LA FAMILIA EN CRISTO ES UNA IGLESIA DOMESTICA Y SINODAL

 


LA FAMILIA EN CRISTO ES UNA IGLESIA DOMESTICA Y SINODAL

 En aquel día, dijo el Señor Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude". Entonces el Señor Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser viviente tuviera el nombre puesto por Adán. Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún ser semejante a Adán para ayudarlo. Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer. Se la llevó al hombre y éste exclamó: "Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque ha sido formada del hombre". Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola cosa. Por entonces los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza por ello. (Gn 2, 18-25)

 

La mujer es la ayuda adecuada para el hombre, y ésta es la ayuda adecuada para la mujer. Los dos la ayuda adecuada para sus hijos, estos son la ayuda adecuada para sus padres. El hermano es la ayuda adecuada para sus hermanos, y éstos son la ayuda adecuada para sus hermanos. Dios puso frente al hombre todas las bestias del campo para que les pusiera nombre, es decir le da autoridad, sobre todos los animales. Poner el nombre es dar autoridad.

Luego hace caer al hombre en un profundo sueño, y como si fuera un cirujano, le extrae una costilla y hace de ella a la mujer. No lo saca de la cabeza ni de los pies, la saca de la costilla para darnos una enseñanza. Hombre y Mujer son iguales en dignidad, tan valioso es él como ella. Siglos más tarde, Dios les da el Mandamiento Familiar: “Honra a tu padre  ya tu madre” Qué los esposos se honren mutuamente y que los hermanos se honren mutuamente y que los padres honren a sus hijos. Dios creó a la Familia para caminar juntos, trabajar juntos, dialogar y orar juntos, por naturaleza somos seres sinodales.

El hombre al despertar del sueño, ve a su mujer, la admira, la quiere y la ama, y dice: "Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque ha sido formada del hombre". “Como si le dijera: esta es de mi misma naturaleza, esta es mi prójima.” Estaban desnudos, pero no había malicia. No se miraban con los ojos de la carne.

La “Inversión de valores llegará después. Cuando llegue el engaño, la parálisis y la frustración, entonces aparecerá el Vacío existencial, y entonces los animales y las cosas serán puestos por encima del hombre y éste será reducido a cosa o a un instrumento de placer, y la mujer será puesto como instrumento de placer para el hombre, y este como instrumento de trabajo para la mujer o para los otros. Entonces aparecerá entre los hombres el aburrimiento, la agresividad, el aislamiento y la pérdida del sentido de la vida. Los pueblos por eso se dividirán entre pobres y ricos, entre los que pueden, tienen y hacen y los que no pueden, tienen o hacen. Rompen la sinodalidad para la cual fueron creados.

La familia es sagrada, es Iglesia doméstica. Dios puso los Mandamientos para defenderla y protegerla. El sexto Mandamiento, “No cometerás adulterio.” El adulterio es un pecado tan grave que podemos encerrarlo de tres en uno: Es un crimen porque mata el amor y mata la familia. Es un sacrilegio porque profana lo que es sagrado, la familia. Y es un fraude porque andas agarrando lo que no es tuyo, lo que es ajeno. La mujer ajena tiene dueño, respétala, lo mismo, el hombre ajeno que tiene dueña, es ajeno. (Séptimo Mandamiento) Jesús rotundamente se opuso contra el adulterio y contra el divorcio. "y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.»"(Mt 19, 5- 6)

El Mensaje evangélico:

En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies. Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija, él le respondió: "Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". La mujer le replicó: "Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños". Entonces Jesús le contestó: "Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija". Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella. (Mc 7, 24-30)

 

De acuerdo al mensaje evangélico Jesús se fue de la región de Judea, Samaría y Galilea a la región de Tiro y de Sidón. Fue a conocer la cultura pagana o se fue de vacaciones por un fin de semana. Quería pasar inadvertido, no era fácil el grupo de trece, era visto y ya era conocido, su fama se había extendido hasta las tierras lejanas. El profeta de Nazaret era conocido en las tierras paganas. Una mujer, siria Fenicia y pagana, oyó hablar de Jesús. La mujer tenía una hija poseída por un espíritu impuro. Buscó a Jesús, lo encuentra y se postró a los pies de Jesús. Son los tres movimientos de la fe: ir a Jesús, postrarse ante él y manifestarle su verdad. “Mi hija está enferma, sánala.”

Jesús hizo muchos milagros que son manifestaciones que el Reino de Dios ha llegado y que el reinado del mal, ha llegado a su término. Sus milagros son también un símbolo, contienen una enseñanza. Este milagro de la mujer Fenicia y pagana tiene una enseñanza muy grande: “Que los gentiles y los paganos también serán llamados a la salvación y se sentarán a la Mesa con el padre celestial.” La mujer le rogaba, es decir, se lo repetía, muchas veces, Jesús quería ponerla a prueba: "Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". Los judíos, con odio, le llaman a los gentiles: Perros. Jesús le habla con cariño. Les dice: “Perritos”. La mujer no se enoja, usa su arma favorita: la humildad, y le responde a Jesus: "Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños".

La humildad de la mujer, es decir, su fe, desarma al Maestro de Nazaret que admirado le dice: "Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija." No era el momento para hacer milagros en favor de los paganos, la mujer con su humildad, hizo que Jesús se adelantara y les sacara un milagro a favor de la mujer pagana. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.

 

El demonio impuro era espíritu de soberbia, la madre de la niña con el espíritu de humildad lo sacó fuera y lejos. ¿Cómo podemos sacar nosotros nuestros demonios? Con la Palabra de Dios, escuchada y obedecida, puesta en práctica y con la Oración íntima, cálida y extensa podemos expulsar nuestros demonios. Pablo nos lo recuerda:

 

"Pero no es éste el Cristo que vosotros habéis aprendido, si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad."(Ef 4, 20- 24) El hombre viejo es el padre del Ego, y éste es el padre de todos los vicios. El Hombre nuevo es el padre del Amor, padre y madre de todas las virtudes. El hombre de fe alimenta el Amor para echar fuera a todos los vicios, los del cuerpo y los del alma.

 

"Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes." (Ef 6, 10- 13) El “Vacío existencial se llena con Amor, con la Palabra de Dios y la oración. A sí lo dice Pablo:

 

"Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor." (Ef 6, 1- 4) La felicidad brota, nace y crece en la escucha y obediencia de la Palabra de Dios: "Pero él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»" (Lc 11, 28) "Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen.»"(Lc 8, 21)



 

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