LA CONCIENCIA MORAL ES EL ÓRGANO
DE LA VIDA PARA ORIENTAR LA VIDA HACIA LA PLENITUD.
No sigáis trayendo oblación
vana: el humo del incienso me resulta detestable. Novilunio, sábado,
convocatoria: no tolero falsedad y solemnidad. Vuestros novilunios y
solemnidades aborrece mi alma: me han resultado un gravamen que me cuesta
llevar. Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no veros. (Is
1, 13- 15).
La religión cristiana tiene tres
columnas que la sostienen: El anuncio, el culto y la moral. Las tres son
inseparables, se apoyan una en la otra. La unidad de las tres nos enseña y nos
guía a la verdadera religión. Así lo manifiesta Jesús el Señor: «No todo el que me diga: "Señor, Señor,
entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre
celestial. (Mt 7, 21)- «¿Por qué me
llamáis: "Señor, Señor”, ¿y no hacéis lo que digo? (Lc 6, 46)- Sin
obediencia a la Palabra de Dios y sin justicia a Dios y a los hombres, nuestro
culto es vano y vacío.
El culto verdadero necesita del
amor de Dios derramado en nuestros corazones (Rm 5, 5)-
Aunque menudeéis la plegaria, yo
no oigo. Vuestras manos están de sangre llenas: lavaos, limpiaos, quitad
vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal, aprended a
hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al
huérfano, abogad por la viuda. Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así
fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren
rojos como el carmesí, cual la lana quedarán. Si aceptáis obedecer, lo bueno de
la tierra comeréis. (Is 1, 15- 19)-
Estas
palabras de Isaías las repite el apóstol Santiago: Si alguno se cree religioso,
pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su
religión es vana. La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta:
visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse
incontaminado del mundo. (Snt 1, 26- 27)- Y el mismo Jesús nos dice: Muchos me dirán aquel Día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros?” Y entonces les declararé: “¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes
de iniquidad!” (Mt 7, 22- 23)-
Lo primero es apropiarse de los frutos de la Redención de Cristo
Jesús.
Para lavar
nuestros corazones en virtud de la sangre de Cristo (Ef 1, 7; Hb 9, 14)- Para
recibir el perdón de los pecados, la paz, la resurrección y el don del Espíritu
Santo, lo que significa nacer de Dios a una nueva vida, y poder así apropiarnos
de la Obra de Dios, que hace nuevas todas las cosas (Apc 21, 5)- Y poder ofrecer
a Dios un sacrificio vivo, santo y agradable al Señor (Rm 12, 1)- Esto es
posible si ofrecemos a Dios el sacrificio que a Dios le agrada: Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado; un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. (Slm 50, 19)- El mismo Señor nos atrae hacia el con
cuerdas de ternura, y nos llama al arrepentimiento: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo
os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo
es suave y mi carga ligera.» (My 11, 28- 30)-
Con el corazón redimido podemos ofrecer a Dios un Culto y una
Moral que le agrada.
El corazón,
limpio y la fe sincera son fuente de amor, (1 de Tim 1, 5)- y el amor es la
señal que Cristo habita en nuestros corazones: que
Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y
cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la
anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo,
que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total
Plenitud de Dios. (Ef 3, 17- 19)- La Moral es el Amor de Dios que actúa en
nuestros corazones. Pide guardar los Mandamientos y guardar su Palabra (1 de Jn
2, 3- 5)- Y renunciar al pecado (1 de Jn 1, 8- 10)- Ya que el pecado en nuestros
corazones es fuente de muerte (Rm 6, 23)- Y nos priva de la gloria de Dios (Rm
3, 23)- Nos divide, nos confunde, nos engaña, nos sofoca y nos mata. Dios en
cambio nos da la vida en Cristo Jesús. (Rm 6, 23)-
En cambio,
el Amor es la señal que hemos pasado de la muerte a la vida (1 de Jn 3, 14)- Tanto
el Culto como la Moral piden esfuerzos, renuncias y sacrificios: Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal,
adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en
más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con esp1ritu fervoroso;
sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la
tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesitades de los
santos; practicando la hospitalidad. (Rm 12, 9- 13)-
El Amor nos hace entrar y permanecer en comunión con Dios y con
los demás.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me
ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos,
permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y
su alegría sea plena.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he
amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por
ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha
destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el
Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando:
que se amen los unos a los otros’’. (Juan 15, 9-17)-
La Palabra de Dios escuchada y obedecida nos lleva al encuentro
con Cristo para liberarnos de las garras de Pecado y darnos su Perdón, su Paz y
su Amor, para que con un corazón limpio podamos ofrecer a Dios un Culto grato y
agradable a él, y llevar una vida Moral para hacerlo todo para la gloria de Dios
(1 de Tm 1, 5)-
La vida Moral pide tener una “Conciencia Moral” que nos da la
triple capacidad de distinguir el bien y el mal; rechazar el mal y hacer el
bien; y con el bien vencer el mal (Rm 12, 21)- La conciencia moral es la unidad
de la inteligencia y la voluntad unidas por el Amor. Inteligencia, Voluntad y
Corazón.
Publicar un comentario