¿QUIEN SOY YO PARA USTEDES?




¿QUIEN SOY YO PARA USTEDES?


1. El texto bíblico

Salió Jesús con sus discípulos hacia los poblados de la región de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» Ellos le respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.»  Él les preguntó: «Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «Tú eres el  Cristo.» 30 Entonces les ordenó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él

2. El encuentro con Jesús hace la diferencia.

De la misma manera que san Pablo divide la vida de los cristianos en un antes de conocer a Cristo y en un después de creer en el: "Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; pero ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz" (Ef 5, 8), de la misma manera los evangelios sinópticos dividen el Ministerio de Jesús en dos (Mt 16, 18ss; Mc 8, 27ss; Lc 9, 18ss) En antes vemos a Jesús dedicado a as grande multitudes proclamando el reino de Dios, haciendo curaciones y exorcismos, para después dedicarse a preparar a los Doce. Entre las multitudes había espías venido de Jerusalén tomando nota y haciéndole preguntas capciosas para ponerle trampas. mucha de la gente no habían creído en él, y lo seguían por los milagros y por que les había dado de comer hasta saciarse (cf Jn 6, 26 Es entonces cuando el Señor Jesús asume la conclusión de que su muerte está cerca: lo van a matar.

3. La respuesta de Pedro es la respuesta de la Iglesia.

La gente tenía a Jesús como un profeta que hablaba con autoridad y no como los escribas . Pero al Señor le interesa la respuesta de sus discípulos: ¿Quién soy Yo para Ustedes? Pedro en nombre de los doce tomó la palabra y le dio la respuesta que perdurará hasta siempre: "Tú eres el Cristo".  Pedro habló en nombre de toda la Iglesia de todos los tiempos. Respuesta que no se puede copiar ni rebuscar en libros.  Es respuesta personal de cada discípulo, fruto de la experiencia personal de cada uno de nosotros. 

El Cristo es el Mesías, el Ungido y el Consagrado. Jesús es el Revelador del Padre que  ha entregado a su Hijo  a la humanidad para la salvación de todos. La respuesta para que sea válida tiene algunas implicaciones que se deben aceptar y poner en práctica;


  • Jesús es el Cristo, el Don de Dios a los hombres: "Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" Jn 3, 16; 1 Jn 4, 10.19) Don que se recibe por la fe para alcanzar la salvación inmerecida y gratuita de parte de Dios.

  • Jesús, el Cristo es el Hijo de Dios que se hizo hombre para realizar la "Obra del Padre" (cf Jn 4, 34) Tal como lo dice san Pablo: "Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo el régimen de la ley, para rescatar a los que se hallaban sometidos a ella y para que recibiéramos la condición de hijos" (Gál 4, 4-5).

  • Jesús,el Cristo, es el Salvador de los hombres. El Espíritu Santo por medio de san Mateo y san Pablo lo dice: "El salvará a su pueblo delospecados"  (cf Mt 1, 21) "yo ya no vivo, pero Cristo vive en mí. Todavía vivo en la carne, pero mi vida está afianzada en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí" Gál 2, 20) "Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor, tal como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma" (Ef 5, 1-2) "Y la Escritura no dice ‘le fue reputado’ sólo por él, sino también por nosotros, pues Dios reconocerá nuestra fe; por nosotros, que creemos en Aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús Señor nuestro, quien fue entregado por nuestros pecados, pero resucitado para nuestra justificación" (Rom 4, 23- 25)

"Me amó y se entregó por mí" Jesús el Cristo es mi Salvador, mi Redentor y mi Salvación. Es el único que puede darme vida eterna, llenar los vacíos de mi corazón y darle sentido a mi vida" (cf Hch 4, 12) Es el mismo san Pablo que reconoce que la salvación de Dios es un don gratuito, tanto para judíos como para paganos: A los que estaban muertos por el pecado han resucitado  con Cristo para ofrecer una salvación que no se compra ni se vende, que no es fruto de nuestros méritos, sino que es la "Obra de Dios" realizada por Cristo y actualizada por el Espíritu Santo en nuestra vida para que realicemos las obras de Misericordia que Dios las tiene destinadas por los creyentes en Cristo  (Cf Ef 2, 1- 10).

La fe en Cristo Jesús es el medio para apropiarme de la "Obra redentora" de Cristo para recibir, el perdón de mis pecados, la Paz, la Resurrección y el don del Espíritu Santo (cf Rom 5, 1- 15) Experiencia que me ha llevado al Nuevo Nacimiento (cf Jn 3, 1- 5) para ser una Nueva creación (2 Cor 5, 17), un hijo de Dios en Cristo (Ef 1, 5) y miembro de la Comunidad fraterna de los discípulos. (cf Mt 23, 8) Santiago nos dice: "So se contenten con ser oyentes, hay que ser practicantes" (cf St 1, 22) Para ser discípulos de Cristo  hemos de aceptar que es Él quien nos elige, a nosotros nos toca escuchar su Palabra y obedecerla (cf Apoc 3, 20), aceptar libre y conscientemente que le pertenecemos, tanto a Él.  como a los Doce, su Comunidad amada y redimida por su  muerte y resurrección.

  • La respuesta de los discípulos ahora le pide ser su Maestro, pero Maestro interior, Él habita por la fe en nuestro corazón (cf Ef 3, 17) y desde nuestro interior nos guía. Esto es posible porque primero lo aceptamos como el Don de Dios y como nuestro Salvador. Sólo entonces podrá ser nuestro Maestro y nuestro Modelo a seguir. Tal como lo dice san Lucas: "Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga cada día. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, la salvará: La respuesta de los discípulos a su Maestro exige adherirse a la Persona de Jesús, acetar su misión y su destino para hacerse como su Maestro, un servidor de los hombres. 

  • La respuesta no será válida si los discípulos no hacemos del Cristo el Centro de nuestra vida, es decir, el Señor de nuestras vidas.  Dueño de lo que somos, de lo que tenemos y de lo que somos, todo recibido como don para nuestra realización y para la realización de los demás. "Todo ha sido sometido a los pies de Cristo" (cf Ef 1, 22) "Constituido en Cristo y Señor" (cf Hech 2, 36) "Mi Señor y mi Dios" ( Jn 20, 28) Para entonces aceptar que creer en Jesús es confiar en Él, obedecerlo, amarlo, pertenecerle, seguirlo y servirlo para ser con Él una hostia consagrada al Padre en favor de todos los hombres (cf Rom 12, 1") Y para decir con Cristo: "Aquí estoy dispuesto para hacer tu voluntad" (Heb 10, 9)
"Por que me dicen Señor, Señor y no hacen lo que yo les digo" (Lc 10, 46) Discípulo es aquel que hace de la voluntad de Dios, manifestada en Cristo, la delicia de su corazón para amarlo y seguirlo en camino hacia su Pascua. Creer en Jesucristo y amar a los suyos es la voluntad de Dios (cf 1 Jn 3, 23).

"Señor Jesús, pongo mi vida en tus manos, haz con migo lo que quieras, por eso te alabo, te bendigo y te doy gracias"

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