JESUCRISTO ES LA VIDA ETERNA QUE DIOS NOS HA ENTREGADO.

 


JESUCRISTO ES LA VIDA ETERNA QUE DIOS NOS HA ENTREGADO.

Aleluya, aleluya. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. (Jn 3, 16)

"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios''. (Jn 3, 16-21)

La única razón por la que el Padre envió a su Hijo a los hombres a toda la Humanidad, sin acepción de personas es por Amor. Cristo vino por todos y murió y resucitó por todos. La pregunta del siglo: ¿Todos se van a salvar? Dios ha dado libe albedrío a toda persona que tiene conciencia, el hombre decide creer o no creer, decide salvarse o perderse. Porque el Hijo de Dios no ha venido a juzgar ni a condenar sino a liberar, reconciliar, salvar y ha venido a traernos Dios.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. (Jn 1, 11- 13) ¿Por qué lo rechazaron? Vino a traerles amor y los amó, lo rechazaron y lo mataron porque sus palabras los cuestionaba, los desenmascaraba y contradecía sus estilos de vida: rigoristas, legalistas y perfeccionistas. Sus obras eran malas y vacías de un verdadero contenido, el amor.  

La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Jesús nos dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»(J 8, 12) Jesús es la Luz y es la Vida por eso nos dice: “Vengo para que tengan vida y la tengan en abundancia. Jesús viene a traernos a Dios que es Vida y es Luz, tal como lo dice en el prólogo de san Juan:

“En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.” (Jn 1- 5) “La Palabra se hizo hombre y puso su Morada entre nosotros” (Jn 1, 14) Dios se hizo hombre para liberarnos y sacarnos del pozo de la muerte y llevarnos al Reino de la Luz (Col 1,13- 14) La Palabra de Jesús es portadora de Luz y la engendra en el corazón de los creen y la obedecen (cf Rm 10, 17) Así lo dice san Pedro:

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento." (1 de Pe 3- 5)

Todo aquel que hace el mal, aborrece la Luz y no se acerca a Ella, para que sus obras no se descubran La Palabra de san Juan es actual hoy, como ayer y mañana. Muchos no se acercan a la Luz para que no se descubra la maldad de sus acciones. Otros en cambio desde dentro de  la Iglesia quieren cambiar la Moral de la Biblia. Jesús defendió la Moral de los Mandamientos y la superó, al oponerse rotundamente contra el divorcio, el aborto, el adulterio, el crimen, el fraude, etc. (Mt 5, 21ss) Y les dijo a sus discípulos: «Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. (Mt 5, 20) Los fariseos eran muy religiosos, pero no tenían misericordia. Por eso Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto. (Mt 23, 3- 5) Sus obras son malas, pero rechazaron a Jesús y lo mataron.

Hoy muchos son los católicos que quieren cambiar la Moral de la Biblia, diciendo que es inadaptada, inadecuada, fuera de Moda. Jesús no fue a ninguna Universidad, fue un aldeano, un hombre de pueblo, su enseñanza ya no nos dice algo que nos interese y nos llene, cambiemos por algo nuevo y moderno. De Pablo dicen que fueron puras opiniones, no son palabras de Dios. Estos católicos apoyan todas las ideologías que van apareciendo en la calle. Pablo se defiende al decirnos: “De ahí que también por nuestra parte no cesemos de dar gracias a Dios porque, al recibir la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.” (1 de Ts 2, 13)

En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. El que tiene una fe sincera, un corazón limpio y una recta intensión. No huye, se acerca a la Luz, al Culto, a la Comunidad, se sabe pecador, pero, ante el Padre tiene un Abogado que lo defiende y lo perdona, Jesucristo (1 de Jn 2, 1-2) Se sabe que es Luz y no la esconde debajo del tapete, no se avergüenza de ser de Cristo, ama y da testimonio de obra y de palabra. Es un cristiano, portador del amor que lo irradia en medio de sus debilidades. La Palabra de Dios, los Sacramentos, la Oración y las Obras de Misericordia son sus fuentes de donde come y bebe para fortalecer su fe.

Recordemos las Palabras de Jesús: «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro. (Mt 12, 30- 32) La Obra del Espíritu Santo es hacer que el Mundo crea en Jesús, para que creyendo se salve, y la Palabra nos dice: “Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos.” (Hch4, 12) Si rechazamos a Cristo y a su Mensaje, ¿Quién nos va salvar? ¿A quién vamos a ir?

 



 

 

 

 

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