EL HIJO DEL HOMBRE DEBE SUFRIR MUCHO, Y SER REPROBADO POR LOS ANCIANOS

 

EL HIJO DEL HOMBRE DEBE SUFRIR MUCHO, Y SER REPROBADO POR LOS ANCIANOS

"Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.» Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.» Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará." (Lc 18- 24)

De la oración de Jesús nace el deseo de tomar la decisión de subir a Jerusalén. Decisión que va a dividir el Ministerio de Jesús en dos. El primer momento dedicado a las multitudes, predicación, milagros y exorcismos. El segundo dejando un poco a la gente estará dedicado, especialmente, a la formación de los doce. (Mc 8. 31; Mt 16, 16) Jesús pregunta a los Doce: «¿Quién dice la gente que soy yo?» La gente tenía a Jesús como un profeta, como un hombre de Dios que hablaba con autoridad y no como los escribas y fariseos (Mt 7, 29) Profeta que habla las cosas antes de que sucedan, y se cumplen. Pero lo que Jesús quiere es la respuesta de sus discípulos. Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

La respuesta no se puede copiar ni rebuscar en los libros, ha de ser una respuesta personal que nace de la experiencia que se haya tenido de Jesús. La respuesta la escuchamos de Pedro: «El Cristo de Dios.» En Mateo se le agrega: El Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16)  "Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos." (Mt 16, 17) Jesús es el revelador del Padre y es el revelador del hombre (Jn 14, 7) Es posible conocer a Dios, es el don de Dios a los hombres, por la fe: “Que te conozcan a ti único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo (Jn 17, 3)

«El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.» Jesús como profeta que es, habla lo que va a suceder en Jerusalén. Lo van a matar por medio de gente malvada y va resucitar. Y así instalar la Nueva Alianza, de la cual nacerá un Nuevo Pueblo, un Nuevo Sacerdocio, una Nueva Ley y un Nuevo Culto, es decir de su Muerte y Resurrección nacerá la Nueva Creación (2 Cor 5, 17) en la cual los pecados serán perdonados y se dará Vida eterna, Espíritu Santo (Rm 4, 25) Todo porque Jesús es el Cordero Pascual que da su vida por la salvación de los hombres: "Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado." (2 Cor  5, 8)

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” Jesús no obliga, no se impone, el seduce, invita, pero no violenta. Nos invita a creer en él, amarlo y a seguirlo. Nos invita a ser como él: Manso y humilde de corazón. No engaña, él nos dice: “El que quiera seguirme que tome su cruz y me siga” Jesús no hace falsas promesas, él habla la Verdad: "Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»" (Lc 9, 58)

El que se decida seguir a Jesús que no busque que le vaya bien o no busque quedar bien. No hay cartas de recomendación, pero en su invitación a seguirlo, está implícita una promesa: “Mi destino será tu destino, mi Misión será tu Misión” “Así como a mí me persiguen también a ustedes los perseguirán” (Jn 15, 20) Tu salario llega a su tiempo: “La gracia de Dios: Mi amor es todo lo que tú necesitas” (2 Cor 12, 9) Busca y sigue a Cristo por lo que él es y no por lo que él da o por lo que él tiene. Él es Amor, Verdad y Vida (Jn 14, 6) Justicia y Santidad (Ef 4, 24) Él es el Hijo de Dios que nos amó y se entregó por nosotros para perdón de nuestros pecados y para darnos vida eterna.

¿Cómo podemos entrar en la Nueva Alianza? Por la fe y la conversión (Mc 1, 15) Escuchemos a Marcos hablarnos: "El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará." (Mc 16, 16) Cristo murió y resucitó para instaurar la Nueva Alianza, nosotros por el Bautismo, sacramento de la fe nos apropiamos de la herencia de Cristo: "Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa."  (Gál 3, 25- 29) Por el Bautismo morimos con Cristo, fuimos sepultados con él y resucitamos con él (Rm 6, 6) Somos de Cristo (Gál 5 ,24) Y somos una Nueva Creación (2 Cor 5, 17)

Y ahora, ¿Qué podemos hacer? Ahora vivamos nuestro Bautismo viviendo como Jesús vivió: como Hijo de Dios, amando y sirviendo a los hombres hasta el extremos (Jn 13, 1) "Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne, pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él, para ser también con él glorificados."(Rm 8, 12- 17)

“Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.” Jesús vino a salvarnos. Esta salvación es gratuita, no se compra y no se vende, pero no es barata. Hay que creer en Jesús, hay que romper con el  pecado, hay que amarlo y seguirlo. Ahora nosotros por la acción del Espíritu Santo y nuestras decisiones podemos tener la repuesta correcta a Jesús: Tú eres el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Maestro y nuestro Señor. Y nosotros somos con Jesús: hijos de Dios, hermanos y servidores de los demás. Somos sus discípulos.

Para todo lo anterior Jesús nos comparte su Espíritu Santo para que nos guie y nos transforma en hijos de Dios, como el Hijo, que es: Luz, Amor, Verdad y Vida, Libertad y Santidad. Recordando la exhortación de san Pablo: Para ser libres nos libertó Cristo  (Gál 5, 1) Y donde hay libertad hay Amor, Verdad y Vida, porque donde hay Libertad ahí está el Señor que es Espíritu: "Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu." (2 Cor 3, 18)

La tarea para esta vida es nuestro destino que Dios nos ha propuesto: "Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó."  (Rm 8, 28-30)

Para eso hemos sido elegidos desde antes que el mundo existiera (Ef 3, 4)Estamos llamados a ser hijos de Dios en Cristo, y en él, somos hermanos de los otros hijos de Dios y servidores de todos.



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