CIERTAMENTE USTEDES HAN OÍDO HABLAR DE MI CONDUCTA ANTERIOR EN EL JUDAÍSMO

 


CIERTAMENTE USTEDES HAN OÍDO HABLAR DE MI CONDUCTA ANTERIOR EN EL JUDAÍSMO

Hermanos: Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de destruirla. Deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo por las tradiciones paternas.

La vida de Pablo y la vida de todo cristiano se divide en dos, en un antes y después. “Antes del Encuentro con Cristo y en después de conocer a Cristo.” Antes Pablo era un fariseo fanático, perseguidor de la Iglesia, después es un siervo, un apóstol de Jesucristo por voluntad del Padre. En la carta a los efesios nos habla de tinieblas y de luz: "Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. Examinad qué es lo que agrada al Señor,"(Ef 5, 8- 10) Para discernir la voluntad de Dios, loque viene de Dios y lo que no viene, Pablo nos invita a renovar nuestra manera de pensar: "Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto."(Rm 12, 2)

Elegido por Dios en Cristo desde antes de la Creación del Mundo (Ef 1, 4) Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Y Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo.

Después de la muerte de Esteban, Pablo lleno de rabia, se lanza a perseguir a los del “Camino” como llamaban a los creyentes en Jesús. El moment6o de Dios estaba en el camino de Damasco. "Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén. Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues." (Hch 9, 1- 5)


Tres cosas nacen en Pablo a partir del Encuentro con Jesús. Lo primero es que Jesús es el Mesías. El que murió en la cruz está vivo, ha resucitado. Lo segundo es que el resucitado vive en los que Pablo persigue, en hombres y mujeres de todas las edades son ahora poseedores de la gracia de Dios: Cristo y el Espíritu Santo que habitan en los creyentes. El tercer lugar es la vocación de apóstol de los gentiles, sin méritos de su parte, sencillamente Dios lo eligió para ser profeta desde el seno de su madre. Por lo pronto, queda ciego, es decir, ha entrado en crisis, no puede entender lo que Dios le ha revelado. Es conducido a la calle Recta, donde entra en ayuno y en oración.

"Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.» Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo; mira, está en oración y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la vista.»  (Hc 9, 10- 12) La misma visión de Ananías es dada a Pablo. Imponer las manos es compartir el don de Dios con Pablo para que recobre su vista y entienda lo que le ha pasado.

Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.» El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.» (Hch 9, 13- 16) Pablo el fariseo será transformado el apóstol de los gentiles. Y también de los judíos. Para eso tiene que padecer con Cristo y por Cristo.

Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco, y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios." (Hch 9, 17- 20) Ananías, el discípulo de Cristo, es decir la Iglesia, le explica a Pablo lo que le ha sucedido, pablo cree en las palabras de Ananías y se le cayeron las vendas de sus ojos, pudo ver con toda claridad, se le pasó la crisis.

¿Qué le explicó Ananías a Pablo? Qué Jesús de Nazaret el que fue crucificado en la cruz, era el Mesías, que estaba vivo, había resucitado para nuestra salvación. Este es el Mensaje que Pablo creyó, y desde ese momento vivirá para anunciarlo a las gentes. Recibe el bautismo para que sus pecados sean perdonados y reciba el Espíritu Santo prometido (Hch 2, 38- 39) Ahora nace Pablo el misionero, el apóstol, el siervo de Jesucristo por voluntad del Padre (Ef 1, 1

Después me fui a las regiones de Siria y de Cilicia, de manera que las comunidades cristianas de Judea no me conocían personalmente. Lo único que habían oído decir de mí era: “El que antes nos perseguía, ahora va predicando la fe que en otro tiempo quería destruir”, y glorificaban a Dios por mi causa. (Gal 1, 13-24)

Lo que le pasó a Pablo nos pasa a cualquiera de nosotros. Por el Encuentro con Cristo, termina el antes y comienza el después. Encuentro liberador, gozoso, reconciliador y glorioso. Liberador por que nos quita las cargas (Mt 11, 28) Gozoso por que nos hace partícipes de su Resurrección (Rm 6, 3- 5) Reconciliador por que hace de nosotros una nueva creación (2 de Cor 5, 17) y nos reconcilia con el Padre y con los hermanos. (Ef 2, 14) Y glorioso por que nos hace participes de su Pasión, padecer con Cristo (Rm 8, 18; 2 Tim 2, 10- 11)

La pregunta que podemos hacernos: ¿Cómo pensábamos antes? ¿Cómo vivíamos antes?  Y ¿Cómo pensamos y vivimos ahora? Para Pablo la fe es confiar en Jesús. Es obedecer y amar a Cristo, es seguirlo y servirlo. "Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día."(2 de Tim 1, 12)

Al final de sus días, siendo viejo en años y lleno de la experiencia de Cristo, después de haber sido azotado, perseguido, puesto en cárceles apedreado y más, pudo exclamar lleno del Espíritu Santo: "En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. No tengo por inútil la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justificación, entonces hubiese muerto Cristo en vano."(Gál 2, 19- 21)

Pablo, el apóstol puede decirnos todos nosotros la misma recomendación que le hizo a su discípulo Timoteo: "Tú, pues, hijo mío, manténte fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros. Soporta las fatigas conmigo, como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado. Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento. Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos."(2 de Tim 1- 6)





 

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