el alimento es Cristo Jesús. Lo que pide tener una fe sincera y un corazón limpio para nazca y crezca la Caridad desde dentro, desde donde está Cristo. (Ef 3, 17)-

 

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes.

La Palabra de Dios escuchada y obedecida nos lava, nos limpia y nos purifica: nos lleva a la salvación por la fe y a la perfección cristiana por las buenas obras (2 Tim 3, 14. 17)-

 

¿Cómo podemos permanecer en Cristo, es decir en Dios? Podemos hacerlo de varias maneras, la primera es permanecer en su Palabra; es decir vivir en el Evangelio de Dios; vivir en Amistad con el Señor, es decir vivir en Gracia de Dios para estar siempre en comunión con Dios en Cristo Jesús; dejarnos conducir por el Espíritu Santo que nos lleva a los terrenos del Hombre Nuevo y cultivando las Virtudes cristianas; en vigilancia y oración para no caer en tentaciones (Mt 26, 41)- “Porque el Reino de Dios está en tensión y es de los que lo arrebatan.” (Mt 11, 12)- Siguiendo al Señor Jesús, en estado de conversión. (Luc 9, 23)-

 

El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

El fruto de la fe es el Amor, padre de todas las Virtudes. El fruto es el hombre nuevo, amigo de Jesús que guarda los Mandamientos y guarda su Palabra (Jn 14, 21.23)- El fruto es hacerse discípulo y servidor de Cristo. A ese lo poda, pues Dios al que ama lo reprende y lo corrige (Apoc 3, 19)- La poda duele, pero es necesaria para que la viña no se convierta en monte. Frutos de la poda es la humildad, la paciencia, la confianza, la esperanza y la misericordia (Eclo. 2, 1- 5)-

La poda tiene como finalidad bajarnos del caballo como a Saulo; bajarnos del Árbol de grandeza como a Zaqueo para que le abramos las puertas del corazón al Señor Jesús, y no hagamos de él un parche (Mc 2, 21)- Lo sigamos por lo que él es, y no por lo que él da o tiene; la poda es quitarnos de la mente y del corazón los ídolos para no desviarnos hacia la idolatría; ídolo es todo aquello que ocupa nuestro corazón en lugar de Cristo. Después de la poda vienen los frutos jugosos y sabrosos.

La parábola del Viñador llevó a un teólogo llamado Bernard Haring a decir que el Troco del árbol es la Opción Fundamental por Cristo. Lo que equivale a tomar la firme determinación de obedecer la Palabra de Dios; las ramas son las actitudes que vienen del Tronco, es decir de Cristo; los frutos son las acciones que si vienen de las actitudes cristianas serán buenas. La raíz del Tronco es el Padre y el Espíritu Santo es la sabia que va de la raíz al tronco y a las ramas- Así entendemos las palabras de Jesús: Solamente unidos a mí podéis dar fruto, sin mí no podéis hacer nada- Y al que no da fruto, es cortado y echado fuera, y al fuego.

 

Lo anterior lo dice el apóstol san Juan con otras palabras: Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Apoc 3, 15- 16)-  


El apóstol san Pablo nos dice: No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe. (Gál 6, 7- 10)-

 

 



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