EL PARACLITO PROMETIDO POR JESUS ES EL ESPÍRITU SANTO.

 


«Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro. (Mt 12, 31- 32)-

Para comprender cual es el pecado contra el Espíritu Santo hemos primero de saber cual es la Obra del Espíritu Santo. Su Obra es hacer que el mundo crea en Jesús, para que creyendo se salve. Ahora podemos decir que el pecado contra el Espíritu Santo es no creer en Jesús, rechazar su Palabra y su Obra. Como lo hicieron los fariseos: “Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: «Este no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios.” (Mt 12, 24)- Todo lo que Jesús dijo e hizo fue por obra del Espíritu; desde su misma Concepción, su bautismo, su desierto, su predicación su muerte y resurrección. (Lc 1, 38; Lc 3, 22; Lc 4, 1- 2; Lc 4, 18- 21; Hb 9, 14)-

 

La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo (cf. Jn 16, 14-15). El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es "el Señor que da la vida", haciendo que ella conciba al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya. (Catic 485)- Cristo significa el ungido con el Espíritu Santo.  Por tanto, toda la vida de Jesucristo manifestará "cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38). En su Obra redentora de Jesús estuvo presente el “Señor y dador de vida.”

Jesús resucitado dio el Espíritu Santo a los Apóstoles, El Paráclito. (Jn 20, 22) y bautizó a la Iglesia con el Espíritu de Dios para que la Iglesia pudiera continuar en la Historia la Obra de Jesús- El Espíritu Santo es entonces el “Alma de la Iglesia” que la conduce, la libera, reconcilia la salva y la santifica, pues actualiza en la Iglesia la obra redentora de Cristo. “Os he dicho todo esto mientras estoy con vosotros; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recordéis lo que yo os he enseñado y os lo explicará todo” ( Jn14, 25)-

 

El Paráclito fue enviado después de que Jesús murió, resucitó y fue glorificado a la derecha del Padre.  Según lo había dicho el Apóstol san Juan: El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado. (Juan 7, 37- 39)-

¿A qué viene el Paráclito, el Espírito Santo?

 

Vine actualizar la Obra redentora de Cristo; viene a enseñar la “Enseñanza de Jesús”; viene a recordamos sus Palabras; a llevarnos a la Verdad plena; viene a mostrar a los hombres la acción de Dios en Jesús; viene como Luz a mostrar al mundo el pecado. El juicio y el camino de la rectitud; viene a llevarnos al conocimiento existencial de Cristo; viene a llevarnos a la santidad y a la libertad de los hijos de Dios. (Juan 16, 8- 13; Gál 5, 1. 13)-  

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y lo referente al juicio.  (Jn 16, 8. 9)- Al pecado porque todos somos pecadores y hemos pecado, al juicio porque Cristo desde la Cruz echa fuera a Satanás y muere para el perdón de nuestros pecados. La justicia manifestada en Cristo Jesús que resucita para sacarnos del pozo de la muerte para llevarnos al Reino de la Luz (Col 1, 13- 14)- Y el Paráclito nos conducirá a los terrenos del Hombre Nuevo: La Justicia y la Santidad, a la Bondad, a la Verdad y a la Justicia; a la Humildad y a la Mansedumbre. (Ef 4, 23; Ef 5, 9; Col 3, 12)-

 

“Tendría que deciros muchas más cosas, pero no podríais comprenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, el Paráclito, os iluminará para que podáis entender la verdad completa” (Jn16, 13). Jesús es la es la Verdad, y la Verdad plena es Jesús crucificado, resucitado y glorificado. Este es el Camino que pasa por la cruz para resucitar con Cristo y ascender con el al cielo, Camino que pide revestirnos de Cristo mediante la práctica de las Virtudes, para fortalecernos con el poder de Dios manifestado en Jesús, el Cristo, y ahora en sus discípulos (cfr Ef 6, 10)-

 

Jesús crucificado, resucitado y glorificado es Aquel que recibió el Espíritu Santo sin medida, y ahora lo da al que crea en él y lo obedezca. Isaías 4:4: "El Señor lavará la impureza de las mujeres de Sión; Él limpiará las manchas de sangre de Jerusalén con espíritu de juicio y espíritu de fuego." (Is 4, 4)- Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. (Mt 3, 11)- La profecía de Isaías se cumple en el Señor Jesús.

 

La clave del cristianismo es creer en Jesús para apropiarse de los frutos de la redención, abriéndose a la Voluntad de Dios para que el Espíritu Santo, el hombre redimido en Cristo lo ame, lo sirva y lo siga.  Y tenga como lema para su vida el Mandamiento Regio: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.» (Jn 13, 34- 35)-

Lo anterior es posible si somos dóciles a las mociones del Paráclito y nos dejamos conducir por él. Cristiano es el que es portador del Amor de Dios; camina en la Verdad que nos hace libres; y camina revistiéndose de Vida, es decir, de Jesucristo (Rm 13, 14)-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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