BERNABÉ EL DESCUBRIDOS DE SAULO DE TARSO PARA SER
EL MISIONERO DE CRISTO.
En aquellos días, algunos de los que se habían
dispersado, huyendo de la persecución desatada después de la muerte de Esteban,
llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía; pero predicaban el Evangelio
solamente a los judíos. Sin embargo, hubo entre ellos algunos chipriotas y
cirenenses, que, al llegar a Antioquía, comenzaron a dirigirse también a los
griegos y a predicarles el Evangelio del Señor Jesús. Y como la mano del Señor
estaba con ellos, muchos se convirtieron y abrazaron la fe. (Hechos
11, 19-26)-
Y como la mano del Señor estaba
con ellos, muchos se convirtieron y abrazaron la fe.
Nadie puede venir a mí si mi padre no lo atrae” Porque
la fe es un don de Dios a los hombres. Él a todos la ofrece, pero no todos la
aceptan. La fe viene de lo que se escucha, la Palabra de Dios que Jesús entregó
a sus discípulos a los que llamó Apóstoles. La Iglesia es Apostólica porque recibió
su enseñanza de los Apóstoles. La fe entonces no es un sentimiento, no nace de uno
mismo, no es una impresión, no es una ideología, no es una teoría. Es un don de
Dios, es una vida, es un poder que actúa en nuestro corazón.
La Palabra al ser escuchada y creída, nos deja
embarazados de vida, de amor, de verdad; de vida espiritual. Embarazo que nos lleva
a nacer de Dios, al Nuevo Nacimiento (Jn 1, 11- 12)- La fe nace, crece y madura
y nos hace vivir de encuentros con el Señor. Nos hace salir del hombre viejo,
del pecado, y nos lleva a unirnos al Hombre Nuevo, Jesucristo y revestirnos de
santidad y justicia. (Ef 4, 23. 24)- Los lugares para encontrarnos con el
Señor, son los mismos medios para purificar la fe y llevarla a un crecimiento
integral.
Los medios son la Palabra de Dios, la Oración, la
Liturgia, los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía; la práctica
de a Caridad y el Apostolado para edificar la Comunidad fraterna, solidaria y
servicial. Comunidad en la que todos estamos llamados a servir y a trabajar.
Bernabé fue enviado a Antioquía a ver si la fe era sincera y
auténtica,
Bernabé era
un hombre de Dios; un discípulo de Cristo, un hombre de fe y lleno de Espíritu
Santo, por eso su alegría al ver la acción de Dios en la Comunidad, los exhorta
a los fieles cristianos a permanecer fieles a Cristo, a su Mensaje y a su Obra;
no divide, ni confunde, ni sofoca, anima a seguir a Cristo y a ser dóciles al
Espíritu Santo.
“Cuando llegaron estas noticias a la comunidad
cristiana de Jerusalén, Bernabé fue enviado a Antioquía. Llegó Bernabé, y
viendo la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho; y como era hombre
bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe, exhortó a todos a que, firmes en su
propósito, permanecieran fieles al Señor. Así se ganó para el Señor una gran
muchedumbre.” (Hechos 11, 19-26)-
Bernabé es el descubridor de Pablo que tenía ya tiempo viendo
en su casa.
Lo busca, lo encuentra y forma con Pablo la pareja misionera
más trabajadora del Nuevo Testamento. Su trabajo era evangelizar a la gente,
judíos y gentiles. Evangelizar es sembrar y cultivar la fe en el corazón de
hombres y mujeres, adultos, jóvenes y niños,
Entonces Bernabé partió hacia Tarso, en busca de Saulo;
y cuando lo encontró, lo llevó consigo a Antioquía. Ambos vivieron durante todo
un año en esa comunidad y enseñaron a mucha gente. Allí, en Antioquía, fue
donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de “cristianos”. (Hechos 11, 25-26)-
Por primera vez los discípulos recibieron el nombre de
“cristianos”.
“Cristianos” porque creen, confían, obedecen, aman, y
siguen a Cristo. Cristo en griego significa para los judíos “Mesías” y en
español es “Ungido”, por Dios con Espíritu Santo para actualizar la Obra de Cristo
en nuestra vida: Jesús y el Espíritu Santo son las manos de Dios para realizar
y actualizar su Obra.
Años más tarde, también en Antioquia comienzan llamar a
los cristianos “católicos”, hacia el año 80. Lo hacían como burla, porque enseñaban
y predicaban que Dios “Ama a todos”; Cristo vino y murió por todos; todos los
hombres son llamados a la salvación, por burla los llaman los “universales” o “Universalistas”
es decir “católicos.” Así se le queda a la Iglesia: La Iglesia católica. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. (1 de Tim
2. 3- 4)-
Por la fe trasmitida por los Apóstoles que habían
recibido su enseñanza de Jesús somos la Iglesia, que tiene como Pastor desde el
cielo a Cristo que primero fue Cordero. El cielo es donde está Cristo, si él vive
en nuestros corazones, nuestro corazón es un rinconcito del cielo. Y Jesús
resucitado es nuestro Salvador, nuestro Maestro y Señor, es nuestro Pastor y
nuestro Rey. No desde fuera, sino desde dentro, desde nuestro interior, nos
libera, nos reconcilia, nos salva y nos santifica.
La fe sincera pide bajar los conocimientos que tengamos
de Cristo, de la cabeza al corazón. Para que la fe se haga Caridad y entonces
podemos amar Jesús, su Palabra, su Mensaje y su Obra. Para que lo podamos
servir con amor, con libertad y con fidelidad en el Espíritu Santo.
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