PONED MÁS EMPEÑO TODAVÍA EN CONSOLIDAR VUESTRA VOCACIÓN Y ELECCIÓN.

 


PONED MÁS EMPEÑO TODAVÍA EN CONSOLIDAR VUESTRA VOCACIÓN Y ELECCIÓN.

Hermanos, poned más empeño todavía en consolidar vuestra vocación y elección. Si hacéis así, nunca jamás tropezaréis; de este modo se os concederá generosamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y salvador Jesucristo. (2Pe 1, 10-11)

Para consolidar nuestra vida, actitudes y acciones hemos de poner en práctica las palabras de Jesús: “Vigilad y orad para no caer en tentación” (Mt 26, 41) Vigilad significa conoce tus debilidades y las bendiciones que Dios Padre en su infinita misericordia nos ha bendecido en Cristo Jesús. ¿Cuáles son estas bendiciones espirituales y celestiales?

"Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado. En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que en él se propuso de antemano," (Ef 1, 4- 8)

La elección gratuita, inalterable y funcional. La filiación llamados a ser hijos de Dios y hermanos en Cristo. La redención, el sacrificio perfecto que Jesús ofrece al Padre por la Humanidad y la santificación, nos da el Espíritu Santo para que actualice en nuestra vida la Obra redentora de Cristo Jesús. Todo lo anterior es para que lleguemos a ser “Alabanza de su gloria” (Ef 1, 13) La única razón de todo es porque Dios nos ama y por amor envió a si Hijo a salvarnos del pecado y de la muerte (Rm 4, 25) Tal como lo dice el apóstol san Juan: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."(Jn 3, 16- 17)

El Verbo del Padre hace un viaje del cielo a la tierra: "Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza."( 2 de Cor 8, 9) La pobreza de Jesús es su encarnación en el vientre de María por la acción del Espíritu Santo: “El Verbo se hizo carne” (In 1, 14) La pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús son su Pobreza que nos hace ricos, redimidos, salvos y santificados (Rm 5, 1; Rm 8, 29) Pablo nos dice lo mismo: "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz."(Flp 2.6-8)

Jesús lo había dicho: “Vengo para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10) Lo primero que Jesús hace para darnos vida nos da su Palabra para invitarnos a creer en Él y para entrar a su reino: "«El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.» "(Mc 1, 15) Quien escuche esta palabra y la obedezca tiene fe y con la fe tiene vida espiritual, la vida que el Padre nos ha dado, el que tenga esa vida tiene a Cristo (1 de Jn 5, 12) Esta Palabra poderosa hace su obra en nuestro corazón y nos lleva al Nuevo Nacimiento (Jn 3, 1- 5) Nuestros pecados son perdonados y recibimos el don del Espíritu Santo con la Vida eterna (Jn 6, 39- 40)

En segundo lugar Jesús para darnos vida eterna “Se entregó como hostia viva hasta la muerte y muerte de cruz” (Gál 2, 19; Ef 5, 2) Jesús lo había dicho: “Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre y poner en práctica su Obra” (Jn 4, 34) Al final de su vida dijo en Getsemaní. " «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»" (Lc 22, 42) El Padre guardó silencio y Jesús comprendió la voluntad de su Padre y abrazó su cruz con amor para dar su vida por nosotros. Podemos decir: “Por un acto de amor de Cristo a Dios y a los hombres hemos sido salvados y redimidos.” Se hizo, por amor, obediente hasta la muerte.” Por eso el Padre lo resucitó.

"Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. 10.Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre." (Flp 2, 9-11) Jesús es Señor y Mesías para Gloria del Padre y para nuestra salvación (Hch 2, 36) Y, ¿ahora qué tenemos que hacer? "«Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.»"(Hch 2, 37- 39)

Dios llama a todos, pero no todos responden, según las palabras de Jesús: "El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»"(Mc 16, 16- 18) Son las señales que hemos pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz (Col 1, 13) "Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él. " (1 de Jn 3, 14- 15)

Para tomar en cuenta nuestra elección y nuestra vocación: "Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente, trabajad con temor y temblor por vuestra salvación, pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece. Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones para que seáis irreprochables e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación tortuosa y perversa, en medio de la cual brilláis como antorchas en el mundo, presentándole la Palabra de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano."(Flp 2, 12. 16).

Con palabras de Jesús confirmamos lo anterior: "«Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.»"(Jn 8, 31- 32) Permanecer en la Palabra es permanecer en su Gracia para que demos un fruto que da Gloria a Dios; "La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos. Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor." (Jn 15, 8- 10)


Permanecer en el Amor de Cristo es permanecer con Él en su Cruz: "Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente."(Gál 5, 24- 26)


"La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados, y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre."(Col 3, 16- 17)



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