DEDÍCATE A BUSCAR A DIOS IMPLICA HUIR DE LA CORRUPCIÓN.

 

Dedícate a buscar a Dios implica huir de la corrupción.

¿Dónde podemos encontrarlo? Para encontrar a Dios hemos de buscarlo en Cristo.  Jesús, el Cristo nos ha dicho: “Yo soy la Luz del Mundo.” Luz que encontramos en su Palabra (Jn 12, 8) Yo soy “El Camino, la Verdad y la Vida.” (Jn 14, 6) “Yo soy la Resurrección y la Vida (Jn 11, 25) “Yo soy el Buen Pastor” (Jn 10, 11) “Yo soy la Puerta” (Jn 10, 7) “Yo soy” (Jn 8, 58) “Yo soy el Pan de vida” (Jn 6, 35) “Yo soy el Don y el Hijo de Dios” (cf Jn 3, 16) “Yo soy el Mesías, el Cristo” (Jn 4, 26) Por todo lo anterior Jesús pudo decirnos: “Vengan a mí los que están agobiados por su carga” “Soy su Libertador y su Salvador (Mt 11, 28).

Los lugares específicos para encontrar a Cristo son la Oración íntima, cálida y extensa. A Cristo lo podemos encontrar en la Liturgia, es decir, en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía  y en la Confesión o Penitencia. En su Palabra, leída y escuchada a la luz de los Padres de la Iglesia. Jesús es el Verbo del Padre que tomo rostro humano para hacernos hijos de Dios y hermano de los demás. Lo podemos encontrar en las Obras de Misericordia: Tuve hambre y me diste de comer… (Mt 25, 31ss) A Jesús lo encontramos en una pequeña Comunidad: “Dónde dos o tres están reunidos en mi Nombre, Yo estoy en medio de ellos” (cf Mt 18, 20) Otro lugar para encontrar a Jesús es en el Apostolado: “Cuando hablamos, predicamos o actuamos en el Nombre de Jesús”. Yo estaré con Ustedes, todos los días hasta el fin del mundo. Es la Promesa de Jesús (Mt 28, 20).

Muchas veces buscamos a Jesús en los ídolos del poder, del placer o del tener, no sabemos que lo buscamos en las cosas, en las personas o en las ideologías, lo buscamos pero, no podemos encontrarlo, pues Jeremías nos dice: “Si buscan a Jesús de todo corazón Él se deja encontrar por vosotros” (cf Jer 29, 13) Porque nos dice san Lucas que el Buen Pastor busca las ovejas sin pastor que caminan en los terrenos de la mentira, de la falsedad, de la parálisis y de la frustración. Se asoma y nos busca hasta  el fondo nuestra sepultura. Y Nos busca hasta encontrarnos (Lc 15, 4) La clave está en dejarnos encontrar por Cristo. Creo que el primer lugar para encontrarlo es en nosotros mismos, en la sepultura de nuestro corazón.

Y, ¿ahora qué? Si lo hemos encontrado en nosotros, ahora vayamos a buscarlo en los demás. Si logramos encontrarlo en ellos eso significa que nuestro encuentro con Jesús es auténtico. Si no logramos encontrarlo en los otros significa que estamos engañados y la Verdad no estás en nosotros. Volvamos a buscarlo, retomemos el camino hasta que descubramos a Jesús en los demás, reconozcamos a Jesús en el otro y aceptemos que es un don de Dios, un hermano nuestro a quien debemos servirlo hasta lavarle los pies.

Y, ¿ahora qué? Ahora profundicemos en la Misión que Jesús ha compartido con nosotros. “Carguemos con las debilidades de los otros” Hagamos nuestra su carga para que podamos lavarle sus pies y compartir con él la riqueza que Jesús nos ha dado con su Pobreza. (2 Cor 8, 9) Paraqué unidos a Cristo podamos caminar por el Camino de lo sinodalidad compartiendo con otros lo que tenemos, lo que sabemos y lo que somos. El Encuentro con Cristo es liberador y gozoso. Liberador por que Cristo nos quita las cargas de la opresión, rompe los nudos de la esclavitud para hacernos libres del pecado para que podamos amarlo en los pobres y desnudos por la miseria material, por la miseria moral y por la miseria espiritual. Y, el Encuentro con Jesús es gozoso por que Jesús resucitado nos hace partícipes de la experiencia de su Resurrección y nos hace compartir su herencia: Su Amor, su Paz, su Gozo, su Misión, su Espíritu Santo y el Ministerio de la Reconciliación.  (Jn 20, 19s) “Todo poder se me dado en el cielo y en la tierra; así como el Padre me envío, yo también los envío a Ustedes: “Vayan y prediquen, enseñen que el Amor y la Misericordia de mi Padre es más grande que todos los pecados del mundo” “Vayan y siembren confianza y  esperanza en los corazones duros y vacíos para que un día cambien y se dediquen a buscar a Dios y puedan entrar en la Plenitud de Cristo” (cf Col 2, 9).

Las señales que podrán a ver en los que crean, primero descúbranlas en uSTEDES: Expulsarán demonios.  dEmonios son toda realidad negativa que entorpecen el camino del crecimiento del reino de Dios en el corazón. (todos los vicios) Tomarán serpientes en sus manos y no les harán daño. Son las concupisencias (los idolos del poder, del tener y del placer) La medicina es la fe, la esperanza y el amor. les darán veneno y no es harán daño. Nada de lo que entra de afuera te puede hacer daño (las palabras ofensivas, la crítica el odio que viene de afuera no te hace daño si cristo está vivo en tu corazón. hablaran lenguas nuevas (las lenguas del hombre viejo han pasado, tus labios han sido purificados ahora tus palabras son amables, limpias y veraces, misericordiosas y compasivas, alegres y motivadoras.) Impondrán las manos sobre los enfermos y estos se sanaran. (Biblicamente imponer manos es compartir con los enfermos del cuerpo y del alma, los dones que Dios te dado para tu realización, para ti y para los demás ESPECIALMENTE con los más pobres.) (Mc 16, 16ss)

Todo lo anterior san Pablo nos lo dice en la carta a timoteo: “Huye de las pasiones de tu juventud” (las pasiones te llevan a los vicios que son la fuerza del “ego,” del hombre viejo, que está en el camino de la descomposición y de la despersonalización.) Un hombre necesitado de la multiforme gracia de dios. Pablo termina el mensaje a su discípulo DICIÉNDOLE: DEDÍCATE a buscar a Dios en las virtudes, la fe, la caridad, la justicia, la paz… e invoca al señor con todos los que creen y aman al Señor (2 Tim 2, 22). Para que puedan pertenECer a Cristo son dos las razones que PAblo nos presenta: aborrecer el mal y amar apasionadamente en bien. (Rm 12, 9) Lo anterior nos llevan ser un sacrifico vivo, santo y agradable a dios, que ese sea nuestro culto espiritual que ofrecemos Dios  (Rm 12, 1) Este sacrificio lo podemos ofrecer con cristo desde la cruz: “todo el que es de Cristo está crucificado con él. muriendo al pecado y viviendo para Dios” (cf Gál 5, 24) lo que significa para Jesús: “permanezcan en mi amor como yo permanezco en el amor de mi padre. Si ustedes guaRdan mis MANDAMIENTOS como yo guardo los mandamientos de mi padre permanecerán en mi amor (cf Jn 15, 10) volviendo al texto de pablo podemos afirmar que bajarse de la cruz es bajar a la fosa, a la sepultura y convertirnos en huesos secos. es lugar donde no hay amor, sino vacío de dios, de amor y de las virtudes.

dediquemos nuestro tiempo a dios para que lleguemos a conocerlo, amarlo y servirlo en los demás.

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