MI MADRE Y MIS HERMANOS SON LOS QUE HACEN LA VOLUNTAD DE DIOS.

 


MI MADRE Y MIS HERMANOS SON LOS QUE HACEN LA VOLUNTAD DE DIOS.

En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan". Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". (Mc 3, 31-35)

Lo primero es aceptar que en el Antiguo Testamento se llama hermanos a los parientes más cercanos como son los primos hermanos, tíos y hasta los paisanos, aquellos que son originarios de un mismo lugar. Así María, la madre de Jesús es acompañada por sus parientes más cercanos. Cuando Maros habla de los hermanos de Jesús, nunca habla de los hijos de María. Está haciendo referencia a Parientes de Jesús.

Algunos dicen que José era viudo y que tenía hijos e hijas, tampoco es así, él era joven, y amaba a María y ella lo amaba a él, pero Dios a los dos les cambio sus planes para que se dedicaran totalmente a cuidar al Niño, el Hijo Unigénito del Padre. Los llamados hermanos de Jesús son hijos de María de Cleofás, así lo dice la Escritura: "Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de Joset, y la madre de los hijos de Zebedeo." (Mt 27, 56) "María Magdalena y María la de José se fijaban dónde era puesto." (Mc 15, 47) Simón Santiago, Judas y Santiago eran primos de Jesús: "¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él." (Mc 6, 3)

"Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan". Jesús el Legislador de la Ley, no deshonra a su Madre, aprovecha la oportunidad para darnos la enseñanza más esencial de su Evangelio. Para entrar al Reino de Dios hay que creer y convertirse. No se puede entrar por los lazos de la carne, según lo dice san Pablo: "Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción."(1 de Cor 15, 50) No entramos por que tengamos familiares a o amigos muy buenos, entramos por la fe y la conversión, manifestada en la escucha y obediencia de la Palabra de Dios. Lo que significa hacer la voluntad de Dios. Como lo dice en el Padre Nuestro: Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino y hágase tu Voluntad en los cielos y en la tierra. (Mt 6, 9- 10).

“¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" "Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Aquellos que escuchan y ponen en práctica la Palabra de Dios, esos son discípulos de Jesús. Por lo menos tres de los cuatro hermanos de Jesús fueron del Grupo de los Doce. ¿Cuál es la voluntad de Dios? Frente a esto Jesús nos sobre avisa: "«No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!"(Mt 7, 21- 23)

¿Cuál es la voluntad de Dios? Comencemos por recordar lo que dice el discípulo amado: "Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio."(1 de Jn 3, 23- 24) La primera en creer es María, la Madre de Jesús. "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»"(Lc 1, 45)

¿Cómo era la fe de María? La fe de la Madre era confianza y abandono en las manos de Dios, por otro lado, era donación, entrega y servicio a su Pueblo. Es Madre porque ella encarnó a Jesús en su corazón antes de encarnarlo en su vientre. Por eso es Modelo para todo creyente. Ella es la primera en decir: "«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»" (Lc 1, 38) Es la primera en ser la servidora de los pobres de Yaveh: Presurosa se puso en camino para ir a ser la sirvienta de Isabel y Zacarías (Lc 1, 39).

Si queremos ser madre, hermanos y hermanas de Jesús, abracemos la voluntad de Dios y pongamos en práctica. Ella, como Madre educó a su Hijo. Le enseño las primeras oraciones al Niño y sus primeros cantos. Cómo también le enseño la cultura hebrea. Para luego darnos a todos la enseñanza que es como el corazón del Evangelio: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2, 5) ¿Quieren tener familias bonitas y unidas dando frutos de vida eterna? “Hagan lo que él les diga.” Esa es la voluntad de Dios: “Este es mi Hijo muy amado, escúchenlo” (Mt 17, 5)

La fe sin obediencia está vacía. “Amores son acciones y no palabras” Por eso decimos que la voluntad del Padre es el servicio que se hace por amor: “Si hay entre los tuyos un pobre, un hermano, en una ciudad tuya, en esa tierra tuya que va a darte el Señor, tu Dios, no endurezcas el corazón ni cierres la mano a tu hermano pobre. (Dt 15, 7-8) Extiende tu mano y comparte el don que tienes (Mc 3, 1- 5) Si queremos ser madre, hermano y hermana de Jesús practiquemos la caridad con los menos favorecidos: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, preso y me visitaste, enfermo y fuiste a verme.” (Mt 25, 35- 40)

Somos madre y hermanos de Jesús cuando nos reunimos con otros en el nombre del Señor: "«Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»" (Mt 18, 19- 20) San Pablo nos presenta el camino para ser Familia de Dios: "Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad."(Rm 12, 9- 13)

Somos madre, hermanos y hermanas cuando amamos, servimos y seguimos a Jesús. (Jn 13, 13- 14; Jn 13, 34- 35; Lc 9, 23) Abracemos la Voluntad de Dios, y someternos a ella que sea la delicia de nuestro corazón. Guardemos sus Mandamientos, pongamos en práctica su Palabra (Jn 14, 21. 23) Hagamos el bien y rechacemos el mal (Rm 12. 9) Para que nos revistamos de Cristo (Ef 4, 24) y en la práctica de las Bienaventuranzas nos configuremos con Cristo Jesús y seamos hijos en el Hijo y hermano, hermana y madre en Cristo Jesús.

 

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