EL CULTO AGRADABLE A DIOS SE HACE POR AMOR Y VIENE DE UN CORAZÓN REDIMIDO.

 


EL CULTO AGRADABLE A DIOS SE HACE POR AMOR Y VIENE DE UN CORAZÓN REDIMIDO.


Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto. (Rm 12, 1-2)

Condiciones para seguir a Cristo Jesús.

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: "Te seguiré a donde quiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza". A otro, Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia". Jesús le contestó: "El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". (Lc 9, 57-62)

Un escriba se ofrece a ser discípulo de Jesús. “Te seguiré a donde quiera que vayas”. Jesús no lo rechaza, le presenta la voluntad de Dios para el discipulado: “Creer y convertirse” (Mt 4, 17) Pasarse del judaísmo a Jesucristo; pasar de una vida mundana y pagana a Jesucristo. Pasar de la tinieblas a la luz pasarse de una casa en ruinas o de una casa de ladrones a una Casa de Dios. "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza".

La madriguera de las zorras, son los sepulcros llenos de huesos secos y de carne apestosa (Ez 37, 12) Es una vida conducida por cualquier espíritu que no viene de la fe (Rm 14, 23) Es una vida mundana, pagana y pecaminosa. Es la vida en la carne (Gál 5, 16) Que no es grata ni agradable a Dios (Rm 8, 8) Mientras los nidos de las aves son los infantilismos, los emocionalismos y los sentimentalismos. Es decir son los individualismos, los totalitarismos, los conformismos que no realizan y que más bien nos estancan, nos desvían a izquierda o a derecha.  Que hacen de nuestra vida una casa en ruinas o una cueva de ladrones, en vez de ser una casa de Dios. (cf Mt 1, 46)

Jesús es el reparador de casas en ruinas (Is 58, 12) Él ha venido a purificar nuestro templo semi destruido (Mt 21, 12- 17; Mc 11, 15- 18) ¿Cómo lo hace? Por la fe en Jesucristo entra en nuestra vida para hacer su Obra: Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo  (Apoc 3, 20) Por la fe nos apropiamos de los frutos de la redención: el perdón de los pecados, la paz, la resurrección y el don del Espíritu Santo (Rm 5, 1- 5) “Hace de nosotros una “Nueva Creación” (2 de Cor 5, 17) Por la escucha y la obediencia a la Palabra de Dios se construye la Casa sobre Roca y se construye hacia arriba, hacia abajo, hacia dentro y hacia fuera. (cf Mt 7, 24) Comienza el despojo del hombre viejo y el revestirse de hombre Nuevo (Ef 4, 23- 24) Es un despojarse del traje de tinieblas para ponerse el traje de Luz (Rm 13, 12) Esto es convertirse, un llenarse de Cristo, rompiendo con la corrupción del pecado para participar de la naturaleza divina (2 de Pe 1, 4b).

Lucas lo propone como: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, (Lc 12, 35) Lo que equivale a revestirse de Jesucristo (Rm 13, 14) En la obediencia de la Palabra de Dios y en seguimiento de Cristo nos vamos revistiendo con las armas de la Luz (Rm 13, 12) Lo que Pablo dice: “Fortaleceos con la energía de su Poder” (Ef 6, 10) La energía de su Poder son la Virtudes cristianas, los mismos sentimientos de Cristo Jesús (Flp 2,5) Virtudes que nos llenan y revisten de Cristo, sin las cuales, estamos desnudos y desprovistos de la gracia de Dios (cf Rm 3, 21) Lo que hace de nuestra vida un caos, un vacío, lleno de tinieblas (Gn 1,1)

Si realmente hemos resucitado con Cristo, busquemos las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios (Col 3, 1) Las cosas  de arriba son la fe, la esperanzan la caridad, la justicia, la verdad, la santidad, y otras muchas más. A llenarse de las virtudes, Pablo le llama “convertirse”. Todo empieza con la escucha de la Palabra de Dios. Hay que guardarla en el corazón para ponerla por Obra. Luego hay que tomar la firme determinación de seguir a Cristo para poner el Fundamento (1 de Cor 3, 11) Para después seguir trabajando en nuestra liberación, en nuestra salvación y en nuestra santificación. Sin descansar hasta ver los frutos de la Fe: la fortaleza, la sencillez, la pureza de corazón, la santidad, la ciencia y el amor, Teniendo presente que nada de lo que es carne y sangre, entra en el Reino de Dios (1 de Cor 15, 50).

Por la fe somos la tierra que mana leche y miel, es decir, la paz y la dulzura espiritual, esta es nuestra riqueza, es el llenarnos de Cristo. Tal como lo dice el apóstol Juan: El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado. (Jn 7, 37- 39)

Pero ahora, si, Cristo ha sido glorificado y nos da su Espíritu Santo para que nos guie y actualice la obra redentora que Cristo realizó en la historia en favor de la humanidad. Gloria a Dios.

 

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