VOLVER AL PARAÍSO DE CRISTO PARA COMER DEL ÁRBOL DE LA VIDA.

 


VOLVER AL PARAÍSO DE CRISTO PARA COMER DEL ÁRBOL DE LA VIDA.

Después de haber creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Dios es el Creador del hombre. Hizo barro del polvo de la tierra y sopló sobre sus narices y apareció un ser humano con inteligencia, voluntad, corazón, con sentimientos y con emociones. Lo puso en el paraíso que es figura de la armonía, de la paz, de la amistad con Dios, con los demás y consigo mismo, luego le da su primer mandato: Trabaja y protege, hasta el mejor jardín necesita de un jardinero, el hombre. Para darles dar les su segundo mandato: “Podrá comer de todos los árboles del paraíso, menos del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque si comes morirás” (Gén 2, 15- 17) La desobediencia es el pecado que lleva a la muerte (cf Rm 6, 23)


Todo estaba en paz y en armonía, pero de repente llega el Tentador para tentar al Eva y después Adán: La serpiente era el más astuto de los animales del campo que había creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: La mujer respondió: "Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: 'No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir' ". La serpiente replicó a la mujer: "De ningún modo. No morirán. Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal". La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se las ciñeron para cubrirse. (Gn 2, 7-9; 3, 1-7)

El tentador es un mentiroso y padre de toda mentira. Por envidia engaño a nuestros padres que comieron del árbol de la ciencia del árbol de la ciencia del bien y del mal. La mentira: "¿Es cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?" Dios los está engañando, él sabe que el día que lo coman serán como dioses, poderosos, sabios, y podrán saber distinguir entre el bien y el mal. El espíritu de soberbia entró en la mujer y comió de la fruta que aparecía apetitosa: ser grandes como Dios, luego le pasa a su marido y también como y entró la muerte. Que pasó a todos los hombres, menos a Jesús y a su Madre. Por el pecado de uno entró la muerte a todos. “Todos pecaron y está privados de la Gracia de Dios (Rm 3, 21- 23)

Pero Dios envió a su Hijo, nacido de mujer para que liberar a los hombres de la esclavitud de pecado y de la muerte (Gál 4, 4: Col 1, 13) "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna."(Jn. 3, 16) El que crea y se bautice se le quita el pecado original (Mc 16, 16) Pero queda dañado en sus concupiscencias, es pecador. Pecado redimido pude vencer al mal y puede hacer el bien, hace lo que decide hacer.

Pablo nos dice que por el pecado de Adán entró la muerte a todos los hombres, pero con el pecado de Uno, entró la vida, el amor, la paz y la santidad. Este es Jesús que nos dijo y nos dice: "El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." (Juan 10,10) ¡que hace para tener vida eterna? Creer en Jesús, escuchando su Palabra y poniéndola en práctica (Juan 6, 40)

Jesús es bautizado en el río Jordán, es Ungido con el Espíritu Santo para ser el Mesías de Dios. Después de su Bautismo es llevado al desierto por el Espíritu. El desierto geográfico es tierra estéril, infecunda, de día es muy caliente y de noche es muy fría, en él sólo hay animales ponzoñosos. El desierto con sentido teológico es el lugar de la victoria de Dios. Para la literatura rabínica, el desierto es el lugar donde habitan los demonios. Allá es llevado Jesús.

En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios". Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le contestó: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás". Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle. (Mt 4, 1-11)

Al final de sus cuarenta días de oración ayuno. Habrá una gran lucha entre demonios, tentador, el diablo y Satanás.  Todos hacen equipo. Diablo significa el que divide, Satanás el que pone obstáculos, y demonios los que perturban y entretienen, Tres tentaciones, tres rounds sin límite de tiempo. Se acerca el tentador, y le dice, te veo muy pálido y débil tienes hambre y le dice: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Jesús usando como arma favorita su Palabra: Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios". Es una tentación mundana y pagana aprópiate del poder que tienes en tu favor.

 Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna"."También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". Esta tentación es del Maligno que invita a Jesús a presumir que tiene a Dios por Padre, que lo cuida y lo protege para que nadie le haga daño. Jesús nuevamente recurre a su Arma Favorita la sagrada Escritura.

 Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás". Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle. Esta tentación es de la carne. Todos los reinos del mundo son para ti si te postras y me adoras. Todo, poder, dinero y placeres, mujeres bellas cuentas, bancarias, flotillas de camionetas y aviones blindados. Jesús responde con autoridad, recurre nuevamente a su Palabra poderosa y liberadora: “Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás” Jesús es el vencedor de los tres raunds, es el vencedor del Maligno, del Mundo y del Pecado de la cerne. Su arma favorita es sla Palabra de Dios que lo hace exclamar: “Mi alimento es la voluntad de mi Padre que está en los Cielos (Jn 4, 34)

De las tres tentaciones podemos encerrarlas en una sola que Satanás pone a Jesús como obstáculo para que se el Mesías de Dios,  sea un Mesías popular, triunfalista y victorioso y, famoso y rico. Jesús al salir victorioso se confirma como El Hijo de Dios, y como el Mesías, doliente, sufriente que acepta la voluntad de su Padre hasta la muerte.

Hablemos de demonios ¿Cuál son los demonios que pueden habitar en nosotros como nuestros huéspedes para engañarnos, confundirnos y dividirnos? Sólo con la Luz de la Palabra podemos descubrirlos y sólo con el poder de la fe podemos vencerlos para libres de ellos podemos con el amor de la fe conducir nuestra vidas siguiendo tras las huellas de Jesús que nos lleva al Paraíso, el lugar de la armonía, de la paz y del gozo del Espíritu.

 Lo primero es dejarnos llevar por el Espíritu al desierto para conocerlo y conocer cuál es la voluntad de Dios: nuestra liberación y nuestra salvación. Libre de todos nuestros demonios y  libres para hacer el bien, para amar. El primer demonio es el “individualismo” que nos encierra en nuestra propia concha para decir: Estando yo bien los demás me vale” No me preocupo por nada ni por nadie, mi fe es una fe muy cómoda. El segundo enemigo de la salvación es el demonio llamado “El conformismo” que consiste el vivir como viven los otros. Hago fiesta por que los otros lo hacen. Me emborracho y compro lujos por que otros lo hacen. Mi divorcio por los otros lo hacen. Aborto por que los demás lo hacen. El tercer enemigo es  “El totalitarismo” Que consiste en hacer lo que otros dicen. Otros piensan por mí, deciden por mí. Yo tan sólo soy copia y títere de los que imito y de los que obedezco. Ninguno de estos enemigos te realizan, todos y otros muchísimos más te deshumanizan y te despersonalizan. Como son el secularismo, que te aleja de lo sagrado, el ateísmo teórico o práctico, y las ideologías, que están tan de moda.

 Jesús nos dice: Conmigo contra mí, el que no  junta desparrama. (Mt 12, 30) Cristo o el Mundo, el Evangelio o las ideologías que contradicen el Evangelio de Cristo Jesús y el Plan de Dios. Con Cristo todo lo puedo. És mi luz, mi poder y mi amor puedo llegar a ser un regalo de Cristo para los demás.  

 

 

 

 

 

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