Y EL AMOR A JESÚS
SE CONVIERTE EN UN SEGUIMIENTO A JESÚS.
"Consolad,
consolad a mi pueblo - dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén y
decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa,
pues ha recibido de mano de Yahveh castigo doble por todos sus pecados. 3.Una
voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada
recta a nuestro Dios. Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro
rebajado; vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie. Se revelará la
gloria de Yahveh, y toda criatura a una la verá. Pues la boca de Yahveh ha
hablado.» Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de gritar?» - «Toda carne es
hierba y todo su esplendor como flor del campo. La flor se marchita, se seca la
hierba, en cuanto le dé el viento de Yahveh (pues, cierto, hierba es el
pueblo). La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios
permanece por siempre. (Is 40, 1- 8)
El
profeta Isaías entona un canto de victoria, se han terminado los días del
Exilio, el pueblo ha pagado su doble pecado que consiste en abandonar a Dios
para caer en la idolatría (Cf Jer 2, 13) El Exilio es tierra de servidumbre, de
esclavitud, el pueblo no tenía Templo, ni sacrificio, ni sacerdotes, ni patria,
todo era caos y tristeza. Pero Dios no abandona a su pueblo y deja oír su voz. “Consolad,
consolad a mi pueblo.” El castigo es levantado, escuchen mi voz, levántense,
salgan fuera y póngase en camino de Éxodo. ¿Hacia dónde va el Pueblo de Dios? Hacía
su Patria, hacia Jerusalén para reconstruirla y reconstruir el Templo que
estaba en ruinas.
Grita,
¿Qué debo gritar? «Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del
campo. La flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de
Yahveh (pues, cierto, hierba es el pueblo). La hierba se seca, la flor se
marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre. La fama, el
prestigio, la riqueza el poder, los placeres, todo se acaba. Hombres y mujeres
que eran muy ricos, famosos, mujeres bellísimas que salían a diario en los
noticieros, hoy día nadie los recuerda. Lo único que vive y permanece para
siempre es la Palabra de Dios que se cree y se pone en práctica, estos creyentes
viven para siempre.
Súbete
a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz poderosa, alegre
mensajero para Jerusalén, clama sin miedo. Di a las ciudades de Judá: «Ahí está
vuestro Dios.» 10.Ahí viene el Señor Yahveh con poder, y su brazo lo sojuzga
todo. Ved que su salario le acompaña, y su paga le precede. 11.Como pastor
pastorea su rebaño: recoge en brazos los corderitos, en el seno los lleva, y
trata con cuidado a las paridas. (Is 40 9- 11)
No
tengan miedo volver al desierto, tierra inhabitable e inhóspita, que el poder
de Dios lo convertirá en jardín y en bosque. Hará que salgan de la estepa
manantiales de agua y pasto para sus ganados. “Grita mensajero que le preparen
un camino al Señor” que rebajen los montes altos y rellenen los valles para que
pase mi pueblo conducido por el Señor. Prepararse es el conviértanse de Juan el
Bautista y del mismo Jesús para entrar al Reino de Dios. Reino de amor, de paz y de justicia.
Los
que escuchan la Voz del Señor, se levantan, salen fuera y se ponen en camino de
Éxodo podrán ver las Manifestaciones y Maravillas del Señor: La liberación de
su Pueblo, la Reconciliación con Dios y con el pueblo, serán una nueva Creación
y serán promovidos. “Donde abundó el pecado sobre abundará la Gracia de Dios
(Rm 5, 20) Pasarán de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad, de
las tinieblas a la Luz (Cf Col 1, 13- 14) Todo es gracias a la Fe de Jesucristo
que nos justifica: Nos trae el perdón de los pecados y el don del Espíritu
Santo (Rm 5, 1; Ga 2, 16)
Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a
reposar —oráculo del Señor—. Buscaré las ovejas perdidas, recogeré las
descarriadas; vendaré a las heridas, curaré a las enfermas; cuidaré de las
fuertes y robustas, y las apacentaré como es debido. (Ez 34, 15-16)
La Fe es vida, es poder, es energía, es el don de Dios a los hombres para que creyendo se salven (cf Mc 16, 16) La fe es un Alguien, es una persona llamada Jesús, el Hijo de Dios que se hizo hombre para darnos “Vida eterna en abundancia” (Jn 10, 10) Vino a traernos a Dios, al Espíritu Santo, vino a traernos la Gracia de Dios (cf Rm 1-5) Escuchemos su Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde
una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la
que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por
ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el
Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños”. Mt 18,
12-14
Jesús es el
Buen Pastor que se hizo hombre para venir a buscar a una Humanidad perdida y al
margen del camino, la busca hasta encontrarla. La busca en los lugares inhóspitos,
en la basura del pecado en la que hombre se había metido buscando ser feliz. Todo
hombre es un buscador. ¿Qué busca? Busca razones para sentirse feliz. Busca la
felicidad en el poder, en el placer, en el dinero, en la fama y en el prestigio.
No sabe que lo busca, en el fondo es al mismo Dios. Jeremías nos dice: “Si
buscan a Dios de todo corazón, él se dejará encontrar por ustedes (Jer 29, 23)
Como el hombre en su búsqueda hace de su vida un caos, un vacío, (Gn 1, 1) es
Dios quien también lo busca, y lo busca hasta encontrarlo.
¿Qué
significa dejarse encontrar por Dios? Hay una promesa para los que se dejan
encontrar: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él
conmigo." (Apoc 3, 20) ¿Qué nos dice el Señor? "«Venid a mí
todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad
sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga
ligera.»" (Mt 11, 28- 30) Con otras palabras nos die: “Andas
equivocado, vuélvete al camino que te lleva a la casa de mi Padre. Ese Camino
soy Yo. (Jn 14, 6)
Dejarse encontrar
significa, primero, reconocer que no soy feliz, lo tengo todo o casi todo, pero
no soy feliz. En segundo lugar significa el reconocer que he errado en el
blanco, pequé. Yo soy responsable de mi culpa. No culpo a otros. En tercer
lugar significa que estoy necesitado de ayuda. Esta ayuda es Cristo Jesús. En
cuarto lugar es abrirle mi corazón para que él entre en mi vida y yo entre en la
vida de él y hagamos una alianza de amistad, compartiendo el mismo yugo para
caminar juntos, trabajar juntos y servir juntos. Al que se deja encontrar por
Jesús, él nos levanta nos pone sobre sus hombros y nos lleva al redil, a la
Comunidad para delante de todos sanar y vendar nuestras heridas para que aprendan
la pedagogía de Jesús para sanar y encontrar el sentido de la vida: El amor y
el servicio.
La experiencia del Encuentro con
Jesús es inolvidable. Deja en nosotros huella. Nos promueve de grandes
pecadores en hijos de Dios en hermanos de los demás y en servidores de ellos.
La experiencia es el Motor de la vida nueva. Es renovar los dones recibidos
desde siempre y que se habían perdido por el pecado. Experiencia que es fuente
del Amor a Jesucristo, amor a la Palabra de Dios, amor a la oración y amor a
todo lo que Jesús ama. El que ama a Jesús guarda su Palabra y sus Mandamientos
y práctica la Gracia de Dios en el cultivo de las Virtudes (Jn 14, 21. 23; Ef
4, 13)
Pero ese amor a Jesus no termina
en el romance, sino que el Espíritu Santo hace nacer en el corazón del amante
el deseo de servir a Jesús y en él a los hombres.(Flp 2, 13) Y el amor a Jesús
se convierte en un seguimiento a Jesús. Acepta seguir a Cristo bajo las
condiciones del Maestro: "Decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada
día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien
pierda su vida por mí, ése la salvará."(Lc 9, 23- 24) El amor y el
seguir a Jesús es lo que Pablo llama la locura de la cruz (1 de Cor 1, 18) Sin
amor no hay cruz y sin cruz no hay amor. Por5 eso Jesús dijo a sus discípulos:
"La gloria
de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos. Como el Padre
me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis
mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que
mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento
mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor
amor que el que da su vida por sus amigos"(Jn 15, 8- 13)
Dios hace en
Cristo por la acción del Espíritu Santo un Pueblo nuevo y santo: "Pero vosotros sois linaje elegido,
sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de
Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz, vosotros que en un
tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes no
se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos."(1 de Pe 2, 9-10)
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