Y, ENTONCES, ABRIÓ SUS INTELIGENCIAS PARA QUE COMPRENDIERAN LAS ESCRITURAS.

 

Y, ENTONCES, ABRIÓ SUS INTELIGENCIAS PARA QUE COMPRENDIERAN LAS ESCRITURAS.

¿Qué tenemos que hacer para que Cristo nos abra la mente y podamos entender la Escritura? Podemos pasar la vida leyendo la Biblia y no entender lo que nos dice porque no hemos creído en el que Dios nos envió. Por eso lo primero es creer que Dios nos ama y que por amor nos ha entregado a su Hijo. En segundo lugar es creer que Jesús nos amó y se entregó para que nuestros pecados fueran perdonados. En tercer lugar es creer que Jesús resucitó para darnos vida eterna (1 de Jn 4, 10; Rm 4, 25) Lo primero nos lleva a lo segundo: Jesús murió y resucitó. Esta es nuestra fe que recibimos de los Apóstoles los primeros testigos de la Resurrección.

“Y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas." (Lc 24- 46- 48)

Lo primero es creer y lo segundo es entender. Cuando creemos que Cristo nos amó y se entregó por nosotros, el Señor resucitado abre nuestra mente y comenzamos a entender la Palabra de Dios. La leemos, la escuchamos y la saboreamos con gusto y con alegría que el “Mesías tenía que padecer antes de entrar en su Gloria” (Lc 24, 26) Jesús entró en su Gloria cuando resucitó, fue constituido en “Señor y Mesías” (Hch 2, 36) y se sentó en el “Trono de Dios.” Tal cual el Ángel le anunció a la Virgen María: "El será grande y será llamado Hijo del altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; Reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin." (Lc 1,31-33)

¿Qué le dice el Señor al Ángel de Esmirna, a un hombre de fe, sólida y firme?  “No temas por lo que vas a sufrir.” “Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.”  "Al Ángel de la Iglesia de Esmirna escribe: Esto dice el Primero y el Ultimo, el que estuvo muerto y revivió. Conozco tu tribulación y tu pobreza - aunque eres rico - y las calumnias de los que se llaman judíos sin serlo y son en realidad una sinagoga de Satanás. No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda." (Apoc 2, 8- 11)

La muerte segunda es la muerte eterna, no temas, porque tienes por la fe, la vida eterna (Jn 10. 10) Has vencido a la muerte y lo que ahora tienes es vida: "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida." (Rm 6, 23; 1 de Jn 5, 11- 12)

Escuchemos al mismo Jesús decirnos: "«Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»" (Jn 11, 25- 26) Qué hermoso será después de la muerte escuchar las palabras de Jesús: Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’.(Mt 25, 31ss)

Jesús, el Señor nos dice hoy y siempre: “No tengas miedo padecer conmigo, ámame y sígueme, nos dice el Señor Jesús que donde yo esté, estarán también ustedes.” (Mt 28, 20) "«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.» Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí." (Jn 14, 1- 6)

Aquel que cree en Jesús con fe sincera, también lo ama y lo sigue, y se esfuerza en hacer la Voluntad de Dios: Creer en Jesús y guardar sus Mandamientos son el camino para vencer al mal (1 de Jn 3, 23 ) "Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.» Le dice Judas - no el Iscariote: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él." (Jn 14, 21.23) Hay dos clases de personas: “los que creen y aman y los que no creen, tampoco aman.”

Las manifestaciones de la fe en esta vida son la liberación del pecado; la reconciliación con Dios y con los hermanos; participar de la nueva Creación como Comunidad fraterna y servicial y la promoción a todo discípulo, de pecadores a ser hijos de Dios y discípulos de Jesucristo. Todos son llamados a sentarse a la mesa celestial a comer de los frutos del Árbol de la vida (Apoc 2, 7) Todos somos llamados a la Santidad: “Sed santos como yo soy Santo” (1 de Pe 1, 16)

En esta vida podemos tener preocupaciones, tentaciones, crisis, pruebas, luchas y caídas, pero, hay una esperanza: “Yo estaré con ustedes, todos los días, hasta el fin de los tiempos” (cf 28, 20) Podemos caer muchas veces, pero ahí está el Señor para extendernos una mano para levantarnos y seguir caminando. “Nos atrae con cuerdas de ternura y con lazos de misericordia” (Os 11, 1- 5) Sólo, entonces vamos comprendiendo que Dios nos ama, con amor eterno (Jer 31, 3)

"En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros."(Rm 5. 6-8) Esto me hace entender que Dios me ama, aún a pesar de que soy un pecador.

La fe sincera, es auténtica, crece y madura en el conocimiento de Dios mediante la práctica de las virtudes: la confianza, la esperanza, la caridad, la humildad, la mansedumbre, la verdad, la justicia… todo acompañadas por una oración íntima, cálida y perseverante, por parte nuestra, y por parte de Dios: nos sigue abriendo la mente y explicándonos las Escrituras, para que podamos saborear lo bueno que es el Señor.

En medio de las luchas y de las pruebas, encontramos el camino para comprender las palabras de Jesús: "Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles." (Lc 9, 23. 26)

En la obediencia a la Palabra de Dios, se nos abre la mente y entonces saboreamos lo bueno que es el Señor y se nos abre el camino que nos lleva a la vida y a la salvación. Creer en la Palabra y entenderla son dos momentos del mismo camino que nos lleva hacer de la Voluntad de Dios la delicia de nuestra vida.

Por eso que nos quede bien claro, lo primero es creer que Dios nos ama y que ese amor se ha manifestado en Cristo que nos amó y se entregó por nosotros. Después que nuestra mente ha sido iluminada por la fe, podemos entender las Palabras de Dios para que las pongamos en práctica y las vivamos intensamente. Por esta razón Pablo nos dijo: Déjense transformar en su mente para que puedan comprender cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo justo y lo perfecto (Rm 12, 2)

La fe viene de lo que se escucha, la Palabra de Dios (Rm 10, 17), De la fe viene la confianza, la esperanza y el amor, realidades que vienen acompañadas por la oración: “Ilumina Señor mi mente y fortalece mi voluntad para que tu Palabra se haga vida en mi corazón”

Publicar un comentario

Whatsapp Button works on Mobile Device only

Start typing and press Enter to search