MARÍA ES LA MADRE DE EMMANUEL

 


María es la Madre de Emmanuel.

Mirad: la Virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel: «Dios-con-nosotros». Éste comerá requesón y miel, hasta que aprenda a rechazar el mal y a escoger el bien. ( Is 7, 14b-15) "Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: 23.Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.»" (Mt 1, 23)

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.(Lc 1, 39-45)

La Virgen está embarazada y será Madre siendo Virgen. Es portadora de la “Gracia de Dios.” Es portadora del Amor. Ha aceptado libremente a ser Madre del Unigénito de Dios y a la vez, Hija predilecta del Padre. En sus entrañas se mueve la “Caridad Pastoral” La disponibilidad de hacer la voluntad de Dios y la disponibilidad de salir de sí misma para ir a servir al prójimo. “Se encaminó presurosa” ¿Adónde va? Hasta las montañas de Hebrón donde viven sus parientes Zacarías e Isabel que esperan a su primer hijo, Juan el Bautista, siendo de mayor edad. ¿A qué va? Va a ser la sirvienta de ellos. Va a compartir lo que sabe y lo que es, va como voluntaria a servir al necesitado.

Esa es su vocación: ser servidora de su Pueblo. Vocación que recibe de Emmanuel que nos va a decir: "No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»"(Mt 20, 26- 28) Lo mismo le sucede a todo aquel que es portador de la Gracia de Dios. "Pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece." (Flp 2, 13) El Espíritu Santo hace nacer en nosotros el deseo de servir, de compartir, de ayudar a otros para se hagan más y mejor personas.

El camino de María, desde Nazaret hasta Hebrón es de 157 kilómetros, unos cinco o seis días de camino. Qué hermosos son los pies del mensajero que trae buenas noticias. De la boca de la Mensajera brota la alabanza, la bendición y las gracias a Dios. De su corazón brota el “Cántico del Amor” que se manifiesta en el servicio a los pobres. Su corazón va lleno de gozo y alegría todos los que encuentra por el camino los saluda, les sonríe y les da su paz. De seguro que se hizo acompañar por José con quien esta desposado. Al llegar al final de su viaje: Ain Karim, el pueblo donde nació Juan.

Entró en la casa y saludó a Isabel. Con el saludo de María, tanto el niño y la madre quedaron llenos de Espíritu Santo y fuego. 30 años más trae Juan el Bautista nos va a decir: " «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego." (Lc 3, 16) A eso viene Emmanuel a traernos a Dios. Ahora le toca hablar a Isabel que llena de Espíritu Santo habla con fuerza y con autoridad

¿Qué nos dice la anciana embarazada. Nos dice las tres lecciones del Catecismo de María: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!. María es bendita, su bendición es Jesús, Dios salva. Jesús es Emmanuel Dios con nosotros. Dios entre nosotros y Dios en favor de nosotros. Para María bendecir significa que Dios la ha participado de lo que es y de lo que tiene. Por eso el Ángel la llama “La llena de Gracia” “La elegida y favorecida” para ser la Madre del Hijo de Dios (Lc 1, 30)

La segunda lección: ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? María es la madre de Jesús (Lc 1, 31) Es el mismo nombre que el Ángel le dice a José: "Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»"(Mt 1, 21) María es entonces la madre de Jesús, Jesús es el Cristo (Mt 16, 16) Y Cristo es Dios (Jn 20, 28; Hech 2, 36; Fil 2, 11) María es por eso llamada la Madre de Dios, porque su Hijo es Emmanuel Dios con nosotros.

La tercera lección: “Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. El Ángel le anunció a María que sería ser madre siendo virgen, sin el concurso de varón. Esta es la Obra poderosísima que el Espíritu Santo realizó en el vientre de María: la Encarnación: La Palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros” (jn 1, 14) Dios se hizo hombre, tal como lo dice san Pablo: "Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza."(2 de Cor 8, 9) Por vosotros, por a amor a vosotros se hizo hombre. Se trata del cumplimiento de las promesas: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él." (Jn 3, 16- 17)

Ahora nos preguntarnos: ¿Cómo fue la fe de María? Por un lado es confianza, obediencia y amor a Dios. Es confianza y abandono en las manos de Dios. María se abandonó en las manos de Dios, esa es la fe que mueve montañas. Por otro lado la fe de María es donación, entrega y servicio a su Pueblo. Por eso ella misma se denomina: “Yo soy la esclava del Señor”. (cf Lc 1, 38)

A las tres lecciones del Catecismo de María, ella responde: " «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»"( Lc . 46 – 55)

María es la hija predilecta del Padre, es la Madre del Hijo y es el Sagrario del Espíritu Sano porque es la primera creyente y la primera discípula. Es Maestra por que nos entregó su evangelio que ella vivía: "Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» " (Jn 2, 5) Si creemos en Jesús nos hacemos hijos de Dios y en discípulos de Jesús. Caminamos con Emmanuel.



 

 

 

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